Estaba más que claro que aquel día no iban a dar clase de Lengua y Literatura, era el último día de Kurenai, no lo iba a dedicar a dar clases, por supuesto que lo dedicaría a despedirse de sus alumnos, a los que ya no vería hasta el próximo curso o quizás el siguiente, Shikamaru eso no lo tenía muy seguro, Kurenai hablaba de volver el curso siguiente, coincidiendo con la finalización de la baja por maternidad, sin embargo Asuma me había dicho que estaban pensando en dejar que Kurenai se tomase un año más de excedencia para dedicarla al bebé y también a ella misma, incluso Shikamaru había sido testigo de algunos de sus "cambios de opinión" al respecto y era Asuma el que defendía que un niño requería mucha atención los primeros meses de vida, que había que estar pendiente de él y además a él no le gustaba la idea de dejarlo en una guardería o con una niñera siendo tan pequeñito... De pronto Shikamaru se acordó de Akane y de que cuando nacieran sus niños seguramente él estaría preparándose para el ingreso en la Universidad y no podría ayudarla todo lo que querría y eran dos y no podía evitar acordarse de la conversación que tuvo con sus padres cuando todo el tema se destapó, mientras Akane estaba dormida en su habitación y ya se habían marchado sus padres.
"...
La charla no había terminado, Shikamaru lo sabía y estaba dispuesto a aguantar todas las charlas que vinieran, era lo que había, bien conocía a su madre, seguramente tendría momentos de relativa tranquilidad y de pronto, por cualquier detalle, saltaría de nuevo, como en esa ocasión.
Y no podía quejarse, se imaginaba lo defraudada que se sentiría con él, ella pensaba que su hijo era responsable y mira por donde era un... ¿despistado?... bueno, eso era lo que en esos momentos estaba diciendo.
- Vas a tener un niño, Shikamaru - le reprochaba con voz severa - El problema es que tu también eres un niño.
- Vamos Yoshino - intercedía Shikaku - Ya déjalo.
- No, si la culpa es tuya por ser como eres...
- Pues si, la culpa es mía, tienes razón. La culpa es mía por decirle que se ocupase de ella, por aconsejarle que si la quería no la abandonase... Venga, Yoshino, no te pongas así, el chico se está comportando como un hombre.
- ¿Te has parado a pensar... - miró a su hijo de forma que casi daba miedo - que va a nacer un niño? ¿Y que ese niño, que no tiene culpa de nada, pobrecito, va a necesitar cuidados y educación? Y tú tienes que estudiar, no ya solo por tí, si no por él, esa criatura no merece un padre que no pueda aspirar a darle una vida decente.
- Si, me doy cuenta - contestó sin atreverse a mirar a su madre a la cara.
- Entonces - continuó hablando su padre - ¿Estás de acuerdo con nosotros en que ese niño lo que necesita es tener a su lado a un padre y una madre que le proporcionen ayuda y protección? ¿Que necesita una familia?
- Si - repitió.
- ¿Y que necesita vuestra dedicación día y noche?
- Si papá, lo se.
- ¿Qué no es un muñeco con el que jugar a "las casitas"? - interrogó su madre.
- Si, lo se. Sé que si decidimos tenerlo ese niño necesita cuidados y atención y que seamos responsables.
..."
"Ser responsable" Antes decía esas palabras convencido de ellas pero ahora le parecía que era lo más importante. Acababa de ver a sus renacuajos, sus niños, dos niños que, efectivamente, no tenían culpa de nada y él tenía que darles lo mejor, quería ser capaz de dárselo... se dio cuenta de que hasta hace unos meses él mismo era lo mas importante en su vida, no es que no le importaran los demás pero él pesaba en cosas suyas, sus amigos, donde iba a ir el fin de semana, en fin, como cualquier chico de su edad, sin embargo ahora empezaba a darse cuenta de que él estaba quedando en tercer lugar, primero lo mas importante eran sus niños y luego Akane.
Bostezó. Puede que en la clase estuviesen de lo mas entretenidos hablando con Kurenai y preguntándole si estaba nerviosa, si tenía todo preparado para la llegada del bebé, si le iba a dar el pecho o el biberón, si sabía como se iba a llamar y mas preguntas aún y en otro momento a lo mejor él habría aprovechado para echar una cabezadita pero ahora no, ahora lo que pensaba es que debía empezar a ponerse las pilas y aprovechar para pedirle a su compañero, Haku, los apuntes de las clases que se había perdido y pasarlos a su cuaderno.
Haku parecía distraído, tenía el brazo izquierdo doblado, el codo apoyado sobre la mesa y la cara, a su vez, apoyada en la palma de su mano. La mano derecha, por el contrario, sujetaba entre los dedos un lápiz y lo movía de forma lenta y sinuosa continuamente sobre una hoja de su cuaderno, haciendo líneas y curvas aunque el dibujo resultante no era absolutamente nada, o por lo menos no se podía ver nada a simple vista, eran simplemente eso, líneas y curvas.
- Haku... Haku... - le llamó la atención Shikamaru dándole en el hombro un pequeño toquecito.
- ¿Eh? ¡Ah! Si, dime Shikamaru ¿Qué tal ha ido todo? Hoy ibas a acompañar a Akane a hacerse una ecografía ¿no?
- Pues si. Tanta visita a los médicos es un verdadero rollo pero son necesarias.
- ¿Y cómo está Akane?
- Bien, todo va bien, como debe ir, según los médicos. Bueno tiene el azúcar bastante alto y también la tensión y eso es un poco preocupante pero por lo general va bien.
- Tiene que cuidarse más. Yo creo que debería dejar de venir al instituto.
- Si, ve tú y dile eso.
- Pero tiene que ocuparse de ella misma y de sus hijos. Ellos son lo más importante, ahora. Debería dejar de esforzarse tanto, viene al instituto y trabaja por las tardes, no pasa nada porque no termine el curso, solo supondría un retraso de un año, sin embargo sus hijos son algo irremplazable.
- Tienes toda la razón - sonrió Shikamaru - Utilizaré tu razonamiento para hacerla entrar en razón.
- ¿Y los bebés como están?
- Parece que genial. Son un niño y una niña.
- ¿Ya te han dicho lo que son? ¿Se puede saber ya?
- Si, en estas ecografías se ve todo. Se ven en color y es impresionante... ¿Te puedo enseñar sus fotos?
- ¿Tienes fotos? Ah bueno si, imprimen fotos de las ecografías, se me había olvidado. Si, claro, enséñamelas.
- Las tengo aquí. Akane se ha empeñado en que las traiga para que se las enseñe a Ryuko, a Ino y a las demás - decía mientras abría su cartera y sacaba un sobre del tamaño de una cuartilla.
- ¿Es que Akane no ha venido?
- No. Tenía cita con el tocólogo también. Mira - abrió el sobre y sacó una de las fotografías - Esta es mi pequeña.
- Vaya... que impresionante, se ve a color y todo.
- Parece que va a ser bastante tranquila y mira, este es mi chico, él no paraba de moverse.
- Carai Shikamaru, en estos momentos me pareces todo un padrazo, como esos de las películas que enseñan orgullosos las fotos de sus hijos, solo te falta decirme que el niño tiene los ojos de tu madre - devolvió las fotos a su compañero.
- De pronto me he dado cuenta de lo importante que son en mi vida. Aún no han nacido pero... si los perdiese creo que me dolería mucho - respondió mientras las volvía a meter en el sobre - Oye Haku que quería pedirte los apuntes de las clases de hoy.
- Si, claro, luego te los llevo a tu casa, ah no, que hoy es jueves y tenéis ensayo, bueno te los doy al terminar las clases.
- Mejor dámelos ahora y empiezo a copiarlos, si no te importa.
- No, a mi no me importa, lo que pasa es que me resulta raro que no te pongas a dormir.
- Si aprovecho ahora por la tarde tendré mas tiempo libre para dedicarlos a estudiar.
- Pues toma. Oye Shikamaru...
- ¿Si?
- ¿Qué tal va Misaki?
- Bien... como siempre - contestó algo confuso.
- Quiero decir... con Sai ¿Cómo lo lleva?
- Pues bien, no se llevan mal. Sai le ayuda bastante.
Shikamaru miró a Haku entornando los ojos, ahora que lo pensaba no sabía muy bien exactamente porqué Sai se ocupaba tanto de Misaki, lo hacía mas o menos desde antes de las vacaciones, que él recordara antes no eran tan amigos, quizás se hicieron amigos durante el campamento de convivencia... de todas formas Shikamaru era muchas cosas a parte de desganado y una de ellas era observador y aunque todo aquello del embarazo de Akane le había tenido de lo más ocupado, se había dado cuenta de que algo pasaba con Misaki y algo grave que tenía relación con Orochimaru, claro, estando ese tipo por medio no podía ser bueno y, también se había dado cuenta de que Haku tenía demasiado interés en la relación que había entre Misaki y Sai, casi juraría que en ocasiones parecía como celoso.
Pero Shikamaru era un chico y por lo tanto no iba a ponerse a preguntarle a Haku, otro chico, esos temas personales, no era su forma de actuar, así que se limitó a coger el cuaderno de Haku para copiar los apuntes.
Shikamaru se concentró tanto en lo que estaba haciendo que no se dio cuenta de que clase terminó y los alumnos se acercaron a Kurenai para despedirse de ella, algunas de las chicas la abrazó y a Kurenai de nuevo se le salieron las lágrimas de la emoción, total para él tampoco tenía tanta importancia ya que sabía de sobra que seguiría viendo a Kurenai y con bastante frecuencia.
Tampoco se dio cuenta cuando sus compañeros comenzaron a levantarse para ir a comer y menos aún vio a Temari entrar en el aula buscando a Samui.
- ¡Eh! ¡Shika! - dijo la chica sobresaltándole - ¿En qué estás tan concentrado?
- ¿Qué? ¡Ah! Eres tu... mendokusei... - comentó con aburrimiento mientras se miraba el reloj - ¿Ya es tan tarde? Vaya, estaba haciendo los deberes.
- Muy aplicado te veo, demasiado. Creí que hoy no ibas a venir a clase.
- Si, yo también pensaba eso - respondió estirándose - Pero ya ves, estoy aquí.
- ¿No ibas al médico con Akane?
- Hola Temari - se acercó a ellos Samui - ¿Comemos aquí mismo?
- Si, por mi está bien ¿Entonces como es que has venido? - continuó preguntando a Shikamaru.
Shikamaru volvió a dar la misma respuesta, algo que se imaginaba que le iba a tocar repetir varias veces, así que de nuevo terminó hablando de la ecografía y enseñando las fotos.
- ¿Akane también ha venido? - interrogaba Omoi que, junto con Karui, también se habían acercado - Me gustaría verla.
- ¡Tú no tienes porqué verla! - gruñó Karui - Además eso solo es una excusa para acercarte a Ten-Ten.
- ¿No te acercas tu al chico-perro? - comentó Omoi metiéndose uno de sus chupa-chups en la boca - Además tu imagínate que ese chico empieza a sentir interés por ti, no logro entenderlo pero puede hacerlo, entonces Ten-Ten se sentiría sola y acudiría a mi para que la consolase y si no estoy cerca de ella la pobre se sentirá muy mal y...
- ¿Pero quieres cerrar esa bocota de una vez o te la cierro a puñetazos? - se quejó Karui - De verdad que no se a veces como te aguanto. Venga, ayúdame a colocar las mesas para comer, que ya se ha ido todo el mundo.
- No - intervino Shikamaru ignorando a sus compañeros - Como la ecografía era en el hospital mi madre ha querido ir a ver a la madre de Sasuke, a saludarla, y al final se han llevado a Sasuke al médico.
- Espera - habló Temari - ¿Sasuke ha ido a acompañar a Akane al médico? Eso es lo que he entendido.
- Si, todo es bastante problemático.
- ¿Y tu madre que ha dicho?
- Mi madre es la que lo ha propuesto... para que saliera un poco, ha dicho. Bueno, voy a comer con Chouji.
- Espera... - le interrumpió casi dudando Temari - ¿Has... has visto a Itachi?
- No, claro que no. Está en una habitación donde solo pueden estar dos personas e Itachi no es una atracción de circo, ni es nada mio, no sé porqué razón iba a entrar yo a verle, no me parece muy adecuado.
- Es cierto - suspiró la chica - Lo que quería decir es que como está ¿Su madre ha dicho algo?
- Por lo visto los médicos parecen muy optimistas ¿Vas a venir este fin de semana al pueblo?
- No, no voy a poder. Tengo que ir con mis hermanos a ver a una persona que nos va a contar cosas de mi madre.
- ¿Entonces no puedo contar contigo? - preguntó a su vez Samui.
- No, no va a poder ser. Es muy importante que vaya con mis hermanos, además tengo muchas preguntas que hacerle, él conoció a mi madre y...
- Entiendo - Samui pareció desilusionada - Es una pena porque he medio convencido a Ayame para que salga con mi hermano.
- ¿Con Atsui? - curioseó Omoi - ¿Por qué Ayame iba a salir con Atsui pudiendo salir conmigo?
- Bueno, me marcho - interrumpió de nuevo Shikamaru - Luego hablamos Temari, porque supongo que pasarás por casa.
- Si, he quedado en esperar allí a Shikato, si no te importa.
- No, claro que no, así haces compañía a Akane. Hasta luego.
- Hasta luego - dijo viéndole llegar a la puerta - Es mas tierno... - sonrió - Fíjate que no lo parece, siempre quejándose de todo pero cada noche, cuando Akane regresa del trabajo, le prepara un barreño con agua calentita y sal.
- ¿Tu es que quieres humillarme en público? - habló Shikamaru desde la puerta.
- ¡Anda y lárgate ya! ¡Y cierra la puerta!
- Estoy rodeado de mujeres problemáticas - se le oyó quejarse al salir.
- ¿Akane está trabajando? - se interesó Karui.
- Si, ayuda en la farmacia del padre de Shikamaru, en la parte del herbolario. Bueno Samui ¿Qué decías de Ayame y tu hermano?
- Es que últimamente está bastante deprimida.
- Ya sabes - añadió Karui - Desde que parece que Neji y esa muñequita, Stella, parece que se han enrollado.
Temari suspiró. Ese era otro tema que la tenía preocupada ¿Cómo es que Neji había caído en las redes de esa "Barbie"?
- No habléis así de ella - intercedió Omoi - No la conocemos, lo mismo es una pobre niña rica a la que sus padres no pueden atender y pasa las noches sola en su enorme casa, frente a una enorme mesa, cenando sola, solo con la compañía de una mayordomo frío y estirado y la pobre actúa así para llamar la atención de sus padres, es su forma de reclamar un poco de...
- ¿Te quieres callar de una vez? - gritó Karui cogiéndole del cuello y meneándole repetidamente.
- ¿Si le gusta Neji porqué no le pidió salir? - reflexionó Temari - No se, tuvo oportunidades, no entiendo porqué ha dejado que Stella se lo quite en los morros. Yo pensaba que Ayame era más del tipo que le gusta a Neji que Stella, es mas, es que no creo que le guste Stella de verdad.
- ¿Tu crees? - preguntó Samui.
- Estuvo saliendo conmigo y Stella es lo más diferente a mí que se puede encontrar.
- Pues a lo mejor por eso - afirmó Samui - Porque así no le recuerda a ti.
- Pero no es lógico, no algo que hiciera Neji, tiene que haber otra razón. Es que yo conozco a Neji y sé que él no es así.
- De todas formas ya sabes que Ayame siempre está con eso de "la chica puente" - añadió Karui - y que no quiere salir con un chico que acaba de romper.
- Es porque ya tuvo una experiencia así y lo pasó muy mal - repuso Samui - Estuvo saliendo con un imbécil que se pasaba el día recordando a su "ex" y cuando por fin superó su ruptura fue, se enamoró de otra y la dejó.
- Menudo cabronazo - gruñó Temari.
- Shi me ha pedido salir - continuó hablando Samui.
- ¿Shi? - preguntaron casi a la vez Omoi y Karui.
- ¿El tío del que me hablaste que vive en los mismos apartamentos que tú?
- Si. Quizás parezca un poco mayor pero a mi me resulta interesante. Lo que pasa es que tampoco me apetece que fuéramos solos y había convencido a Atsui para que nos acompañara.
- Y querías que fuera también Ayame - concluyó Temari.
- Se me había ocurrido que a lo mejor así se animaban los dos, mi hermano y ella, pero quería que vinieseis tú y Shikato, para que no se sintiese demasiado incómoda.
- Vamos, que no quieres ir tu sola con ese tal Shi ¿Es eso?
...
Puede que Sasuke perdiera la visión en ese accidente pero había aprendido a ver. En un mes Sasuke había descubierto más cosas que en toda su vida. Descubrió que su hermano Itachi le quería muchísimo, él, que siempre pensaba que Itachi le despreciaba, resultó que no era así, al contrario, Itachi siempre había estado preocupado por él, intentaba ayudarle como podía, por eso frecuentaba tan a menudo la casa de sus padres, no era solo por ver a su madre, si no para asegurarse de que nadie iba a utilizar a su hermano pequeño, que no le "lavarían" el cerebro convenciéndole de que tenía que sacrificar su felicidad por el bien de la familia. Itachi solo quería que Sasuke tuviera una vida normal y corriente y el libre albedrío para elegir sus amigos, su pareja, su trabajo y su futuro.
Descubrió que su padre quería a Itachi, nunca había dejado de quererle. Siempre mantenía esa apariencia fría hacia él pero era solo eso, apariencia. No era cierto que para Fugaku su hijo hubiese dejado de serlo, como solía decir, seguía siendo su hijo y él seguía sintiéndose orgulloso de sus triunfos y si mantenía esa actitud era porque sabía que intentar superar a su propio padre y demostrarle de lo que era capaz era una forma de motivarle a seguir superándose.
Había descubierto que Ayesa estaba enamorada de Itachi. El estar privado del sentido de la vista había hecho que los demás sentidos fueran progresivamente haciéndose más agudos, ahora era capaz de percibir cosas que antes ni habría reparado en que existiesen. Ahora no es que tuviera mejor oído, es que era capaz de diferenciar los tonos de voz de una misma persona, podía distinguir perfectamente esos sutiles cambios, como la gente a su alrededor cambiaba su forma de hablar según con quien hablasen, ahora podía percibir cambios de respiración y otras cosas y empezaba a pensar que si seguía así dentro de poco podría darse cuenta de cuando las personas mentían.
Le gustaba mucho pasar tiempo al lado de su hermano y en la compañía de Ayesa porque se daba cuenta del cariño que Ayesa ponía cada vez que hablaba con Itachi y le resultaba enternecedor. Tanto era así que cada vez estaba más convencido que el que tenía que casarse con ella era Itachi y cada vez estaba más decidido a hacer todo lo que estuviese en su mano para que fuera así, sobretodo cuando supo, por boca de Shisui, que Itachi había hecho un trato con Madara Uchiha para que la chica Senju se casase con Izuna, que era lo que a Madara le convenía pero que cuando supo que esa chica era nada más y nada menos que su amiga de la infancia no sabía como deshacer ese trato. Bueno, pues ahora era él, Sasuke Uchiha, el que deseaba romper ese acuerdo, tampoco sabía como pero si sabía que se lo debía a su hermano.
Otra cosa que había descubierto Sasuke y que le había afectado más de lo que incluso el mismo se daba cuenta, era lo que algunos llamaban "el destino".
El destino era que él muriese, ese era su destino. Él viajaba al lado de su hermano, en el asiento del copiloto y si hubiese seguido en ese asiento ahora estaría muerto pero, por alguna razón, ese destino había sido cambiado y Pain murió en su lugar. "No tenías que morir en ese accidente, no era tu destino", le había dicho alguien... entonces, si no era su destino morir en el accidente es que tenía otro destino en la vida y tendría que averiguar cual era y cumplirlo... se lo debía a Pain.
Ver la muerte tan de cerca, tener la certeza que de no haber cambiado su asiento él habría muerto, verse privado del sentido de la visión y saber que su hermano se encontraba en un estado tan delicado había cambiado a Sasuke, se había dado cuenta de que la vida iba en serio y él tenía que dejar que comportarse como un crio caprichoso empeñado en estar enfadado con el mundo entero y dejar de pensar que era auto-suficiente, que no necesitaba a nadie, que él solo podría con la vida y el destino y que todo lo demás le importaba un bledo... era hora de cambiar.
- ¿Qué tal te ha ido salir al mundo tu solo? - preguntaba Kushina cuando la madre de Shikamaru volvió a acompañarle hasta el hospital.
- Bien, ha sido una experiencia distinta.
- ¿Te has sentido cómodo a pesar de no ver?
- Si - contestó ajustándose las gafas de sol que ya no se quitaba en todo el día, solo para dormir, porque la claridad le molestaba y le incomodaba - He escuchado el corazón de los niños de Akane.
- ¿Eso te ha emocionado?
- Más bien me ha impresionado ¿Ha venido ya Ayesa?
- Si, ya ha llegado. Ven, vamos a comer.
- ¿A comer?
- ¿No quieres comer conmigo?
- ¿Y mi madre?
- Tu madre está hablando con tu padre. Tienen cosas que decidir. Por aquí, vamos a comer a la cafetería, dattebane.
Sasuke quiso preguntar que era eso que sus padres tenían que discutir pero prefirió guardar silencio y dejarse guiar por Kushina hasta la cafetería del hospital.
No le gustaba comer en la cafetería porque se sentía indefenso, allí, rodeado de tanta gente y sin poder ver. Demasiado ruido, demasiadas voces y todo llegaba a él y no sabía como hacer para seleccionar que escuchar.
- A ver - Kushina le cogió las manos y se las puso una a cada lado del plato - ¿Tocas los cubiertos?
- Si, los toco.
- El vaso lo tienes justo delante de la mano derecha.
Sasuke movió lentamente la mano hacia delante hasta tocarlo.
Le estaba costando mucho adaptarse a no ver, era difícil y él se veía torpe y patoso. Él, siempre tan orgulloso, tan prepotente y ahora necesitaba de la ayuda de los demás incluso para comer.
- ¿Qué están hablando mis padres? - dijo al cabo de un rato - ¿Es que le pasa algo malo a Itachi?
- No, para nada, al contrario. Vaya, se me había olvidado decírtelo, ttebane. Hoy ha tenido una reacción y parece que no era refleja.
- ¿Qué reacción?
- Por lo visto ha cogido la mano de Ayesa. Ahora le están haciendo un scanner a ver si ha tenido movimiento cerebral. Tus padres están hablando sobre ti, ttebane.
- ¿Sobre mi?
- Si, verás, tu madre cree que te está sobreprotegiendo demasiado.
- ¿A mi? No veo, creo que es normal que me sobreproteja.
- Si, pero no te ayuda a superarte. Estás en una situación difícil, Sasuke, eso todos lo sabemos, pero tienes que enfrentarte a ella y aprender a adaptarte.
- ¿Eso quiere decir que me voy a quedar ciego para siempre? - habló de forma brusca.
- Eso no lo sabemos pero desde luego, si es algo psicológico, ni tus padres, ni nadie te estamos ayudando haciendo que no te enfrentes a ello. Quiero decir que te estamos haciendo la vida muy fácil y la vida no es así, la vida es superación y no puedes superar ese trauma que tienes si no intentas superarlo, ttebane.
- No te entiendo ¿Qué se supone que va a pasar conmigo?
Kushina suspiró. Ella se había ofrecido para decírselo a Sasuke, así que tendría que hacerlo.
- Lo primero, Sasuke, es que a partir de hoy te vas a venir a vivir a mi casa - Sasuke no respondió - Tu madre y yo pensamos que te va a venir muy bien convivir con Naruto y estarás mejor, ahora pasas demasiado tiempo solo en esa enorme casa.
- Pero... ¿Cómo me voy a ir a vivir con vosotros?
- No te preocupes por el espacio. En la habitación de Naruto cabe otra cama perfectamente, de hecho, hasta hace muy poco, Minako y Naruto tenían la costumbre de dormir en la misma habitación los fines de semana. Aunque no lo parece, ellos dos están muy unidos, dattebane. Ya sabes que el padre de Naruto es piloto comercial así que pasa algunas temporadas fuera de casa, cuando Naruto y Minako eran pequeños solíamos aprovechar cuando nos quedábamos solos para dormir los tres juntos. Al principio cabíamos los tres en mi cama pero luego, claro, crecieron y entonces compré una cama plegable. Minako siempre la usaba cuando no tenían clase para dormir con su hermano, ahora ya no, creo que los dos se sienten ya un poco incómodos, como Minako se ha desarrollado tanto...
- ¿Voy a dormir con Naruto? - la interrumpió Sasuke.
- Si, será muy divertido, ya lo verás, dattebane. Y por las mañanas daréis clases juntos.
Kushina seguía hablando pero Sasuke ya no la escuchaba, solo podía concentrarse en la idea de que iba a mudarse a casa de Naruto, sería algo temporal, se suponía que iba a ser temporal, si, seguro que hasta que su hermano mejorase y regresase a casa, con sus padres... pero el gran problema de Sasuke no era que se iba a mudar a casa de Naruto, en realidad no pensaba en eso, en su cabeza rondaba un problema para él aún más grave... Minako.
No estaba preparado para eso, para vivir en la misma casa que Minako, ya le ponía nervioso que fuera a verle pero...
La causa de esa incomodidad había que buscarla una semana atrás, el día que Minako le acompañó a su casa. Habían ido en el coche familiar, que conducía el chofer de la familia y habían estado hablando y riendo de tonterías todo el camino, Minako era una chica muy graciosa y llena de ocurrencias.
"...
Al llegar a la casa, Minako ayudó a Sasuke a llegar hasta su habitación.
- ¿Quieres que pida que te suban algo para beber? - preguntó educado Sasuke.
- No hace falta, ya me voy a ir ¿Necesitas que te ayude con alguna cosa?
- No, no, gracias.
- Si quieres te preparo la bañera... bueno, eso lo hará la señorita esa que he visto, claro pero puedo enjabonarte la espalda.
Minako lo había dicho como todo lo decía ella, espontáneamente y sin pensar y como siempre se dio cuenta tarde de sus palabras, poniéndose colorada inmediatamente, aunque Sasuke no pudiese verla.
- Lo siento mucho - dijo apurada - No quería ser descarada.
- No importa, ya me imagino - Sasuke anduvo despacio y tanteando los muebles hasta llegar a su cama y se sentó con cuidado.
- Es que a veces hablo sin pensar - añadió la chica sentándose a su lado - Así me pasa, que siempre meto la pata.
- Ya te he dicho que no importa.
- Oye Sasuke... - dijo mordiéndose el labio inferior - Esto... que he estado pensando y...
- ¿Si?
- Que he pensado que si no vuelves a ver yo... yo... yo podría ser tus ojos.
A Sasuke le sorprendió el tono de voz empleado con la chica, no era ese tono de voz alocado y presuroso que utilizaba cuando hablaba sin pensar, al contrario, sus palabras sonaron llenas de serenidad y seguridad.
De repente sintió como Minako le quitaba las gafas y cerró los ojos instintivamente.
Algo cálido y suave parecía posarse sobre el párpado derecho, leve, como la caricia de una pluma.
Lo mismo sintió en el párpado izquierdo. No tuvo tiempo de pensar, ni reaccionar, unos dedos acariciaban su cuello y los labios de Minako se apoderaron de los suyos, suave, delicadamente...
No supo porqué pero respondió a aquel beso, primero de la misma forma suave pero progresivamente el ritmo marcado por ambos fue aumentando hasta que de forma brusca se separaron a la vez, quizás por falta de aire.
- Lo siento - dijo Minako levantándose nerviosa de la cama - Lo siento, lo siento, no sé que me ha pasado. Por favor olvídalo, vamos a hacer como que no ha pasado nada.
- Pero Minako...
- No ha pasado nada, no ha pasado nada - repetía nerviosa - Ahora me voy, me tengo que ir ya. Mañana... bueno... no ha pasado nada ¿Vale? ¿Vale?
Sasuke la notaba muy nerviosa, demasiado, seguramente estaba a punto de ponerse histérica.
- Claro - habló con normalidad - No ha pasado nada de nada.
..."
Pero si había pasado y ahora él viviría en la misma casa que Minako... que situación tan incómoda, sin contar con que era la hermana pequeña de Naruto y la hija de Kushina.