viernes, 12 de septiembre de 2014

199. Una vez en Diciembre

Shikamaru cerraba su ordenador portátil con un gesto mitad de cansancio, mitad de enojo, se levantó y salió de su antigua habitación en casa de sus padres. Estirándose bajó las escaleras hasta el comedor y se dejó caer en el sofá, al lado de su hermana que parecía muy ocupada con su móvil.
- ¿Qué te pasa? – preguntó Chiharu mirándole de reojo – Pareces desanimado ¿Has hablado con Akane?
- Loca – contestó sin mucho interés – Está loca.
- Ah pero eso es algo normal en ella. Eso decías antes ¿no? Siempre estabas quejándote de que estaba loca...
- Es muy problemática.
- Siempre estás diciendo de que es muy problemática, no entiendo entonces por qué estás tan enamorado.
- Y yo que se – se lamentó – Dicen que el cerebro toma la decisión de enamorarse 7 segundos antes de que te des cuenta y que ya no hay vuelta atrás.
- Creí que eso era cosa del corazón y ya sabes lo que dicen, que el corazón tiene razones que el cerebro ignora y cosas así.
- Pues no, todo eso está equivocado, es el cerebro el que manda.
- Tiene su lógica – torció la boca en un gesto extraño – El corazón solo es un músculo después de todo, pero tío, le has quitado todo el romanticismo al asunto.
- Al contrario, se lo he puesto. Cuando tu cerebro decide que una persona es la ideal para ti ya no entra en razones, le da igual cualquier consideración, ha tomado la decisión y punto. Por eso, cuando nos rechazan o nos dejan nos duele tanto, porque nuestro cerebro no había preparado tal eventualidad.
- ¿Y por qué habéis discutido esta vez?
- No hemos discutido es que no quiere que vaya al pueblo este fin de semana.
- ¿Cómo que no quiere que vayas?
- Dice que tengo que quedarme aquí y divertirme.
- Que malvada – dijo con cierto tono de burla – Mira que decirte que te quedes a divertirte, algo malo debe estar tramando.
- Dice que le han dicho que tengo mala cara y que no descanso lo suficiente. Seguro que ha sido Jisei, está muy pesada con eso.
- Pues si es que es verdad que tienes mala cara y que no descansas. Lo mismo tiene razón y deberías divertirte un poco.
- Pues ya me divertiré yendo al pueblo.
- No, que va, no lo harás. Cuando vas al pueblo te empeñas en demostrar que vas a ser un buen padre a todo el mundo y que eres responsable y te pondrás a trabajar y cuando tengas un rato libre a estudiar. Eres muy aburrido, Shika, muy aburrido.
- Ahhhhh – se quejó - ¿También tú vas a echarme un sermón? Que pesadas que sois todas las mujeres.
Chiharu miró a su hermano que, recostado en el sofá, había cerrado los ojos. Sí que tenía mala cara, era cierto.
- Que feo te estás poniendo – comentó.
- Yo también te quiero.
- ¡Kumiko! – llamó a la gata que pasaba por allí - ¡Ven, ven! Ven con mamá, eso es, ay mi gatita linda – decía mientras cogía a la gatita para ponerla sobre su regazo y acariciarla - ¿Tantas ganas tienes de ver a Akane?
- Quiero estar con ella.
- Pues sí que estás bien "encoñado".
Shikamaru abrió un ojo y la miró.
- Lo que pasa es que estoy en plena fase de euforia, donde las hormonas me controlan y me causa cierta adicción estar con ella, ya sabes, todo un subidón.
- Ahhhhh, vale – dijo sin entender muy bien de lo que hablaba su hermano.
- El enamoramiento pasa por varias fases, yo estoy en la fase en que mi cerebro no me deja ver nada más que lo que quiere, es todo muy problemático.
- ¿Y eso cuanto te va a durar?
- Pues me imagino que hasta que nazcan mis niños y entonces aprenderé a querer de otra manera. A ti también te pasará, te gustará un chico y te volverás como tontita durante unos meses.
- Ya me gusta alguien – dijo con un poco de apuro-
- ¿A si? ¿No será Touya otra vez?
- ¡Por favor! Eso fue una tontería, él es demasiado inmaduro para mi – Shikamaru abrió los ojos y la miró sorprendido – No me mires así, ya sabes que las mujeres maduramos antes que los hombres, para mí es un crio.
- Mira tú la vieja... ¿Es Haku?
- ¿Haku? No, no es Haku.
- Como siempre dices que es tan guapo.
- Y es que es guapo pero no, no es Haku.
- Pues espero que no sea Neji.
- ¿Neji? No es Neji pero ¿Por qué te parece mal?
- Oh si a mí Neji me parece genial, es serio, responsable y muy… formal y protocolario, no haría nada "inadecuado" pero acaba de salir de una relación y no está pasando una buena etapa, no me gustaría que te dañase.
- Mira tú que mi hermanito resulta que tiene sentimientos y al final es como todos los hermanos mayores, un plasta – dejó a la gatita con cuidado en el suelo y se levantó – Me voy a mi habitación.
Shikamaru la miró marcharse y volvió a cerrar los ojos. Sí que era cierto que estaba bastante cansado.
Automáticamente su cerebro le envió la imagen de Akane, una Akane con un vestido de premamá de su madre, blanco con motivos en azul celeste, algo anticuado y que ella usaba para estar cómoda por la casa pero que le daba un aspecto tremendamente dulce.
E inmediatamente otra imagen vino a su mente: Akane el día que la conoció, o mejor dicho, el día que por primera vez la vio de cerca ¿Cuánto tiempo hacía de eso? Aproximadamente dos años y medio… la de cosas que habían pasado en esos dos años y medio, conocerse, ir gustándole cada vez un poquito más, empezar a ilusionarse, aquellas salidas en secreto, el maldito malentendido, el dolor, el querer volver a empezar, el volverse a enamorar y todo lo demás… Pero se acordaba perfectamente de aquel día de Mayo cuando se acercó con Chouji al banco donde estaba sentada con Jisei y Ryuko y por primera vez vio sus ojos, hasta recordaba las gafas que llevaba, que eran distintas, mas redondas de las que ahora usa… ¿Por qué recordaba ahora eso?
- Todo es culpa de Chouji – murmuró.
"…
1 de Abril
Primer día del nuevo año escolar en el Instituto de Konoha.
Como cada 1 de Abril comenzaban de nuevo las clases. Tras unas pequeñas vacaciones de primavera la rutina volvía al instituto. Tras el protocolario discurso de bienvenida que todos los años Tsunade daba para los alumnos que comenzaban ese año los estudios de secundaria, es decir, los que iniciaban primero, los alumnos se dispersaban por todo el instituto.
Les daban unas horas libres, hasta después de la comida, para que los nuevos pudiesen visitar el recinto y los distintos clubs ya que apuntarse a al menos una actividad extraescolar era casi obligatorio. Además los alumnos veteranos solían estar en sus clubs para promocionarlos, algunos incluso se ofrecían como alumnos tutores para ayudar a los nuevos a integrarse y todos, novatos y veteranos debían buscar sus nuevas aulas y recoger sus horarios.
Shikamaru, Ino y Chouji empezaban 3º de secundaria. Mientras Ino revisaba en el tablón de anuncios en que clase les habían ubicado ese año, Shikamaru bostezaba aburrido y Chouji observaba a todos los alumnos que había por allí como si buscase a alguien.
- Que aburrimiento – se quejaba Shikamaru - ¿Qué buscas, Chouji?
- A una chica. A la chica que se sentó a mi lado durante los exámenes finales ¿Te acuerdas?
- Pues sí que quieres que recuerde – dijo metiéndose el dedo meñique en el oído derecho – ¿Y la ves?
- No, quizás ya esté en su aula. Ojala este año nos tocara con ella en la misma clase, sería una pasada.
- ¿Ya te has vuelto a enamorar? Mira que la última vez dijiste que no volverías a hacerlo.
- ¡Estamos juntos! – exclamó de pronto Ino – Este año estamos juntos y también con Sakura y Naruto. Sasuke-kun no, a él le han cambiado de clase, que pena.
- Si, una pena tremenda – comentó en tono aburrido Shikamaru.
- Tú como siempre, todo te da igual, de verdad Shika que cada año eres más aburrido ¿A quién busca Chouji?
- A una chica, a la futura señora Akimichi o la que le partirá el corazón, ya veremos lo que sucede.
- Pobre Chouji, eres un romántico empedernido.
Era cierto, Chouji era un chico demasiado enamoradizo, no lo podía evitar, era de esos chicos que se enamoran de una cara bonita, de un pelo brillante o unos ojos grandes y como por desgracia nunca tuvo uno de los físicos más populares entre las chicas pues siempre terminaba con un gran rechazo o siendo objeto de burlas. Siempre después de un desengaño juraba y perjuraba que nunca más iba a fijarse en ninguna niña, que todas eran malas y crueles con él pero en cuanto se cruzaba en su camino una cara bonita, unos ojos grandes o una sonrisa amable, él volvía a sentir su corazón acelerarse y la esperanza de que esa vez no le clasificasen solo como amigo o "chico del que podemos reírnos", renacía en él.
- ¡Allí está! ¡Mírala es esa! – gritó Chouji señalando a tres chicas que se acercaban lentamente hablando entre ellas.
- ¿Cuál? ¿La del pelo naranja y gran "pechonalidad"? – cuestionó Shikamaru.
- ¡Shikamaru! – gritó Ino con evidente tono de enfado - ¡Que basto eres!
- ¿Qué? Es una forma de describirla, lo que parece caracterizarla, yo seguro que soy el tipo de la coleta tiesa, Chouji el gordito y tú la tetona rubia.
- ¡Shikamaru! – volvió a gritar Ino - ¡Me tienes harta! ¡Esa chica tiene nombre! Se llama Kumoyuki.
- Ahhhhhh No puedo saber cómo se llama Creo que en mi vida la he visto.
- ¿Pero cómo no la vas a ver si ha estudiado desde la guardería con nosotros?
- ¿Estás segura? Yo creo que me acordaría de su físico.
- ¡Tú que te vas a acordar si te pasas la vida durmiendo o mirando las nubes!
- De todas formas no me refiero a ella – interrumpió Chouji – Me refiero a la otra, la bajita de pelo color de miel.
- ¡Anda el romántico! – resopló Shikamaru.
- ¡Qué bonito Chouji! – suspiró Ino - ¿Entonces te gusta Harukaze?
- ¿Se llama Harukaze? – preguntó Chouji ilusionado - ¿La conoces?
- ¿Pero cómo no la voy a conocer si…? Bah, es inútil con los hombres, nunca os fijáis en nada, es alucinante. Quizás no la recuerdes porque antes estaba más gordita, ahora ha adelgazado mucho y a la otra, a la del pelo naranja – dijo severamente mirando a Shikamaru – seguro que no la recuerdas porque antes tenía el pelo corto y parecía un chico.
- ¿Se ha travestido? – Shikamaru arqueó las cejas.
- Más tonto y no naces.
- Ahhhhh, que pesada. Uno no puede conocer a todas las chicas del instituto y más con tanto cambio hormonal que habéis tenido últimamente, además ¿Quién quiere conocerlas? Sois todas unas pesadas y unas mandonas.
- Chouji – Ino prefirió ignorar a Shikamaru antes de seguir gritándole – Pues estás de suerte, chico, porque está en nuestra clase.
- ¿De veras? – se emocionó su amigo.
- Que sí, que lo he visto, ella y Nagashiyama, que es la otra, la que no tiene el pelo naranja.
- La morena alta y delgada – añadió Shikamaru e Ino le lanzó una mirada asesina - ¿Qué quieres? Es como es y tampoco recuerdo haberla visto nunca o quizás sí, cuando la vea de cerca te lo diré. Mira, es como esa, no recuerdo como se llama.
- ¿Cuál?
- Esa, la chica nueva en el instituto ¿A que no sabes a cual me refiero? Pues a esa, la rubia con 4 coletas que está buenísima.
- ¡Shikamaru!
- Mendokuseeeeei ¿A que ahora si sabes de quien hablo?
- Es la chica con la que competiste en los juegos de estrategia, esa a la que habías vencido pero te rendiste porque eres un… un desastre.
- Ya decía yo que me sonaba de algo. Entonces, por lo que se ve, al final ella y sus hermanos si se han apuntado al instituto.
- Mira como recuerdas que tiene hermanos.
- No voy a recordar al chico del pelo rojo psicópata.
- ¡Vienen hacia aquí! – habló nervioso Chouji – No miréis, que no vean que las estamos mirando.
- Vendrán a mirar las listas – opinó Shikamaru.
- Anda Shika, vamos al aula, venga, vamos, antes de que vengan.
- ¿No quieres hablar con ella?
- No, no, no, no estoy preparado, venga, vamos al aula – agarró a Shikamaru del antebrazo y empezó a andar tirando de él.
- Mendokusei – se quejaba Shikamaru mientras seguía a la fuerza a su amigo.
Una vez en el aula, Chouji se paró y observó con detenimiento la disposición de las mesas.
- Si lo que quieres es buscar el mejor sitio para ver a esa chica, te sugiero que nos sentemos ahí, al lado de la puerta – habló Shikamaru con desgana.
- ¿Tú crees?
- Cada vez que entre o salga la verás.
- Pero si se pone en las mesas del final…
- Que aburrimiento, venga decídete.
- Bueno, nos sentamos a la entrada pero si no me convence después de comer nos cambiamos. Espero que Ino no se haya equivocado y esté en nuestra clase o que no quiera reírse de mí, me refiero a Ino.
- ¡Chouji,Shikamaru, estamos en la misma clase, ttebayo! – gritó de pronto Naruto.
- ¡Naruto deja de dar gritos! – se quejó Sakura – Siempre tienes que estar llamando la atención ¿Qué va a pensar el chico nuevo de ti?
El "chico nuevo" era Sai que, al oír a Sakura, sonrió enigmáticamente.
- Pienso que es un tonto escandaloso.
- ¿Qué dices? – bramó aún más alto Naruto - ¿Pero tu quien te has creído que eres?
- ¡Déjalo Naruto! – le recriminó Sakura – No vale la pena discutir, seguro que es extranjero y no entiende bien el idioma o algo.
- Entiendo perfectamente el idioma y no soy extranjero. Eres muy amable, por tu aspecto de bruta y fea pensé que ibas a ser más antipática.
- ¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeee?
Naruto sujetó rápidamente a Sakura antes de que el puño de esta se estampase contra la cara del chico nuevo, si había algo que ese chico no sabía era la fuerza de Sakura y que no había que meterse con ella.
- Este año va a ser movidito – suspiraba Shikamaru acomodándose en su sitio.
Chouji no le atendía, la chica de pelo color de la miel y su amiga, la morena, es decir, Ryuko y Jisei, entraban en ese momento en el aula y se sorprendían ante la violenta escena que tenía lugar.
- No os asustéis – habló Shikamaru – Es que Sakura tiene mucho carácter.
- Sabemos muy bien como es Sakura – contestó Jisei – El que me preocupa es ese chico nuevo, tiene un aura muy… rara ¿Ese chico es normal?
- ¿Un… qué tiene raro?
- El aura Shika, el aura – refunfuñó Ino entrando detrás de ellas – Si es que no te enteras de nada,. Jisei puede ver las auras de las personas.
Shikamaru la miró arqueando las cejas y luego miró a Chouji que, con la boca abierta y rojo como un tomate, no quitaba la vista de encima de la otra chica.
- Jisei puede ver las auras y además hecha maldiciones – continuó hablando Ino – Así que tened cuidadito con lo que hacéis. Yo voy a sentarme con Sakura, ese chico nuevo es muy guapo, se parece un poco a Sasuke-kun ¿no os parece?
- A mí me gustaría sentarme aquí – dijo Jisei señalando el sitio detrás de Chouji - ¿Qué te parece Ryuko?
- Me da igual – respondió esta,
Cuando Chouji oyó la voz de Ryuko aún se puso más colorado si eso era posible.
Jisei se sentó detrás de Chouji y Ryuko hizo lo mismo detrás de Shikamaru. Chouji se dio cuenta de que entonces solo tenía que girarse para verla y así lo hizo.
- Hola – dijo apurado al ver que la chica le miraba – Soy Chouji Akimichi.
- Hola, yo soy Ryuko Harukaze. Espero que nos llevemos bien.
Ambos se quedaron mirándose sin saber que más decir.
- Jisei – dijo de pronto Ryuko - ¿Y si vamos a ver a Akane? Es que me da pena que esté sola.
- No está sola, está con Shino y con Ten-Ten, pero bueno, venga, vamos a verla.
Se marcharon y Chouji respiró profundamente.
- Menos mal que ya puedes respirar – se burló Shikamaru.
- Es… es perfecta ¿La has visto? ¿Has visto que ojos dorados tan bonitos que tiene? Y que sonrisa y que voz tan dulce.
- Oye, su amiga es muy guapa, pero muy guapa, podíamos pedirles salir alguna vez los cuatro juntos.
- ¿Te ha gustado su amiga?
- Es guapa y no me desagrada, aunque creo que está un poco loca, por eso de las auras, pero en fin, todas las mujeres están un poco locas.
- Tú sigue diciendo esas cosas y un día te partirán la cara y será una mujer, ya lo verás.
- Mendokusei… yo solo quería ayudarte.
- Pues mejor no hagas nada para ayudarme, lo mismo se puede pensar que queremos ligar o algo así.
- ¿Y no queremos eso? Quiero decir que es lo que tú quieres.
- Primero vamos a hacernos sus amigos ¿vale?
- Vale, pero algo tendrás que hacer para ser su amigo.
- Poco a poco cogeré confianza, ya lo verás, tú déjame a mí, esta vez no quiero meter la pata, no quiero que se burle de mí y que me rechace antes de conocerme.
- Ya sabes lo que te pasa, Chouji, cuando te conocen se dan cuenta de que eres un chico estupendo y te ven como un "gran amigo", solo como "un gran amigo".
- Ya lo sé, ya lo sé, siempre igual, siempre el amigo, el bueno, el de gran corazón pero nada más… pues esta vez lo voy a hacer de otra forma.
- Chouji, tu eres como eres y te tiene que querer como eres, si no te acepta así es que no merece la pena.
- Eso en la teoría queda muy bonito pero en la práctica… duele.
Shikamaru suspiró, sabía cómo era Chouji y que no podía evitarlo. De nuevo su amigo se estaba ilusionando, solo esperaba que esta chica no le rompiera el corazón porque él ya estaba harto de verle sufrir.
Y empezaron a pasar los días. A pesar de lo cerca que Ryuko estaba sentada de Chouji este no se atrevía a hablarla, apenas si mantenía con ella las frases típicas de cortesía de bienvenida, adiós y de vez en cuando pedirle algo y Shikamaru seguía sin conocer a Akane, ni siquiera la había visto de cerca y no tenía ninguna idea predeterminada de ella.
6 de Mayo
Estaban en la Golden Weekend y no tenían clase. Shikamaru y Chouji habían salido a dar una vuelta y se habían sentado en uno de los bancos del parque. Estaban bien allí, mirando el cielo y tomando unas patatas fritas, era un sitio tranquilo y solitario y ellos ni siquiera necesitaban hablar para disfrutar de ese momento.
Shikamaru tenía los ojos cerrados cuando unas risas alegres y voces de chicas rompieron la paz que disfrutaba.
- ¡Que escandalosas! ¡Menuda lata! - se quejó Shikamaru.
- Es ella.
- ¿Quién? Anda, mírale, con sus amigas la pelo de zanahoria y la medio bruja.
- Se llaman Kumoyuki y Nagashiyama.
- Lo sabes todo de ella ¿eh? Pues nada, la ocasión la pintan calva, ve a decirle algo.
- No me atrevo.
- ¿Y te vas a quedar ahí mirándola con cara de tonto? ¡Ah que aburrido que es todo esto! – se levantó con verdadera pereza – Venga, vamos.
- Pero Shikamaru…
- No creo que nos vaya a morder.
Chouji siguió a Shikamaru hasta el banco donde las tres chicas se habían sentado.
- Hola, Nagashiyama – saludó Shikamaru - ¿De paseo?
- Hola Nara, Akimichi. Pues sí, hemos salido a dar un paseo aprovechando que ha dejado de llover.
- Hola – saludó tímidamente Chouji mirando a Ryuko.
- ¿Tu eres Shikamaru Nara, el genio? – habló de repente Akane.
- Mendokusei ¿Qué genio?
- Se dice que tienes un coeficiente de inteligencia muy alto y que no hay quien te gane en juegos de estrategia, sé que eres el campeón de ajedrez del instituto y de la preceptura.
- Lo mismo sabe más cosas de ti que tú mismo – comentó asombrado Chouji.
- Soy una gran fan, tuya.
- ¿Fan? – preguntó perplejo Shikamaru.
- Akane es la redactora del periódico del instituto – explicó Jisei – Eso la convierte en la mayor cotilla del mismo, lo sabe todo de todo el mundo.
- No tanto, lo que pasa es que admiro mucho a la gente inteligente.
- Es un cumplido – habló Chouji – Debes sentirte halagado, Shika.
- Ya, si, lo siento, es que no estoy acostumbrado… en realidad no tiene mucha importancia.
- Es vago – volvió a hablar Chouji – Y por eso su inteligencia pasa desapercibida.
- Me llamo Akane Kumoyuki y me gustaría entrevistarte para el periódico.
- Encantado pero no creo ser tan interesante.
- Tú déjame eso a mí, solo contesta mis preguntas y yo te hago interesante.
Akane era una chica normal, no llamó especialmente la atención de Shikamaru salvo por el pelo naranja y quizás sus ojos. Cuando la vio de cerca le gustaron sus ojos, no el color si no lo vivarachos que parecían, si los ojos son las ventanas del alma, esos ojos, detrás de sus gafas, mostraban un alma inquieta y llena de energía.
No. Shikamaru no se enamoró en ese momento de Akane. Le pareció una chica simpática y agradable, le cayó bien pero no se enamoró.
Y los días volvieron a pasar y ese gesto improvisado de Shikamaru sirvió más de lo que Chouji esperaba porque rompió el hielo entre ellos y a partir de aquel día todo fue más fácil, comían juntos en el instituto, las acompañaban en el camino a sus casas… además en ocasiones Shino, Kiba y Ten-Ten se unían al grupo y así, pasados unos meses se podía decir que eran amigos.
Pero no solo es que fueran amigos, es que entre Shikamaru y Akane se creó un vínculo único aunque ninguno se dio cuenta de ellos. Estaban bien juntos, se entendían y empezaron a tener tanta confianza que siempre terminaban buscándose el uno al otro.
Poco a poco Shikamaru se percató de que si Akane no estaba él la extrañaba, que si la veía hablando a solas con Shino le entraba como un malestar en el estómago y lo peor de todo, que a veces se inventaba cosas para llamar su atención, cosas como pedirle consejo porque le gustaba una chica que en realidad no le gustaba pero así tenía la atención de Akane.
Shikamaru pensaba que Akane se había convertido en un "amigo", que para él era casi como un chico… mentira porque a ningún amigo le miraba como a ella.
Se dio cuenta unos días antes de Navidad cuando la vio parada en la puerta del aula. Ino había colocado un poco de muérdago justo encima con la idea de conseguir besar a Sai, que por aquel entonces parecía gustarle bastante y Naruto la había ayudado a ver si con suerte conseguía él uno de Sakura, pero la que ahora estaba allí, justo debajo del muérdago era Akane, desde la puerta hablaba con Ryuko y Jisei, se veía que tenía prisa, quizás porque pronto iban a comenzar las clases y debía volver a su aula.
Shikamaru tuvo una idea que, por primera vez en su vida, no analizó. Se levantó y se acercó a la chica, inclinó la cabeza para tenerla a su altura y la miró.
- No lo puedo evitar – dijo acercándose a ella – Estás donde estás, mira arriba...
Akane quiso miran pero no pudo, los labios de Shikamaru se pegaron a los suyos en un beso sorprendente y para Shikamaru el que siempre recordaría como el beso peor dado de su vida.
- Feliz Navidad – dijo al separarse a penas unos milímetros.
Confusa por lo que había pasado Akane miró hacia arriba y vio el muérdago e inmediatamente volvió a sentirse confundida cuando Shikamaru la abrazó fuertemente y la estrechó contra él.
- Feliz Navidad – repitió.
Y fue en ese momento, al abrazarla para no dejarla reaccionar, no fuera a ser que le pegase, que Akane era muy propensa a dar golpes, cuando sintió que eso era lo que quería, abrazarla, tenerla cerca de él, olerla, sentirla, oír su respiración y notar su corazón latiendo… y también se dio cuenta de que empezaba a pensar las mismas cursiladas que Chouji, entonces ¿eso era estar enamorado?
…"
- ¡Shikamaru! – gritaba Chiharu desde su habitación - ¡Abre tú que yo no puedo!
Shikamaru abrió los ojos pesadamente mientras el timbre de su casa sonaba.
- ¡Ya voy, ya voy! Debe ser Naruto, dijo que iba a venir.
Camino de la puerta bostezó ¿Se había quedado dormido? Pues sí que era cierto que necesitaba descansar.
- ¡Shikamaru! – nada más abrir la puerta Minako se abalanzó a abrazarle - ¡Sasuke puede ver!
- Ya, ya, me lo ha dicho Naruto.
- ¿No es un milagro?
- Pues asombroso sí que parece. Pasa Naruto.
Los dos hermanos Namikaze estaban bastante alterados y excitados con la noticia de que Sasuke podía ver y no paraban de hablar atropelladamente.
- Vale, vale, no habléis los dos a la vez, me vais a volver loco.
- Mañana voy a ver a Sasuke – decía Naruto.
- Yo estoy deseando verle – añadía Minako.
- ¿Y cómo ha sido ese milagro?
- Pues porque mi madre es más lista que los ratones coloraos – decía Minako.
- El cerebro de Sasuke le engañó haciéndole creer que no veía pero mi madre engañó al cerebro ¿Qué te parece, ttebayo?
- Asombroso.
- Oye Shika ¿Estás solo? – se interesó Minako.
- No, está Chiharu en su cuarto.
- Ah, vaya – se lamentó Minako.
- Anda ve con ella y yo le cuento todo a Shika – le dijo Naruto a su hermana – No vaya a ser que salga y nos oiga.
- Vale, si, voy. Shika, tu recuerda que nosotros siempre te ayudaremos.
Minako se marchó y Shikamaru la miró completamente confuso.
- ¿Me tienes que contar algo malo? – interrogó a Naruto.
- Bueno, no es que sea malo – dijo rascándose la cabeza – o si, no sé, depende de cómo te lo tomes.
- Anda, vamos a la cocina, necesito un café para mantenerme despierto.