viernes, 12 de septiembre de 2014

198. La ecuación de la amistad

Con el convencimiento de que Kikyo tenía algo que ver en el tema de la droga que tomó Sakura, Shikamaru al terminar las clases recogió rápidamente, quería hablar urgentemente con Stella porque seguro que hablando con ella las pocas dudas que tenía quedarían resueltas y su teoría completamente confirmada.
Al salir del aula se topó prácticamente con Temari que iba a su encuentro.
- Mendokusei - se quejó al recordar que le había dicho a Temari que hablaría con ella y Ten-Ten al finalizar las clases - Lo siento Temari pero... ¿lo vuestro es muy urgente?
- ¿Cómo? Hombre, muy urgente, muy urgente no es.
- Ah, genial, porque yo si tengo un asunto urgente - hizo un ademán como para girarse pero se detuvo - ¿Lo vuestro no estará relacionado con Sasori, verdad?
- No. Es con Neji.
- ¿Con Neji, Temari? - resopló - ¿Ya estamos otra vez con lo mismo?
- Ni siquiera sabes de lo que te voy a hablar.

- ¡Hola! ¡Ya estoy aquí! – interrumpió sonriendo Ten-Ten – Cuando queráis no vamos, ya estoy lista.
- Espera que el señorito ahora dice que no puede – se quejó Temari.
- No es que no quiera, es que tengo otra cosa urgente que me gustaría solucionar. ¡Shino! – llamó la atención del chico que salía del aula.
Shino se acercó al grupo.
- Hazme un favor, Shino, busca a Stella y dile que no se vaya, que quiero preguntarle algo y tú tampoco te vayas, pero que no se quede Kikyo.
- ¿La secuestro o cómo?
- Tu solo dile que el "teniente medianía" quiere hablar con ella y verás como Kikyo se larga. Y vosotras, si queréis acompañadme que voy a la enfermería a recoger una cosa y me contáis algo por el camino.
- La verdad Shika – gruñó Temari – Nos gustaría que nos tomaras más en serio.
- Bueno pues esta noche me lo cuentas ¿Vas a ir a cenar a mi casa, no?
- Vámonos Ten-Ten que este piensa que las cosas de chicas no son importantes.
- Temari no empieces a… ¿Son cosas de chicas? ¿Y por qué me preguntáis a mis cosas de chicas? Has vuelto a hablar con Neji ¿Es eso? Te dijimos que no hablaras con él.
- No es eso, no es eso. Estamos preocupadas por él.
- Es que creemos que tiene un problema – añadió Ten-Ten.
- Y lo tiene, está deprimido, supongo que bastante bajo de moral, aunque penséis que los chicos somos unos burros resulta que a veces a algunos nos duele que nos dejen – dijo mirando fijamente a Temari.
- Sé que está deprimido y sé que es por mi culpa – habló nerviosa Temari – Ya lo sé, sé que no me he portado bien con él, que él fue maravilloso conmigo, estuvo a mi lado dándome apoyo y yo… ¿Por qué crees que estoy tan preocupada?
- Solo necesita tiempo – alegó Shikamaru empezando a andar mientras las chicas le seguían – Tiempo y que le dejéis un poco solo, necesita encontrarse de nuevo a sí mismo y ya está, dejarle seguir su camino.
- Shikamaru – Ten-Ten le detuvo agarrándole por el brazo – Le gusta Hinata.
Ante tal afirmación Shikamaru se giró y las miró detenidamente.
- Y nos referimos a que Hinata empieza a sentirse incómoda – aclaró Temari.
- ¿No será que ha vuelto a golpearla como en aquel campeonato de karate?
- No, golpearla no es lo que quiere hacer precisamente.
- Mendokuseeeeei – murmuró pensativo Shikamaru – A Neji se le ha ido la pinza.
- Se le ha ido pero mucho – añadió Temari.
- Cosas de chicas – susurró Shikamaru.
- ¡Shikamaru no me vengas con tus teoría machistas idiotas! – gruñó Temari.
- No, no es eso, quiero decir que yo… que esto debéis hablarlo con una chica, vosotras sois más sensibles y entendéis estas cosas mejor, ah, mendokusei… si estuviese aquí Akane, ella es bien lianta, seguro que algo se le ocurría… o Ino, Ino sería genial porque… oye ¿Sabéis que chico os puede ayudar?
- ¿Ya quieres quitarte el asunto de encima?
- No es eso. Me refiero a un chico que, quizás sea algo genético o quizás de ver tanto a su madre, tiene el don de cambiar a las personas ¿Os acordáis quien le hizo entrar en razón cuando tenía tanta rabia acumulada contra Hinata?
- La madre de Naruto – contestó Temari.
- Si, vale, la madre de Naruto, pero también ayudó otra persona.
- ¡Naruto! – exclamó Ten-Ten - ¿Es Naruto, verdad?
- Claro que es Naruto – afirmó Temari – Sabía que estabas hablando de Naruto solo que…
- ¿Qué? Tú dile a Naruto que Hinata tiene un problema y verás cómo hace lo que sea por ayudarla. No le planteéis que tiene un problema Neji, si no Hinata. Y a todo esto, Temari ¿Podrías decirle a Neji que quiero hablar con él? No es por lo de Hinata, es por lo de Sakura, es que tengo una teoría y de paso vienes tú también.
- ¿Yo?
- Si, si, vamos, si no te importa.
- No me importa pero Neji y yo…
- Alguna vez tendréis que empezar a estar juntos y hablar y hacer cosas ¿O vais a seguir ignorándoos mucho tiempo?
- No es eso, es que ya he quedado con Ten-Ten.
- Anda ve, mira, mejor, así yo voy con Kiba y Hinata. Es que como no está Gaara y Hinata se siente incómoda con Neji – explicó mirando a Shikamaru – Le dije a Kiba que la acompañase a casa, ya sabes que Neji es como su guardaespaldas.
- Si, es un poco pesado. También habría que quitarle esa manía.
- ¡Shikamaru! – gritó alegremente Sumire mientras iba casi dando saltitos hacia él – ¿A qué sabes tocar la guitarra?
- Un poco.
- ¿Ves? – le dijo a Tobi – Te lo dije ¿No te lo dije? Te lo dije.
- ¿Entonces tú te ligaste a Aka-chan cantando? – preguntó alegremente Tobi.
- Será que un chico tocando una guitarra se convierte automáticamente en un chico sexy – rio Ten-Ten. Bueno, voy a ver si pillo a Kiba y Hinata ¡Hasta luego!
- Dejadle y no le agobies – intervino Jisei que iba detrás de ellos - ¿No veis que sin Akane le falta una pata de su mesa?
- ¿El qué? – preguntaron al unísono Tobi y Sumire.
- Yo me marcho que tengo prisa – alegó Shikamaru – Al final se me va a hacer tarde y Shizune cerrará la enfermería. No olvides avisar a Neji, Temari.
- ¿Qué es eso de que Akane es la pata de una mesa? –insistió Sumire a Jisei.
- Me refiero a que nuestro mundo es como si estuviese sobre una mesa, todo nuestro mundo, y esa mesa tiene cuatro patas que hacen que no se nos derrumbe, cuatro pilares, los pilares de nuestra vida, los que nos sujetan y Akane es uno de los pilares de Shikamaru, sin ella la mesa de Shikamaru no se sujeta, se tambalea y cuando ella falta el equilibrio se rompe.
Sumire y Tobi la miraron con cara de no entender lo que intentaba decirles.
- Quiere decir – explicó Temari – Que cuando Akane no está Shikamaru se siente como cojo, no tiene donde apoyarse y hace cosas extrañas.
- ¿Cosas extrañas? – Sumire torció la boca para decirlo.
- Cosas extrañas – repitió Jisei.
- Casi me gusta más la teoría del yin y del yang – afirmó rotunda Sumire – Ya sabes, que Shikamaru es el perezoso yin y Akane el yang que le da vidilla y a cambio Shikamaru le proporciona tranquilidad ¿A que es bonito?
- Hay otros que si son el yin y el yang. Él le proporciona seguridad a ella y ella a él la paz que necesita.
Sumire y Tobi se miraron y sonrieron.
- ¡Gaara y Hinata! – contestaron a la vez y rompieron a reír.
- ¡Ah! – gritó Sumire – Vamos a hacer lo de "botón y ojal" Dame tu meñique.
- ¿El qué? – se extrañó Tobi.
- Lo de "botón y ojal". Hemos hablado a la vez y tenemos que hacerlo. Ven, dame tu meñique, entrelázalo con el mío y piensa un deseo. Luego contamos "una, dos y tres" y tienes que decir "botón" u "ojal" y si coincidimos el deseo se nos cumple.
- Vale, creo que lo he entendido.
- Una, dos y… tres…
- Botón – dijeron de nuevo al unísono y de nuevo rompieron a reír y en exclamaciones de alegría.
- Madre mía – suspiró Temari – Ya verás tu cuando Kankuro vea esto.
- Son como una fuerza de la naturaleza desatada – le palmeó la espalda Jisei – Esto ya no hay quien lo sujete.
Tras recoger la canastilla en la enfermería Shikamaru salió fuera del instituto, en la puerta del mismo le esperaban Stella y Shino, ambos en silencio.
- Llegas tarde – fue todo lo que opinó Shino.
- Si, ya lo sé, me han entretenido ¿No han venido Neji y Temari?
- Vienen detrás de ti – contestó Stella haciendo un gesto con la cabeza.
- Ah, bien, bien.
- ¿Para qué quieres hablar conmigo? – preguntó Stella.
- Necesito que me confirmes unas cosas.
- Ya estamos aquí – habló Temari.
- ¿Qué querías de mí? – añadió Neji.
- Tu opinión – respondió Shikamaru – Tengo una teoría pero quiero vuestra opinión.
- ¿Sobre qué? – volvió a preguntar Neji.
- Sobre lo que le sucedió a Sakura. Vamos andando y os lo cuento.
- ¿Qué tengo yo que ver en eso? – cuestionó Stella – Espero que ahora no pienses que yo tuve algo que ver.
- No, no es eso.
- Ah, bueno, porque he oído rumores que decían que he fingido ser amiga vuestra para convencer a Sakura y darle drogas.
- Ya hay que ser retorcido para pensar eso – cuestionó Neji.
- Esa es una teoría un poco absurda – añadió Shikamaru – Y con bastantes cabos sueltos. Venga, vamos andando. Además creo que ya nos habríamos dado cuenta. Pero dejando ese tema aparte, yo más bien creo que tú tienes una idea de quien le dio las drogas a Sakura.
- Hombre si, una teoría tengo.
- Quiero decir que sabes quien fue, aunque te da miedo reconocerlo.
- No te entiendo.
- Stella dinos la verdad ¿No sospechas de alguien?
Stella suspiró profundamente.
- Sí. Aunque no sé si son paranoias mías.
- ¿Fue Kikyo=? – preguntó solemne Shikamaru.
- ¿Kikyo? – repitió confusa Temari.
- He llegado a pensar que fue ella, si – respondió Stella.
- Lo sabía. Y tiene que ser ella – recapituló Shikamaru.
- ¿Por qué tiene que ser Kikyo? – preguntó Neji.
- ¿Y cómo has llegado a esa conclusión? – inquirió Temari.
- Pues porque sé que Sakura no le va a pedir ninguna pastilla a Kabuto. Vamos, pensarlo ¿De veras por un momento creísteis que Sakura le había pedido droga a Kabuto?
- No – contestó Neji – En eso tienes razón. Sakura nunca le pediría nada a Kabuto. Nunca le pediría drogas a nadie, pero menos a Kabuto.
- Y Sasori tampoco le daría nada a Sakura – opinó Shino.
- Está más que claro que Sasori no había sido – habló Temari.
- Pues solo queda pensar que alguien se las había dado a Sakura engañándola ¿Y cómo se puede dar una droga sin que la persona sepa que es una droga?
- Echándola en alguna bebida – contestó Neji.
- O en alguna comida – apuntó también Temari.
- Pero Sakura no comió – habló Shino – Bueno, sí, estuvo en la cafetería.
. Y en la cafetería estuvo Kabuto – reflexionó Temari – Eso fue lo que dijo Sasuke, que había oído su voz.
- No, no – interrumpió Shikamaru – Nos estamos olvidando de algo importante. A parte de darle la droga en la comida o en la bebida hay otra forma: en una pastilla.
Todos le miraron intrigados durante unos segundos.
- ¡Sakura estaba constipada! – exclamó Temari - ¡Claro!
- Akane nos contó que Sakura se tomó un par de pastillas antigripales – confirmó Shino – Pero eran pastillas normales, Akane las reconoció, incluso Sakura le ofreció una.
- Y aquí es donde entra Kikyo – Shikamaru miró a Stella - ¿Verdad?
- Sospecho que si – dijo esta.
- Kikyo se puso enferma en medio de la carrera y tuvo que regresar al instituto – hablaba Temari - ¿Puede ser que le diera las pastillas en la enfermería de alguna forma?
- No – respondió Stella – No fue así. Sakura había traído sus pastillas de casa, las llevaba en un pastillero y lo perdió. Yo estaba con ella cuando comentó que no lo encontraba y de pronto apareció Kikyo con el pastillero, dijo que se lo había encontrado cerca de la taquilla de Sakura.
- ¿Y era el pastillero de Sakura? – interrogó Neji.
- Sí. Era el suyo, era rosa y tenía una flor de cerezo dibujada y dentro estaban las pastillas.
- Que curioso que lo encontrara Kikyo ¿No? – comentó Shikamaru.
- Si, bueno, supongo que eso no es tan raro, que lo encontrara digo, Sakura pudo perderlo y… no es eso lo que me parece extraño, es otra cosa.
- ¿El qué? – Shikamaru la miró frunciendo el ceño.
- Pues… a lo mejor solo es una tontería mía…
- Stella, estoy convencido de que esas pastillas no eran pastillas normales, creo recordar que eran cápsulas que se pueden abrir y tienen la medicación en polvo dentro.
- Creo que sí.
- Yo mismo he vaciado algunas y las he rellenado con otra cosa.
- ¿Qué has hecho qué? – pareció enfurecerse Temari.
- Para engañar a Ino – contestó pesadamente Shikamaru – Ella me pedía pastillas y… ah, vamos a dejarlo, lo que importa ahora es que alguien pudo cambiar la medicación por droga.
- ¿No es un poco complicada tu teoría? – gruñó Temari.
- No – interrumpió Stella – Es que… Kikyo le había pedido a Kabuto… una pastilla.
- ¿Qué Kikyo le pidió drogas a Kabuto? – volvió a gritar Temari - ¿Tú sabías eso, Shika?
- No, yo no sabía ese dato pero lo he empezado a sospechar cuando recordé que alguien comentó que Kabuto acompañó a Kikyo de vuelta al instituto durante la carrera y luego recordé que Stella me dijo que Kikyo había encontrado el pastillero de Sakura, fue cuando todo empezó a tener sentido.
- Será para ti, porque yo no entiendo tu lógica – alegó Temari – Cuando Kabuto acompañó a Kikyo, Sakura ya tendría el pastillero ¿no?
- Kikyo me dijo que era un pastilla para su hermano, para una fiesta que iba a dar en la universidad, y a mí no se me ocurrió sospechar nada – se lamentó Stella - ¿Cómo iba a suponer que Kikyo quería drogar a Sakura? ¿Y por qué? Pero ella habló con Kabuto antes de la carrera y eso era muy raro, nosotras nunca hemos tenido nada que ver con Kabuto, nunca nos ha gustado pero dijo que Tobi no quería conseguirle ninguna pastilla, lo cual no me extrañó y…
- ¿Por qué querría Kikyo drogar a Sakura? – insistió Neji.
- Quizás porque la odia – contestó Stella – Sakura le cae fatal, no la soporta. A Kikyo le gusta Sasori, o al menos antes le gustaba pero Sasori nunc ha demostrado nada por ella y cuando empezó a salir con Sakura pues… vamos que no le gusta Sakura, lo que pasa es que nunca se me ocurrió pensar que llegaría a drogarla.
- ¿Entonces tú piensas que le pidió la droga a Kabuto con la idea de drogar a Sakura? – preguntó Neji - ¿Qué fue algo premeditado?
- No… no lo sé.
- Yo creo que pensaba hacer otra cosa con esa pastilla – declaró Shikamaru – pero que encontró el pastillero de Sakura y fue cuando se le ocurrió y que después, cuando empezó la carrera, se dio cuenta de lo que había hecho y se puso nerviosa y Kabuto, que es muy listo, se aprovechó de la circunstancia.
- Puede que Kabuto sospechase de Kikyo – meditó en voz alta Shino – Si nunca le había pedido pastillas y de pronto lo hizo quizás le pareció sospechoso. A mí me parecería sospechoso.
- Y la vigiló – añadió Neji – Sería lo normal si no se fiaba del todo de ella, una chica amiga de Sasori, Deidara y Tobi. No olvidemos que entre Sasori y Kabuto ya ha habido más de un roce, como en el cumpleaños de Ino.
- Claro – afirmó también Temari – Kikyo era del grupo de Sasori… normal que no se fiase de ella, seguro que pensó que era una trampa o algo así y si Kikyo se puso nerviosa lo mismo consiguió que le contase lo que había hecho ¿No puede ser eso?
- Seguro que Kikyo se arrepintió – habló con pena Stella – Kikyo es una cabeza loca pero… yo la noté muy rara, nerviosa…
- ¿No estamos suponiendo demasiadas cosas? - habló rotundo Neji - ¿Por qué iba a Kabuto querer drogar a Sakura? Más vale que antes de hacer nada y de decir nada, nos aseguremos.
- ¿Y cómo nos aseguramos? – curioseó Stella – Yo quiero ayudar. Ya sé que Kikyo no os cae bien pero ha sido la única amiga que he tenido en años y quiero saber si ha tenido algo que ver.
- Tenéis razón. No podemos demostrar nada – alegó Shikamaru – Lo único que podemos es intentar conseguir que Kikyo confiese.
- Pues empecemos por ahí y ya veremos que hacemos luego – propuso Shino.
- ¿Y cómo hacemos que Kikyo confiese? – cuestionó Neji.
- Preguntándole – respondió con naturalidad Shikamaru – Stella lo ha dicho, han sido amigas durante años.
- No me gustaría que Stella se metiera en problemas por nuestra culpa – habló Neji.
Stella le miró y sonrió, realmente parecía preocupado, sería una tontería pero daba la sensación de que comenzaba a tratarla como a una amiga.
- ¿Y qué hacemos con la que tenemos detrás? – dijo de pronto Temari – Lleva siguiéndonos todo el tiempo.
- Ah, sí, Tayuya – sonrió Shikamaru – Habrá que decírselo.
- Si – añadió Stella - ¿Se lo podemos decir? De todas formas no creáis que soy buena guardando secretos, me lo sacará.
- ¿Y podemos fiarnos de ella? – preguntó Neji – Era del grupo de Kabuto.
- Yo confío en ella – afirmó Stella – Ya te dije que ahora somos amigas.
- Lo cual es muy raro porque tú estabas en el grupo de Sasori y era como que no quería saber nada de Kabuto – insistió Neji.
- Pero eso es el pasado, ahora Tayuya no tiene nada que ver con Kabuto, ni quiere tener nada que ver. No juzgues un libro solo por su portada, Yuga.
- Es normal que Neji sea reticente – intervino Temari – Hasta hace poco ella hacía todo lo que Kabuto decía.
- No os creáis todo lo que se decía. Es igual, son cosas de Tayuya, no debería meterme en eso.
- ¡Tayuya! – habló de pronto Shikamaru - ¡Ven!
Tayuya estaba a unos metros de ellos, los suficientes y apropiados como para disimular y miraba distraídamente hacia otra dirección cuando oyó la voz de Shikamaru y se hizo la sorprendida. Estaba claro que la habían descubierto, seguramente no lo había hecho muy bien y ahora le preguntarían porqué les estaba siguiendo. Con el ceño fruncido se acercó al grupo.
- Tranquila que no te vamos a preguntar que hacías – habló Shikamaru – No hace falta que te inventes nada.
- Que gracioso eres Nara, que gracioso – dijo con sorna.
- Nosotros nos vamos ya y te dejamos con Stella – continuó hablando Shikamaru – Solo quería preguntarte una cosa.
- Suéltalo.
- ¿Tú tienes mucha confianza con Kimimaro? - Todos miraron extrañados a Shikamaru – He oído decir que quiere buscar pruebas de que Kabuto reparte drogas y esas cosas.
- Yo no sé nada – contestó mirando hacia otro lado.
- Es una pena. Bueno, si te enteras nos lo dices. Quien sabe, a lo mejor a nosotros nos interesaría… saberlo.
Tayuya seguía mirando hacia otro lado, realmente esa chica hacía difícil a veces comunicarse con ella, a pesar de todo lo mal hablada que era y la agresividad que mostraba en realidad ocultaba un gran aislamiento, quizás todo aquello solo era parte de la coraza que se ponía. Neji la observaba, le resultaba de lo más intrigante ¿por qué había defendido a Hinata cuando se suponía que no la soportaba? O al menos él pensaba que no la soportaba… Se dio cuenta de que Stella había cogido la mano de Tayuya como si quisiera transmitirle seguridad… pues sí que se habían hecho buenas amigas, ellas dos que siempre habían sido como la noche y el día.
- Temari – hablaba Shikamaru – Como tus hermanos no están ¿Te vienes a mi casa a hacer los deberes?
- ¿Qué pasa? ¿En qué quieres que te ayude? – sonrió con burla.
- Que mujer más problemática – murmuró Shikamaru.
- Lo siento Shika, pero precisamente quiero esperar a mis hermanos en casa, a ver que le han dicho a Gaara. Luego te veo por la noche y te ayudo con lo que sea.
- ¿Tú necesitas ayuda, ratoncito? – también se burló Tayuya.
- Está sacando dos cursos – se adelantó a contestar Stella – Me imagino que a veces necesitará algo de ayuda con las asignaturas a las que no va, por los exámenes y eso ¿Es eso?
- Que cosas. Bueno ¿Y qué es lo que queríais de Stella con tanto secreto?
- Es que piensan igual que yo – también contestó Stella - ¿Te acuerdas de lo que te dije que pensaba de Kikyo?
- ¿El qué? ¿Qué es tonta del culo?
- Lo del pastillero que encontró de Sakura, lo de que algo me olía mal ¡Pues ellos también!
- ¿Ah sí? A ver, contarme eso.
- Yo te lo cuento ahora por el camino.
- ¡Ya estoy en casa! – saludaba Momoka, la hermana de Sakura, a voz en grito mientras se quitaba los zapatos.
- ¡Bienvenida! – contestaba con entusiasmo Mebuki.
- ¡Hola mamá! – decía entrando en la cocina - ¿Qué estás haciendo?
- Cup-cakes.
- ¡Ah qué bueno!
- Pero no son para ti. Tenemos visita.
- Bueno pero podré comer yo también.
- Si pero no ahora. Anda, cámbiate y ve a casa de Minako.
- ¿Por qué tengo que ir a casa de Minako?
- O ve a casa de Touya, da igual, pero llama y di que vas.
- ¿Es que me hechas de casa?
- ¿Qué tonterías dices? Lo que pasa es que viene la madre de Naruto a merendar.
- ¿Otra vez a hablar con Sakura?
- No. Esta vez viene a hablar conmigo y… mira, prefiero que te vayas.
- ¿Es que vas a hablar de mi?
- No, voy a hablar de mi ¿Tanto os extraña que yo necesite hablar con alguien? Ya no puedo más, no os podéis imaginar lo que esto ha sido para mí, estoy que ya no vivo, no duermo, me paso las noches escuchando los ruidos por si… sois mis hijas y lo que más quiero en este mundo y… se llevaron a Sakura, me quitaron a mi hija y…
El timbre del teléfono sonó oportunamente haciendo que Mebuki recobrara la compostura que empezaba a perder y respirara profundamente.
- Coge el teléfono, por favor.
- Si, ya voy.
Momoka fue hasta el comedor casi corriendo.
- Residencia de la familia Haruno – contestó alegremente, siempre le había gracia contestar diciendo esa frase.
- ¿Sakura?
- No, no soy Sakura, soy la otra florecilla.
- Ah, Momoka. Soy Shikamaru.
- ¡Shikamaru! ¡Cuánto tiempo! ¿Qué tal estás?
- Bien, bien. Oye ¿Se puede poner Sakura?
- Bueno, iré a preguntarle, espera un momentito.
- Gracias.
Momoka dejó con cuidado el auricular y se dirigió a la habitación de su hermana. Tocó con los nudillos la puerta pero no esperó a que contestase y abrió.
- ¿Se puede? – dijo asomando la cabeza.
- ¿Qué quieres? – contestó Sakura que estaba tumbada en su cama.
- ¿Qué haces?
- Que me digas que quieres.
- Tienes a Shikamaru al teléfono.
- ¿Shikamaru?
- Si, ese chico de coleta tiesa.
- ¿Y qué quiere?
- Pregunta cómo coser el bajo de una falda ¡Pues quiere hablar contigo!
Sakura la miró y se incorporó lentamente.
- Eres muy egoísta, Sakura y no sé cómo mamá te aguanta.
- ¿Y eso a que viene ahora?
- Por tu culpa mamá ha estado llorando. Deberías dejar de ser tan víctima.
Sakura no contestó, total su hermana no iba a entender lo vulnerable que se sentía y sin muchas ganas se dirigió al comedor.
- Dime Shikamaru – contestó.
- Hola Sakura ¿Cómo te encuentras?
- No se… regular.
- Todos estamos deseando que te recuperes. Te echamos mucho de menos.
- Ya, bueno ¿Qué querías?
- Ah sí, verás es que necesito el teléfono de Sasori.
- ¿De Sasori? ¿Para qué quieres el teléfono de Sasori?
- Pues para llamarle, quiero hablar con él. Verás es que el sábado tenemos que ir a adornar el instituto.
- ¿Y qué tiene que ver Sasori en eso?
- Pues me gustaría que viniese a echarnos una mano. Es que no estáis tú, ni Ino, Sasuke, Akane y la verdad, a mí me gustaría ir al pueblo para estar con Akane y pues ya ves, nos vendría bien una ayudita.
- ¿Y has pensado que Sasori te va a ayudar?
- Pues sí, seguro que si nos ayuda.
- Él es del equipo contrario, nuestros rivales.
- Pero ahora es un amigo. Estoy seguro de que vendrá a ayudarnos, además, ahora que lo dices, lo mismo tengo otra propuesta para hacerle.
- ¿Y por qué no se lo dices directamente cuando le veas?
- Bueno es que no le vemos. Desde… desde el día del terremoto no ha vuelto al instituto.
- ¿No?
- No. Parece ser que está muy deprimido y Tsunade le ha dado unos días libres.
- ¿No ha ido ningún día al instituto?
- No pero creo que si le proponemos que venga a ayudarnos le servirá además para distraerse y no dar tantas vueltas a las cosas.
- ¿Pero tú te fías de Sasori?
- No sé por qué no habría de fiarme de él, estuvo cuando Ryuko necesitaba ayuda y yo le estoy muy agradecido por eso.
Sakura se volvió a quedar en silencio ¿La gente se fiaba de Sasori? Claro ¿Por qué no iban a no fiarse si el problema era ella?
- ¿Sakura estás ahí?
- Si, si, apunta…
Después de darle el teléfono a Shikamaru vio cómo su hermana se marchaba de casa y notó un olor dulce y característico que venía de la cocina
- ¡Sakura! – la llamó su madre - ¡Ven un momento!
Al entrar en la cocina vio a su madre adornando unas pequeñas magdalenas.
- ¿Has hecho cup-cakes?
- Si ¿Te importa terminar de adornarlos? Es que se me está haciendo tarde y quiero arreglarme un poco.
- ¿Esperamos visita?
- Sí. Viene la madre de Naruto a merendar.
- Te dije que no quería hablar con ella.
- No es para ti, no sé por qué piensas que es para ti. Es para mí, yo también necesito alguien que me escuche.
- ¿Vas a hacer terapia?
- ¿Crees que a mí no me ha afectado lo que te pasó? Pues me afectó, me afectó y mucho, ahora soy como una histérica paranoica que le tengo miedo a todo.
- ¿Por eso no quieres que salga con Sasori?
- Ni con Sasori, ni con nadie, pero esto no puede seguir así, me terminaré volviendo loca, así que he decidido que mi vida no la va a controlar el miedo. Anda, termina con los adornos.
Mebuki era muy lista, puede que no fuera psicóloga como Kushina pero conocía a sus hijas y aunque ellas no se dieran cuenta sabía cómo influirlas.
Conocía a Momoka y sabía que a pesar de lo alocada que esta se comportaba en el fondo era muy sensible y que ver a su madre triste y a punto de llorar le preocuparía y seguro que algo le comentaría a su hermana.
También conocía a Sakura y sabía cómo hacerla recapacitar y pensar sobre la situación que estaban viviendo.
Cuando regresó a la cocina ya arreglada Sakura había terminado con los adornos y estaba fregando los platos. Un gesto bastante normal pero para Mebuki lo más importante que había pasado en los últimos días, Sakura estaba haciendo algo y sin que nadie se lo pidiese.
- ¿Por qué no te arreglas tú también un poco?
El timbre de la casa sonó.
- Debe ser Kushina ¿Te molestaría mucho ir a abrir?
Sin muchas ganas Sakura se dirigió a la puerta y abrió, no le apetecía volver a ver a Kushina, le caía bien, era una señora muy simpática pero…
- ¡Sakura!
Frente a ella Ino la sonreía con los brazos abiertos.
- ¡Ino!
Inmediatamente se fundieron en un abrazo intenso y lleno de sentimientos. Las dos lloraban sin poder evitarlo, las dos acariciaban el pelo de su amiga, en ese momento eran todo lo que necesitaban, sentirse la una a la otra, abrazarse, dar consuelo a su amiga y a la vez recibir el de esta.
Fueron unos minutos llenos de emoción. No querían separarse y continuaban llorando, habían estado separadas, pero no solo era una separación física, se habían ido distanciando sin darse cuenta y ahora se volvían a encontrar, porque Ino necesitaba a Sakura y para Sakura en ese momento apoyar a Ino era lo más importante, porque Sakura necesitaba a Ino y para Ino sus problemas ya le daban igual.
Ahora se tenían la una a la otra, sentían el calor que emanaba de su amiga y se sentían reconfortadas.
Kushina y Mebuki miraban aquella escena en silencio y también a punto de llorar.
- Vaya día que llevo hoy de emociones – suspiraba Kushina.
A veces no nos damos cuenta de lo importante que son los amigos, están a nuestro lado, compartimos vivencias con ellos, reímos y en ocasiones discutimos, todo es fácil a su lado, todo es sencillo y cotidiano, tan cotidiano que olvidamos lo valiosos que son y sin darnos cuenta nos vamos alejando poco a poco atraídos quizás por otras cosas. Pero si de repente nos sucede algo imprevisto y los necesitamos, descubriremos que los verdaderos amigos estarán de nuevo a nuestro lado, dispuestos a ayudarnos y sin pedirnos nada a cambio y si son ellos los que nos necesitan, dejaremos lo que sea para correr a su lado, no lo podremos evitar.
- Te he echado mucho de menos – lloraba Sakura.
- Lo sé, lo sé y yo a ti, pero ya estoy aquí.
La amistad es una ecuación difícil de explicar, es algo que nos une, es lo que se siente como un picotazo en el corazón si perdemos y que añoraremos si se aleja de nosotros. Son sonrisas cómplices y entenderse sin necesitar hablar… es saber cuándo tu amigo necesita un abrazo, dárselo y llorar al unísono pero también es compartir alegrías y sentir tuya la felicidad del otro.
- ¡Shikamaru! – el grito de Naruto a través del teléfono solo alto y penetrante, tanto que Shikamaru apartó un poco el móvil mientras cerraba un ojo.
- Mendokuseeeei, no hace falta que grites tanto.
- ¡Sasuke puede ver, ttebayo! ¿Me oyes? ¿Me oyes?
- Si, si te oigo, como para no oírte.
- ¡Es que puede ver! ¡Es la mejor noticia que me han dado en mucho tiempo! ¡Puede ver! ¡Lo ha conseguido, ttebayo! Me ha llamado mi madre y me lo ha dicho ¿Te lo puedes creer? Ese maldito lo ha conseguido.
- Que sí, vale, tranquilízate un poco.
- ¡No puedo tranquilizarme! Ahora mismo voy a ir a verte.
- ¿A mí?
- Si ¿Estás en casa?
- ¿Y por qué no vas a ver a Sasuke?
- Porque está con su familia celebrándolo… me imagino. Minako y yo vamos para tu casa.
- Es que yo tengo que estudiar y…
- Porque al final no me hiciste caso y no hablaste con Minako, así que voy con ella.
- Espera Naruto es que yo tengo que estudiar y…
- ¡Enseguida nos vemos!
- ¡Naruto! Ahhhhhhhhhhh, que problemático es este chico – se quejó Shikamaru, ya no podía hacer nada, Naruto le había colgado.
Porque los amigos están para los buenos momentos y los malos y aunque les duela a veces tienen que dar noticias que desearían no hacer.
- Pasa, pasa Minato – decía Shikaku levantándose de su silla en el despacho - ¿Cómo tu por aquí?
- No quería molestarte – decía Minato entrando – Lo que pasa es que tengo que hablar contigo.
- ¿Sucede algo?
- Espero que no y que todo sea una exageración de mi hija.
- ¿De Minako? Pero siéntate por favor ¿Quieres tomar algo?
Pero por mucho que no les guste o desearían no hacer, lo hacen porque es lo que ellos desearían que sus amigos hicieran si estos supieran que su hija se estaba metiendo en un problema.