lunes, 15 de septiembre de 2014

205. Ese sentimiento que no son celos

- ¿Estás seguro que es aquí? – preguntaba Konan mirando la puerta de un bloque de apartamentos frente a los que se había detenido.
- Sí, estoy seguro, es aquí – contestaba Sasori.
- Pues vamos, llama.
Sasori sacaba pesadamente una de sus manos del bolsillo del pantalón cuando la puerta se abrió bruscamente. Un par de niñas salieron corriendo, circunstancia que aprovechó Konan para sujetar la puerta y evitar que esta se cerrase. Subieron en silencio las escaleras hasta situarse de nuevo frente a una puerta. Konan pulsó el timbre y esperaron.
- ¡Hola! – exclamó Momoka, la hermana de Sakura al abrir la puerta y verles allí - ¡Hola Sasori! ¿Cómo estás?
- ¿Quién es? – se escuchaba preguntar desde dentro de la casa.
- Son Sasori y Konan, una compañera de Sakura.
- Pues diles que no está.
- Pues ya habéis oído. No está. Ha ido a ver a Sasuke.
- Vale, gracias. Sentimos la molestia – contestó seriamente Sasori a la vez que se giraba para marcharse de allí.
- Muchas gracias – dijo Konan algo apurada al ver la reacción de Sasori.
- ¿Queréis que le diga algo cuando vuelva?
- No. Bueno si, dile que hemos venido. Gracias – repitió.
Momoka se quedó extrañada viendo como Sasori y Konan se alejaban de allí.
- ¿Algún problema, Momoka? – preguntó su madre.
- No mamá, ya se han ido.
- ¿Qué querían? – apareció la madre de Sakura secándose las manos con un paño de cocina.
- Pues supongo que ver a Sakura.
- ¿Tu sabes si está saliendo otra vez con ese chico?
- Pues no lo sé pero supongo que sí, no lo dejaron.
Konan caminaba al lado de Sasori que, con el ceño fruncido, se ponía un cigarro en los labios y lo encendía.
- Creía que había dejado de fumar – comentó.
Sasori no contestó y Konan suspiró.
- Desde luego que cuando te pones en plan seco no hay quien te aguante.
- Yo no soy serio.
- No, que va, eres la alegría de la huerta… Sasori, tú eres serio y cuando te pones mohíno eres la persona más seria y seca que he conocido nunca.
- Te equivocas.
- Desde luego, que mal carácter tienes a veces.
- ¿Yo mal carácter?
- ¡Sasori por favor! Si estás molesto con Sakura dilo y deja de comportarte como si fueses… un tío raro.
- Yo no me comporto raro y no estoy molesto con Sakura.
- Noooo – dijo sarcásticamente – Claro que no.
- Solo es que no entiendo por qué tiene que ir ahora todos los días a ver al Uchiha ese.
- Será porque es su amigo.
- Ya, claro, ahora son muy amiguitos… no te fastidia.
- Uy Sasori, que malos son los celos.
- Yo no estoy celoso.
- No, lo tuyo es otra cosa, no son celos, es solo que no te gusta que Sakura vea a Sasuke, que te sienta mal que vaya a visitarle, que se te pone así como un mal cuerpo cuando te enteras de que está con él y que te gustaría partirle la cara, pero no son celos, es… otra cosa.
- Y te creerás muy graciosa.
- Ay Sasori que mal carácter tienes cuando se te cruzan los cables. Estás celoso y ya está y no pasa nada por reconocer que no te gusta que tu novia vaya a visitar tanto a otro chico.
- Primero, no es mi novia y segundo, puede ir a visitar a quien le dé la gana.
- Por supuesto, solo faltaría que se lo prohibieses, más aún cuando tú ves a Kikyo cuando a ti te da la gana.
- No compares, no es lo mismo.
- No, que va, vas obligadito a verla.
- Solo voy a merendar a veces con ella y es porque está sola, no sé por qué a todo el mundo le ha dado por hacerle el vacío, cosa muy fea, por cierto.
- ¿Eso es lo que te ha dicho? ¿Qué le hacemos "todos" el vacío?
- Eso es lo que yo veo. Desde el día que se cayó y se destrozó la cara estáis todos muy raros con ella.
- Ya lo estábamos antes de que se cayese – susurró Konan.
- ¿Qué decías?
- No, nada. Que tampoco dramatices tanto, no se destrozó la cara, solo se hizo unos arañazos. Y además de pronto te has hecho muy amiguito suyo. Debe ser que compartir tiempo en un hospital une a las personas.
- Estaba sola y Genma-sesnsei me dijo que la acompañase ¿Vas otra vez a echarme el sermón de porqué me quedé con ella?
- Te quedaste mucho tiempo, Sasori y Sakura estuvo esperándote.
- Me quedé todo el tiempo que tuve que quedarme. Yo no tengo la culpa si Shizune se retrasó y si tardaron en atendernos ¿Qué querías que hiciera? De verdad Konan que estás muy paranoica desde lo de Pain.
- ¿Yo paranoica?
- Si tú, tú y esas ideas que te han entrado de que Kikyo tiene algo que ver con lo de la droga de Sakura. Estás muy paranoica.
Konan optó por morderse la lengua y no contestar. Conocía lo suficiente a Sasori como para saber que discutir con él era algo inútil; siempre que Sasori se negaba a escuchar y a ser razonable a ella se le encrespaban los nervios y es que no hay peor discusión que cuando intentas explicar tus razones y la otra persona se niega a escucharte.
Y así era Sasori. Nunca se podía discutir con él de una forma normal y Konan no lo soportaba, porque si al menos discutiesen, aunque fuera a gritos, ella podría exponerle su punto de vista pero así no y que rabia le daba, le entraban ganas de agarrarle del cuello y obligarle a escucharla… pero tampoco servía para eso.
Hacía una semana que Sakura había vuelto al instituto y lo que parecía iba a ser un bonito reencuentro se convirtió en una situación difícil y cada vez más violenta entre Sasori y Sakura. Konan no entendía como todo se había complicado tanto y de la manera más tonta.
Sabía que después del incidente con las pastillas que le dieron a Sakura la relación con Sasori había cambiado. No es que Sakura no se fiase de Sasori o al revés, era que tantos comentarios se dijeron, tanta gente dio su opinión y tan confusa y deprimida estaba Sakura que sin darse cuenta alejó a Sasori de su lado y este creyó que alejándose la estaba ayudando, que así no la agobiaba y de repente algo se interpuso entre ellos ¿Qué era? ¿Desconfianza? ¿Miedo? ¿Mala influencia de Kikyo? Konan casi apostaba a que toda la culpa era de Kikyo que había sabido aprovechar esa separación para meter inseguridades.
De repente Kikyo no se separaba de Sasori y ponía esa cara de "soy una niña buena e inocente que tiene miedo, no me dejes sola" y como era un mal bicho, como decía Jisei, se las había arreglado para parecer antes Sasori como una víctima, una víctima inocente a la que por lo visto en el instituto había decidido hacer "bullying"… no se podía ser más mentirosa, lianta y… mala… porque lo peor de todo es que Sasori la creía, la muy asquerosa había conseguido que Sasori la creyese.
Y Sakura se enfadó… normal, y se sintió de lo más dolida y como aún estaba algo deprimida no tuvo fuerzas para enfrentarse a ella, Sakura solo sintió dolor y acudió a llorar al hombro de unos de sus amigos de toda la vida: Sasuke Uchiha.
Konan no podía reprocharle a Sakura su actitud, entendía lo sola que se sentía y como necesitaba a un amigo y su mejor amiga no estaba, Ino había ido a pasar una temporada al pueblo de Shikamaru y Naruto también y de repente se encontró con un amigo inesperado, un Sasuke distinto y dispuesto a escucharla porque "siempre hemos sido amigos y tú siempre me esperaste" le dijo, y es que Sasuke, tras el accidente, había cambiado mucho.
Sakura se había reencontrado con un amigo y a Sasori no le gustó eso. Era Sasuke, era el chico del que había estado enamorada durante años, era su primer amor ¿Cómo iba a aceptarlo tan fácilmente? Y se puso celoso, claro que se puso celoso, aunque no lo reconocía tenía un miedo enorme a perderla.
"Los sentimientos son de lo más complicados" pensaba Konan "No, en realidad somos nosotros los complicados. Todo se resolvería si ambos hablasen de una vez y fuesen sinceros con lo que sienten, pero no, han tenido que complicarlo todo".
Konan suspiró. Ya estaba un poco cansada de intentar que entraran en razones. Confiaba en que Stella pudiese hablar de una vez con Kikyo y le sonsacase que ella había drogado a Sakura, entonces ella haría su jugada y esta tontería se acabaría.
- ¿Vas a ir mañana a ver a Deidara? – preguntó Sasori cambiando de tema.
- No. No voy a ir, él será quien venga.
- ¿Deidara va a venir? ¿Y eso?
- Es por eso que están montando los amigos de Sakura, ya sabes eso para ayudar a Kiba, el chico del criadero de perros.
- Ya se quién es Kiba, no hace falta que me lo expliques ¿Y por qué quiere meter sus narices en eso?
- Porque es una forma de pedir disculpas.
- No lo entiendo.
- Deidara está intentando cambiar, quiere dejar el pasado atrás y necesita saber que… bah, no lo entenderías.
- Si lo entiendo, entiendo a Deidara perfectamente ¿No ves como yo también colaboro en lo que puedo? Estuve adornando el maldito instituto.
- ¿Entonces nos ayudarás también?
Sasori no contestó pero Konan sabía que la respuesta era afirmativa, aunque se pusiese tan borde e insoportable y pareciera frio, Sasori estaba enamorado de Sakura y no iba a renunciar a ella tan fácilmente y lo mismo pasaba con Sakura, tampoco iba a dejar que Kikyo, precisamente la persona que más odiaba en esos momentos, le quitase a Sasori.
Shikamaru se presionaba con dos dedos el puente de la nariz mientras resoplaba. Chiharu, sentada su lado en el sofá de casa de sus padres le miraba de reojo mientras acariciaba a la gatita que dormía en su regazo, entre ella y su hermano este había dejado varios cuadernos y algunos folios. En la otra mano Shikamaru sostenía un bolígrafo que dejó caer sobre el libro que reposaba en sus piernas y a Chiharu el aspecto que en esos momentos presentaba su hermano le pareció lamentable.
- ¿Mañana tienes examen? – preguntó casi con miedo de molestarte.
- No, ya he terminado con los exámenes pero tengo que presentar una exposición, si lo hago me computarán como que he aprobado los dos primeros trimestres de la asignatura de Filosofía y no tendré que hacer examen final, solo el del trimestre… Mendokusei…
- Y no te gusta la Filosofía – sentenció Chiharu.
- Lo que no me gusta es estudiarla a la fuerza. Estoy empezando a odiar a Descartes, a Platón, a Hume… sobre todo a Hume.
Chiharu cogió unos cuantos folios que había en el sofá y precisamente se encontró con que eran justo unos apuntes fotocopiados donde podía leerse en el encabezado "Hume" y a su lado una caricatura que debía de ser del filósofo pero que había sido "modificado" con pestañas, rizos y collares.
- Le odias tanto que le has travestido – rio con ganas.
- Eso lo ha hecho Akane. Estaba aburrida ayudándome a estudiar y se entretuvo en eso, es muy problemática, le gusta adornar los apuntes y los libros, tenía que ver sus cuadernos, lo tiene todo lleno de monigotes. Mira, mira en mi agenda, que también me ha puesto recordatorios ilustrados.
- Que gracioso – Chiharu miraba algunos pequeños dibujos de personajillos haciendo diferentes cosas como un examen – Mira, me encanta, me encanta – señaló uno en el que se veía a una que parecía la propia Akane, con una barriga redondita y cara de mala tener atado a quien debería representar a Shikamaru, una especie de chico con cuernos de cierno - ¿Esto significa algo?
- Sí. Es el aniversario de nuestra boda. Según ella ese día hará tres meses que me tiene "atado" aunque en realidad soy yo quien la tiene atada a ella.
- Pues es hoy ¡Hoy es tu tercer mes de casado! Seguro que lo ha dibujado para que te acuerdes y la llames ¿La has llamado?
- En realidad era para recordarme que íbamos salir a cenar fuera. Se ha buscado una "tradición" y es que cada mes tenemos que salir un día a cenar fuera y con cenar fuera no me refiero a cenar en un restaurante, es solo cenar fuera, puede ser en el WacDonall aprovechando los vales de descuento que tenemos o hacernos un bocadillo y salir al jardín a cenar… mendokusei… ella y sus cosas.
- Cada día la hechas más de menos, a ella y a sus cosas.
A Chiharu le daba pena su hermano, estaba esforzándose demasiado, tenía demasiados exámenes y demasiados trabajos, se le veía agotado, como mustio, ojeroso y casi juraría que más delgado y no sabía si le daba más pena que admiración o al revés.
- Shikamaru…
- ¿Si? – dijo a modo de contestación mientras se frotaba los ojos suavemente.
- Sé que has estado muy preocupado por mí.
- Claro que he estado preocupado por ti, eres mi hermana.
- Tienes muchas preocupaciones, los exámenes… y encima yo voy y te doy más quebraderos de cabeza… lo siento mucho.
- Ya pasó así que es mejor no recordarlo.
- Pero… he sido tan tonta y… me avergüenzo tanto de cómo me porté – Chiharu retiró la vista, de veras que se avergonzaba de los problemas que había causado.
- Eso es a papá a quien tienes que decírselo.
- Ya se lo he dicho pero es que no le entiendo, me he portado muy mal, he sido caprichosa y tonta, ingenua, ignorante y ahora… ahora me llevan de vacaciones… no lo entiendo.
- Papá y mamá solo quieren que lo olvides todo y dejes de atormentarte.
- No me lo merezco, deberían castigarme.
- Ya has tenido bastante castigo ¿O ir al juicio ese y ver con tus ojos como era Hidan en realidad no fue suficiente castigo?
- No sé lo que me pasó Shika, tu sabes que yo nunca he sido así es que... me enamoré.
- O creíste enamorarte. Como sea te sentiste atraída por él y te desenfocaste de la realidad.
- Pero es que él era tan amable conmigo y era tan guapo y tan sexy y me decía cosas que me hacían sentir atractiva y… adulta.
- Si, esas cosas a veces nos hacen desenfocarnos de la realidad.
- Y ahora papá y mamá me llevan de vacaciones.
- Es para que lo superes. Es verdad que has sido tonta pero también es cierto que lo has pasado mal y que estás dolida. Te regañaron cuando tuvieron que regañarte pero son tus padres y solo quieren que seas feliz.
Chiharu estaba convencida de que sus padres eran los mejores padres del mundo, por lo menos para ella. Es verdad que habían sido severos con ella y le habían echado una buena charla sobre lo irresponsable e inmadura que había sido pero por otro lado eran sus padres y no querían verla deprimida o pasándolo mal, así que iban a irse ellos tres de vacaciones unos días.
Todo esto hacía pensar a Chiharu en la suerte que tenía y en la suerte que había tenido de que lo de Hidan no fuese a más. Ahora recordaba el juicio de esa chica, Karin, y se estremecía. Al principio fue a regañadientes, se enfadó con su padre cuando de repente le dijo que ese día no iría al instituto, que tenía una actividad más "ilustrativa" y la llevó a los juzgados. Estaba muy enfadada, tenía ganas de gritarle que se metiera en sus asuntos y no en su vida pero no se atrevió porque su padre la miró fijamente y le dijo con voz muy severa "como me armes un espectáculo aquí te vas a arrepentir, te lo aseguro". Aceptó a mala gana y segura de que todo lo que viera allí solo serviría para dejar en ridículo a su padre y sus teorías.
Pero no, que va, al contrario.
Según pasó el tiempo empezó a ver más allá de las palabras, empezó a fijarse en los gestos, en la cara de esa chica, en su forma de hablar nerviosa y con miedo, en sus ojos fijos en el suelo y en la vergüenza que estaba pasando por tener que contar detalles que no debían saber nadie. Se fijó en la cara de dolor de sus padres, en como Karin retorcía continuamente un pañuelo de papel hasta romperlo y en sus amigos, allí presentes, intentando darle ánimos con la mirada. Pudo imaginarse la angustia y la humillación de esa chica y podía darse cuenta de que todo lo que contaba era cierto porque nadie se inventaría algo así y lo expondría en público. Aunque lo que la convenció del todo fue Hidan; sentado junto con sus abogados no dejó de tener en su rostro una sonrisa burlona durante todo el juicio, sonreía y a veces hasta reía cuando Karin contestaba las preguntas como si aquellas respuestas fueran chistes. Se podía ver que se burlaba de ella, de sus padres, no le importaba que le acusasen a él, al contrario, si cada vez parecía más orgulloso de lo que había hecho.
Y Chiharu comenzó a asquearse con todo eso ¿Cómo una persona podía ser tan… sádica? Es que parecía disfrutar viendo a Karin sufrir y no negaba lo que había hecho pero es que la culpaba a ella, esa era su defensa, que la culpa era de ella porque no opuso resistencia ¿Qué resistencia iba a oponer si estaba drogada?
Todo era absurdo pero el colmo fue cuando el juez dictaminó que todo lo expuesto indicaba que Hidan era culpable de un delito de abuso de menores pero que le declaraba inocente por falta de pruebas concluyentes.
En ese momento Karin pareció derrumbarse pero no, levantó la cabeza muy orgullosa. Ese gesto de orgullo herido pero que intentaba mantener impresionó a Chiharu, al igual que las risotadas de Hidan y las frases hirientes que lanzó.
Fue todo lo que necesitó para darse cuenta por completo de la clase de persona que era Hidan y de lo inteligente que había sido su padre.
- Deberías salir un poco y distraerte – le decía su hermano.
- Estoy bien, Shika, de veras que estoy bien.
- ¿Y Minako?
- Es que ahora va a ver a Sasuke todas las tardes. Yo creo que está un poco celosa porque Sakura también va mucho y creo que piensa que se lo va a quitar.
- Ah pero ¿Qué Sasuke es suyo?
- Ella dice que sí, ya sabes como es.
- Si, ya sea como es de problemática.
Shikamaru miró el reloj. Esperaba algo. Ginta estaba retrasándose demasiado. El mismo le había pedido que le hiciera el favor de ir a su casa con cualquier excusa esa tarde para que "distrajese" a su hermana. Es que no sabía a quién acudir; tal y como había dicho Chiharu, Minako, su mejor amiga, estaba liada con esos celillos de Sakura y el hermano de Ino salía con la hermana de Sakura y no era cuestión de que Chiharu fuera con ellos y se sintiese incómoda, así que acudió a Ginta, el hermano de Akane, tenía confianza con él y a pesar de los sinvergüenza y salido que parecía a veces era un buen chico y simpático.
- ¿Qué es de esa chica, Karin? – preguntó de improviso Chiharu – Es compañera tuya ¿No?
- No se demasiado de ella. La veo pero no he hablado con ella pero creo que va superándolo. Es fuerte y creo que admirable en cierto sentido.
- Ya lo creo que es admirable. Ayesa me ha dicho que es pariente suya.
- ¿Ah sí? No lo sabía.
- Ayesa también me ha dicho que… que Hidan ha acosado varias veces a Akane.
- ¿Cómo?
- Bueno no que la haya acosado si no que ha sido muy impertinente con ella.
- ¿Impertinente?
- Si, que le ha dicho cosas desagradables. Pero eso ya lo sabías ¿No?
- No, yo no sabía nada.
- ¿Akane no te lo ha dicho?
- No, Akane no me ha dicho nada de nada.
- Entonces creo que acabo de meter la pata.
- ¿Y tú sabes que le ha dicho?
- Nada… solo… ya sabes… expresiones que se dicen.
Shikamaru apartó el libro que tenía encima dejándolo con los demás papeles y se levantó y en ese preciso momento sintió que se quedaba sin fuerzas en las piernas y cayó de rodillas contra el suelo.
- ¡Shikamaru! ¿Pero qué te ha pasado?
- Nada, no es nada – dijo levantándose con dificultad – Es solo que se me han dormido las piernas.
- ¿Estás seguro?
Estaba mareado, Shikamaru sabía que no se le habían dormido las piernas, le habían fallado y eso le pasaba por el cansancio que tenía encima porque dormía muy poco y no descansaba.
- Necesito un café.
Sonó el timbre, seguro que sería Ginta, bien, así él iría a la cocina a prepararse un café sin sufrir la mirada de su hermana.
- Ya abro yo – dijo Chiharu levantándose.
Shikamaru llegó a la cocina sintiendo que andaba como si estuviese borracho, sin mucha estabilidad. Estaba muy cansado y se le cerraban los ojos y es que ya sabía él que tenía que haber dormido más pero esta vez no fue culpa suya, ayer había bebido tanto café que los nervios le impidieron dormirse cuando deseaba hacerlo. Pero ahora tenía que aguantar un poco más, tenía que terminar la exposición y llamar a Akane para su pequeña charla antes de dormir, así que tocaba tomarse otro café… verás que al final iba a terminar por convertirse en adicto a la cafeína.
Sentía la cabeza embotada y mientras preparaba otra cafetera le parecía escuchar que su hermana discutía con alguien, o que gritaba, no estaba muy seguro, el sonido le llegaba como amortiguado.
Algo no iba bien, de eso si de daba cuenta. Sin tener en cuenta el mareo que sentía anduvo todo la deprisa que pudo saliendo de la cocina y acercándose a la entrada de su casa y allí estaba… allí… delante de su puerta, no podía ser otra persona, no, tenía que ser precisamente ese tipo alto y repeinado llamado Hidan que sonreía burlonamente sujetando con una mano el brazo de su hermana y sujetando con la otra la puerta para impedir que esta la cerrase.
- ¡Shikamaru! – gritó Chiharu.
- ¡Tu! – dijo a modo de exabrupto Shikamaru - ¡Maldito hijo de…!
- ¡Eh! ¿Dónde vas, capullo?
Normalmente Shikamaru era una persona lógica que analizaría rápidamente la situación y sabría que la violencia física contra un tipo como ese era inútil, por no decir absurda, pero la cabeza de Shikamaru había dejado de funcionar, su cerebro había decidido que necesitaba descansar y que se iba a poner a dormir ya, que su cuerpo no lo hiciera no era cosa suya, así que Shikamaru no supo en que momento y de forma completamente instintiva se había acercado a Hidan con ánimo de golpearle, seguramente era algo inconsciente o las ganas que tenía de hacerlo pero si supo que bruscamente la cabeza de Hidan se abalanzó contra su cara y… ¿Qué había pasado?
Le dolía, le dolía mucho la nariz y la frente y toda la cara en general, era un dolor intenso e insoportable; había perdido el equilibrio y estaba sentado en el suelo porque veía a todo el mundo desde un ángulo muy bajo, oía a Chiharu gritar y llorar, gritar como una histérica y de repente a Ginta venir corriendo hacia ellos seguido del pequeño Kenta. Un hombre alto y fuerte, muy tapado se había acercado también y asiendo a Hidan por un brazo se lo llevaba mientras este parecía maldecir a alguien.
- ¡Shikamaru! ¡Shikamaru! – lloraba Chiharu agachándose ahora frente a él.
- ¿Qué ha pasado? – decía completamente desorientado Shikamaru tocándose la nariz, notó algo húmedo y algo que parecía estar moqueando, se miró la mano - ¿Tengo sangre?
- ¿Qué le ha pasado a Shika? – lloraba nervioso Kenta.
- Nada – le intentaba consolar Ginta – Que se ha dado un golpe en la nariz, como cuando te dieron ese balonazo ¿Te acuerdas? No pasa nada, anda Kenta, entra y busca la gatito ¿Le dejas jugar con el gato, verdad Chiharu?
- Si, si ¿Crees que debemos llamar a una ambulancia o a la policía?
- Anda, no exageres, aunque tendríamos que curarle ¿Puedes levantarte, Shika?
- Creo que no… estoy muy mareado.
- Voy a llamar a mis padres… o mejor llamo al médico ¿Llamo al médico Ginta?
- Haz lo que quieras pero tráeme alcohol o algo para curarle. Vamos Shika, apóyate en mi.
… … …
- ¿Shikamaru?...
Una voz que quizás no era la voz más dulce del mundo pero que a Shikamaru le hacía sentir como si flotase, llegó a sus oídos.
Se rebulló en su cama. Estaba dormido y estaba soñando y se sentía flotando, no podía desear estar mejor.
- ¿Shikamaru? – repitió la voz.
Abrió un poco los ojos, le dolía la frente al hacerlo, debía ser por los puntos que le habían dado. Sentía la nariz hinchada y como… rara y también le dolía el labio y no recordaba que le golpeasen el labio, que extraño… de todas formas menudo cabezazo le había dado el cabrón ese, que mala bestia, le había roto la nariz y ahora tenía una brecha en la ceja, no era muy grande o ese había dicho su madre, pero la tenía y dolía.
Ahora que lo pensaba no recordaba muy bien lo que había pasado, ni lo que pasó después, solo tenía seguro que alguien había llamado al médico que fue con una enfermera, que le curaron, hablaron mucho de que estaba agotado físicamente que tuvo que acostarse sin llamar a Akane.
Akane… Akane… al final no habían cenado "juntos", sería por eso que le parecía verla delante de él y le parecía escuchar su voz y sentir sus manos acariciándole. Una mala idea le vino a la mente ¿Qué habría dicho Akane? ¿Alguien la llamaría para contarle lo que había pasado o quizás llamó ella al ver que se retrasaba? ¿Le habrían contado la verdad? Lo mismo no, para no preocuparla porque seguro que se preocupaba… que problemático era todo.
Era de noche, una leve luz entraba por la ventana de su habitación… estaba soñando, seguro y lo mejor sería que siguiese soñando, dentro de unas horas tendría que despertarse y hacer demasiadas cosas que había dejado pendiente.
Pero ahora mejor era seguir soñando y dejarse llevar por esas sensaciones tan agradables…
Shikamaru pensó que aún era pronto cuando volvió a despertarse; la habitación continuaba en penumbra, se estiró y notó algo diferente aunque no sabía el qué. Cerró de nuevo los ojos, quizás podría dormir otro poco.
- ¿No te vas a despertar, ciervito?
La voz de Akane le sobresaltó durante unas décimas de segundo pero inmediatamente se dio cuenta de que seguía soñando.
- ¿Cuándo has venido? – pensó que decía en su sueño aunque le parecía haber oído su propia voz… quizás estaba hablando en sueños.
- Ya llevo unas cuantas horas aquí.
- Claro, claro – sonrió – Anda, acércate.
- ¿Qué quieres?
- Acércate más.
Shikamaru no había abierto los ojos pero notaba que Akane, o la ensoñación que tenía de Akane, no estaba lo suficientemente cerca de él.
- ¿Te duele mu…?
En cuanto sintió algo que rozaba su brazo lo alzó y, sin abrir los ojos, agarró aquello que tenía cerca y la atrajo hacia sí.
Es increíble lo real que parecen algunos sueños.
Sin ni siquiera abrir los ojos le parecía ver a Akane y sin dejarla terminar de hablar había puesto su otra mano en la nuca de la chica y la obligó a acercar su cara para intentar besarla.
- ¿Pero qué haces? – protestó aquella ilusión… vaya, hasta en sueños era problemática.
- Dame un beso – exigió abriendo un poco los ojos.
- ¡Pero que bruto que e…!
No la dejó terminar, era su sueño y no estaba para andar perdiendo el tiempo, a fin de cuentas era su sueño.
- ¡Shika, que me haces daño! ¡Para ya, bruto!
Akane se separó decidida de él y fue cuando terminó de abrir los ojos.
- De verdad Shika – decía la chica acercándose a la ventana y subiendo la persiana – Es que te pones de un bruto que no hay quien te conozca.
La luz iluminó la habitación, una luz intensa que hizo que Shikamaru cerrase de nuevo los ojos y volviese a abrirlos lentamente. Era más de día de lo que él imaginaba.
- ¿Akane? ¿Eres tú de verdad?
- Pues claro que soy yo ¿Quién pensabas que era?
- Mendokusei… un sueño ¿Y qué haces aquí?
- Pues me dijeron que estabas enfermo y vine a cuidarte, tonto.
- Pero… ¿Tú no estabas en el pueblo? ¿Cuándo has llegado? ¿Y quién te ha dicho que estaba enfermo? ¿Y cómo que estoy enfermo? ¿Quién te ha traído?... ¿Y qué hora es?
- Deben ser como las 12 del mediodía.
- ¿Las 12? Pero… ¿Cómo?... ¿Cuándo?
- Preguntas demasiado.
Shikamaru se quedó mirando a Akane ¿De veras aquello no era un sueño? Cerró los ojos, seguiría dormido, después de todo lo que parecía iba a ser un sueño erótico se había convertido en uno de esos sueños absurdos que se tienen de vez en cuando.
- Este hijo mío es tonto – gruñía en voz baja Yoshino mientras observaba la respiración agitada de Shikamaru y ponía un paño humedecido en su frente.
- ¿Cómo está? – preguntó Shikato también en voz baja entrando en la habitación.
- Sigue con fiebre.
- Se ha estado esforzando demasiado y ahora el cansancio le rinde cuentas. Bueno, me voy a trabajar, tú procura descansar un poco.
- ¿Y ahora como nos vamos de vacaciones dejándole así?
- Mujer, tampoco es grave, solo necesita descansar, además recuerda que ya no es un niño pequeño. De todas formas ya he pensado algo al respecto.