martes, 2 de septiembre de 2014

126. Es mejor caminar que quedarse esperando

- Ya verás - decía Stella llena de entusiasmo a Ino - Va a ser estupenda. Esta fiesta se va a recordar durante muchos meses en Konoha.
- Pues seguro que si - gruñía Sakura al lado de su amiga - Aquí no tenemos costumbre de celebrar los cumpleaños con fiestas como los americanos.
- Si, sois un pueblo de lo más extraño, pero por eso estoy yo aquí. Tu solo preocúpate de tus invitados, de lo demás ya me ocupo yo.
- ¿Y tus padres te van a dejar hacer esa mega-fiesta? - volvía a gruñir Sakura.
- Querida, a mí mis padres no me niegan nada. Se sienten muy culpables por hacerme vivir en esta ciudad y haberme sacado de mi "ambiente", así que me compensan dándome lo que les pido.
Sakura hizo un mohín de disgusto, Ino por el contrario estaba feliz. Iba a ser una fiesta como las que salen en las películas, en una casa lujosa, con piscina, una barbacoa y música y después... podría pasar cualquier cosa. Además que sabía que todo el mundo estaba hablando de su fiesta y de si iban a ir y la ropa que iban a ponerse... Ino se sentía como una princesa, la protagonista del cuento y estaba tan feliz que olvidó momentáneamente la mentira que había echado y el problema en el que iba a verse metida cuando la descubriesen.
- ¿Quedan muchos por confirmarte si vienen? - interrogaba ahora Stella a Ino.
- No, no mucha gente.
- Pues pregúntales otra vez, pero de forma amable, sutil, que vean que te preocupas por ellos y sobretodo que crean que quieres que vayan para que se lo pasen bien, porque eres una chica simpática y amable que se preocupa por todos y quiere que todos participen. Ya verás como tu popularidad va a subir como la espuma.
- Ino ya es popular - refunfuñó entre dientes Sakura.
- Ya querida, pero ahora tendrá otra clase de popularidad, ya lo verás.
Sakura estaba empezando a ponerse de los nervios ¿Cómo podría hacer ella para apartar a Ino de esa snob?
No todo el mundo estaba planeando la fiesta del día siguiente en la casa de Stella, era cierto que tener una de las invitaciones era "lo más" para muchos, pero había un grupillo también algo alterado aunque la razones para tal alteramiento no era la dichosa fiesta.
La más alterada era sin duda Sumire que parecía cargada con energía solar y no paraba de moverse de un lado para otro.
- Chica, pareces el rabo de una lagartija - rió Kankuro - Para ya de una vez.
- Es que estoy muy nerviosa ¿No tardan mucho? Si, están tardando mucho ¿verdad?
- Ya sabes como son las cosas de la burocracia, habrá mucha gente en el ayuntamiento - explicaba Jisei.
- Pero no debe haber mucha gente para casarse ¿o si? No creo que al día se casen demasiados así por lo civil.
- Pero estarán para otras cosas - contestaba Chouji.
- Me hubiera gustado mucho estar con ella - se lamentaba Ryuko - Es mi mejor amiga, se va a casar y no estoy con ella.
- Vamos, vamos - la calmaba Ten-Ten - No pasa nada, solo es un trámite. Estarás con ella cuando se case "de verdad"
- Ya se casa de verdad - replicaba Ryuko - No es de mentira.
- Ya, pero tu me entiendes.
- Yo también hubiera querido estar con Shikamaru en un momento así - añadía Chouji.
- ¿Lo veis? - protestaba Ryuko - Siempre creí que cuando se casara yo sería su dama de honor o su testigo o algo, bueno, que ya ayudaría a vestirse y ella se pondría muy nerviosa y querría morderse las uñas que llevaría pintadas de color perla y Jisei la daría un buen manotazo.
- ¡Ala! - exclamó Sumire - ¡Imaginas las cosas más que yo y todo!
- Pensar - habló Shino en un susurro - Que están en el ayuntamiento, están los padres de Shikamaru, el primo, la hermana, el padre de Akane, su mujer... ¿Qué íbamos a hacer nosotros allí? Solo aburrirnos mientras esperamos.
- Es cierto, solo van a entregar un papel - corroboró Jisei - No pintamos nada.
- ¡Pero se van a casar! - gritó Sumire - ¡Es increíble!
- Y no han hecho despedida de solteros - comentó Ten-Ten.
- ¡Es cierto! - volvió a exclamar Sumire - Pues eso si que no... deberíamos hacérsela.
- Ya mañana vamos a la fiesta de Ino, con eso será suficiente - se quejó Ryuko.
- ¿Que os parece si esta tarde vamos a comprarles algo? - propuso Ten-Ten.
- ¿El qué? - se interesó Jisei.
- Algo de esas cosas que se regalan en las despedidas de solteras... ya me entendéis.
Ten-Ten y Jisei comenzaron a reírse de forma pícara mientras Kankuro, Shino y Chouji se miraban temiendo lo que era.
- ¿El qué se regala en las despedidas? - preguntó inocente Sumire.
- Ya sabes... - reía Ten-Ten - Uno de esos.
- ¿Tu sabes lo que es? - preguntó Sumire a una avergonzada Ryuko.
- Creo que si - contestó la chica.
- Ya sabes - habló riendo Jisei - Uno de esos "juguetitos para adultos".
Sumire miró confusa a los chicos.
- Creo que se refieren a un consolador - dijo un poco bruscamente Shino.
Sumire chilló y comenzó a reírse como loca.
- ¡Si! Uno de esos que se mueven - rió también.
- Mejor un paquete con varios "accesorios" - propuso Ten-Ten.
- ¿Y vosotras sabéis como conseguir esas cosas? - se burló Kankuro.
- ¡Hombre pues claro! - afirmó rotunda Ten-Ten.
- ¿Y vais a poder comprarlo? - insistió Kankuro.
- Claro que si - volvió a afirmar la chica - Mi hermana los compra por nosotras. Ya veréis, a ella le encanta visitar esas tiendas, por lo menos de eso presume.
- Y sino ¿Sabes a quien podemos pedírselo? - dijo Jisei a Ryuko - A Ayesa.
- ¡Claro! Ella nos ayuda a comprarlo seguro.
- ¿Quien es Ayesa? - preguntó Kankuro a Shino.
- La prima de Akane. Esa es capaz de cualquier cosa.
- Que es más mayor ¿no?
- No mucho, poco más de un año - respondió Ryuko - Pero es tremenda.
- ¿Y se va a atrever? - dudó con burla Kankuro.
- Ayesa se atreve a comprarlo y hasta probarlo, si hiciera falta - confirmó riendo Jisei.
...
Shikamaru y Akane llegaron al instituto a la hora de la comida. Akane había quedado con Ryuko en que si llegaban a esa hora fuera a buscarla a los comederos del exterior porque había que aprovechar los pocos días buenos en los que no llovía y disfrutar del buen tiempo comiendo al aire libre, que pronto llegaría el invierno y ya les tocaría quedarse en el aula. Así era Ryuko, le gustaba saber lo que iba a pasar y cuando iba a pasar, la incertidumbre no era algo que fuese con ella, tenía que saber en que lugar se encontraría con Akane fuese la hora que fuese; siempre había sido así, si de pequeñas quedaban en la calle tenía que concretar en que punto exacto y si ahora quedaba en verse con Chouji de camino al instituto pues lo mismo, era necesario decir porqué camino iría cada uno para encontrarse, no fuera a ser que llevaran caminos distintos y no se encontrasen.
Ryuko fue la primera que los vio acercarse y les llamó nerviosa. Chouji se levantó y se acercó casi corriendo a saludar efusivamente a su amigo.
- ¡Eh! - gritó Kankuro - ¡Que corra el aire o me mosqueo!
Las chicas fueron las siguientes en acercarse armando bastante jaleo y rodeando a Akane. El cumpleaños de Shikamaru les importaba en ese momento más bien poco o quizás es que lo habian olvidado, que sería lo más probable.
- ¿Qué te pasa Akane? - preguntó alarmada Jisei - Estás como triste.
- Es que... - Akane tenía los ojos llorosos.
- ¿Vas a llorar de alegría? - la atosigó Sumire mientras la abrazaba.
- No, es que estoy muy sensible y...
- ¡Uy que va a llorar! - insistió la chica de ojos violetas.
- Es que... me he casado y mi madre no estaba conmigo.
Instintivamente Ryuko la abrazó haciendo que apoyara la cabeza en su hombro. Todas se quedaron un poco desanimadas.
- Es su madre después de todo - comentó Shikamaru.
- Aunque hubiese sido para regañarme - se oía quejarse débilmente a Akane - Me hubiera gustado que estuviese conmigo... yo no le importo nada, sabía que me iba a casar y le ha dado lo mismo, soy su hija y no ha venido a acompañarme y yo no se que me pasa que no puedo dejar de sentirme triste.
- No llores - la consoló Jisei - Ya verás como se arrepiente de no haber ido.
- Venga, venga - trató de animarla Sumire - Una novia no puede llorar en día de su boda. Toma, toma, cógelo.
- ¿Qué me das? - dijo Akane levantando la cabeza y separándose de Ryuko.
- Es un lazo, un lazo azul. Átatelo a la muñeca, como si fuera una pulsera. Las novias tienen que llevar algo azul, es símbolo de felicidad eterna... creo ¿Ya llevas algo azul?
- Gracias Sumire - Akane cogió lo que le ofrecía y la abrazó - Ya me siento mejor.
- También deberías llevar algo nuevo - dijo Chouji ofreciendo un paquete envuelto a Shikamaru - Es para los dos, de parte de Ryuko y mía.
- Mendokusei... ¿Por qué os habéis molestado?
- Porque es tu cumpleaños y algo así como tu boda. Es solo un detalle para que os acordéis de nosotros. Ábrelo.
- Trae, yo lo abro - Sumire le quitó el paquete - Me pone nerviosa que seáis tan lentos.
Sumire rompió el papel de forma algo brusca. Era una caja con la tapa de plástico trasparente, a través de ella podían verse dos llaveros de color plateados, con la forma de un corazón partido, cada parte era uno de los llaveros y encajaban la una con la otra perfectamente - ¿Un llavero?
- Son dos llaveros- le corrigió Shino.
- Es un llavero con dos cosas de esas para meter las llaves - protestó Sumire.
- Son dos llaveros unidos, tonta - le recriminó ahora Ten-Ten - ¿No ves que se pueden separar?
- Son para que pongan las llaves de su nueva casa - explicó Ryuko - Un poco cursi lo de la mitad del corazón para cada uno pero no había otra.
Shikamaru y Akane dieron las gracias. De pronto todo el mundo pareció recordar el cumpleaños de Shikamaru y le felicitaron, se llevó más de un tirón de orejas y alguna que otra colleja.
- Akane, hermanita... - la voz de Ginta, el hermano de Akane sorprendió a todo el mundo, había aparecido casi de improviso, allí estaba, mirando a su hermana y unos pasos por detrás de él una emocionada Minako - Me han dicho que hoy... que... me hubiera gustado acompañarte.
Akane se abrazó a su hermano. Ginta la apretó contra él, era curioso lo pequeña que le parecía su hermana, para él siempre había sido la hermana mayor, mandona y gruñona, cuando eran pequeños siempre la dibujaba muy grande y poderosa y ahora la parecía pequeña.
- Así que ahora ya eres una Nara.
- ¡Shika-kun! - gritó la hermana de Naruto tirándose a sus brazos y haciendo que momentáneamente perdiese el equilibrio - ¡Felicidades! ¡Dos veces felicidades!
- ¿Cómo lo sabes? - curioseó Shino.
- Me ha llamado Chiharu para contármelo todo - respondió Minado aún abrazada a Shikamaru. Y no te preocupes, no le diré nada a nadie.
-Chiharu le ha estado haciendo casi una retrasmisión en directo - añadió Shikamaru.
- Que exagerado, solo me llamaba en los cambios de clase, no soy tan tonta para arriesgarme a que me confisquen los profes el móvil ¿Has enseñado y el libro de familia, Akane? Enséñanoslo anda, Chiharu me ha dicho que os lo han dado en el ayuntamiento ¿Y las fotos?
- ¿Os habéis hecho fotos? - se interesó Chouji.
- Mientras esperábamos el turno en el ayuntamiento, al lado hay un estudio fotográfico y hasta tienen trajes que te puedes poner - explicó Akane - Nos hemos puesto unos trajes de novios y todo, más que nada para matar el aburrimiento.
- Pero dice Chiharu que aunque no son tan bonitos como los kimonos que se pondrán en su ceremonia estaban guapos.
- Esta Chiharu siempre tan chismosa - se quejó Shikamaru.
- ¿Te has hecho fotos? - gritó nerviosa Sumire.
- Pero eran unos trajes muy sencillos, el de Shikamaru un simple traje y yo un vestidito de lo mas simplón.
- ¡Enseña las fotos! - casi dijeron al unísono las chicas.
- No puedo, la foto no estará hasta mañana. Os enseño el libro de familia.
Akane sacó de su cartera un fino librillo de color azul y lo abrió por donde estaban sus nombres indicando que habían contraído matrimonio el día de la fecha y el sello del registro. Ya eran una familia, una nueva familia.
Sumire y Minako estuvieron un rato emitiendo extraños ruiditos de alegría y después de algunas frases más Minako y Ginta se marcharon.
- Shikamaru - dijo Temari que se había acercado hasta ellos - Creí que le había pasado algo a Akane. Como no habíais venido ninguno de los dos.
- No... no era nada... solo papeleos.
- Menos mal. Pues toma - le ofreció un pequeño regalo - Feliz cumpleaños, Shika.
- Gracias, no sabía que te acordabas de mi cumpleaños.
- Ya, ya me lo imaginaba - y le regaló además un corto beso en los labios - Espero que te guste. Ábrelo.
Shikamaru lo abrió, era una pluma.
- Vaya, gracias Temari.
- Espero que escribas poesías preciosas con ella. Y ya sabes, hay dos cosas que nunca debes dejar que "use" otra persona, así que no se la prestes a nadie.
- ¿Que cosas? - se interesó Kankuro.
- La pluma y la chica - contestó la chica guiñando un ojo.
Temari se marchó y casi inmediatamente apareció Ino corriendo de forma escandalosa, era imposible ignorar su chillona voz gritando sus felicitaciones, si existía alguien cerca de ellos que ignoraba que era el cumpleaños de Shikamaru, sin duda que gracias a Ino ya lo sabía.
Primero le plantó un efusivo beso en la boca y no un simple piquito, no, que agarró la cara de Shikamaru con sus manos y se encargó de que el chico no pudiese apartarse fácilmente mientras se escuchaban silbidos y risas entre los demás.
- Para ser un pueblo al que no le gustan las demostraciones públicas de afecto este chico tiene demasiada suerte - comentó Kankuro.
- Ino... que me asfixias, burra.
- Toma, mira lo que te he comprado. No te van a regalar nada igual.
Shikamaru cogió con miedo una bolsa de regalo, a saber que tendría dentro. Era una caja estrecha y alargada, no estaba envuelta, la puso encima de la mesa del comedero mientras los demás le hacían un hueco y la destapó. Los silbidos y risas se hicieron aún mas patentes. Shikamaru cogió con dos dedos los que había en su interior y se lo mostró a Ino... era un camisón de raso, de color azul celeste con encaje blanco y bastante atrevido.
- ¿Tu crees que me quedará esto bien a mi? - preguntó a su amiga arqueando una ceja - Yo creo que no es de mi talla.
- ¡Bobo! - rió estruendosamente Ino - Es para que se lo des a Akane.
Shikamaru la miró aún mas asombrado.
- ¿No era un regalo para mi?
- Claro, para que se lo ponga para ti y así lo disfrutes tú, tontaina - volvió a reír Ino - Yo diría que si es su talla.
- Siempre estás con lo mismo, Ino - intervino Ten-Ten - Que obsesión que tienes con la lencería.
Shikamaru sonrió mirándolo... esto seguro que Akane sabrá sacarle provecho. Solo de pensarlo empezó a ponerse algo nervioso.
- ¿Te gusta, Akane? - preguntó Ino a su compañero - Es anchito para que te valga aunque tengas un poco de tripita. Las embarazadas también pueden resultar muy sexys. Bueno me voy que tengo muchas cosas que hacer... ¡Ah! ¿Mañana iréis a mi fiesta, verdad?
...
Ten-Ten se había ido a comer con Kiba, Lee y Neji, hubiera querido esperar a Akane por si venía para felicitarla y todo eso pero es que tenía que buscar la chica apropiada para que acompañase a Neji a la fiesta de Ino. También comían con ellos Shiho y Ayame. Últimamente Shiho era una acompañante muy habitual de Lee o mejor Lee lo era de ella, depende de como se mirase... si, era Lee el que iba con ella, es que el chico era así, cuando se entusiasmaba por algo no tenía medida. Ayame era compañera de Shiho y parecía buena chica, tampoco es que Ten-Ten la conociese demasiado, la conocía, claro, era la hija de Teuchi, el encargado de la cafetería y el dueño del Ichiraku pero tampoco había tenido oportunidad de hablar mucho con ella, normalmente la veía al otro lado de la barra. Parecía simpática y tenía genio, no es que fuese una mandona histérica como Ino pero se la veía con genio suficiente como para tratar a todos esos clientes que a veces se ponen bastante pesaditos.
¿Y que tal esa chica? No era fea tampoco. Es que no se le ocurría nadie más. Karui, su posible "rival" no le parecía bien para Neji. No es que Karui fuese su rival confirmada pero había algo que cuando la miraba le avisaba que tuviese cuidado, sería sus instintos que se activaban, quizás porque la chica tenía un aspecto un poco salvaje, como Kiba y le parecía que podían entenderse... instinto de supervivencia, seguro.
No, Karui no le parecía apropiada para Neji, no pegaba con él. Samui era muy seria y no se atrevía a decírselo... parecía tan seria como Neji y vale que las parejas tienen que tener cosas en común pero ¿te imaginas a esos dos juntos?... Imposible. Al menos uno de los dos debería hablar algo... ¿De que hablarían esos dos? A Ten-Ten solo de imaginarlos le daba la risa.
¿Quien más había? Tayuya... imposible también, esa chica era más basta que un bocadillo de chapas... nada, descartada. Kin podía ser otra opción... ¿Fatora? Es que ahora parece que se lleva muy bien con Juugo y Suigetsu, además había sido amiga de Sasori... no, mejor no que ya sabía ella como era Neji, capaz sería de decirle cualquier cosa y hacer que se sintiese incómoda. En la nueva clase de Shikamaru estaba esa chica, Tamaki, se la veía muy linda y Fuu... no, Fuu no que también tenía mal genio. Lo mejor sería intentarlo primero con Ayame ya que estaba allí.
Lee hablaba y hablaba del poder de la juventud y Neji permanecía en silencio, como casi siempre. Ten-Ten observó que Akane había venido y veía el revuelo organizado a su alrededor. Luego observó como Neji miraba a Temari acercándose a Shikamaru y entregándole algo.
Esto no podía seguir así. En cuanto vio que Temari se alejaba del grupo se levantó y se acercó a ella.
- Hola Temari ¿Dónde vas?
- Estaba comiendo con Samui - contestó perpleja Temari.
Temari no quería comer con Neji, ni por el chico, si no por ella misma y tampoco quería comer con Gaara y Hinata, prefería que estuviesen solitos, aunque hoy estaba Naruto con ellos. Daba igual, hacía pocos días que conocía a Samui pero empezaba a entenderse con ella, sería porque no era una chica superficial preocupada solo por los chicos, se podía decir que entre ellas había habido cierta "química de amigas". Samui siempre estaba con Karui y Omoi, ambos muy simpáticos pero que terminaban envueltos en absurdas discusiones que Samui parecía ignorar con paciencia. Discusiones derivadas de lo distintos que eran para todo... como sus nombres "Pesado y Ligero"... que curioso.
- Me gustaría hablar contigo - le dijo Ten-Ten sin estar muy segura aún de lo que quería decirle.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- Es por Neji. Quería saber que te pasa con él.
- Nada, no me pasa nada.
- Yo... no es por meterme en lo que no me importa pero es que Neji es mi amigo y me preocupo por él ¿Es que habéis discutido o algo?
- No, realmente no hemos discutido.
- Entonces ¿Por qué os evitáis?
- No es por nada, en realidad nosotros no salíamos como pareja ni nada, nunca hemos salido como pareja, somos amigos solamente.
- Pero todos pensábamos que estabais hechos el uno para el otro.
- Solo somos amigos, buenos amigos.
- No, no es cierto eso que dices. Erais una pareja, una pareja de verdad.
- Mira Ten-Ten, no lo entenderías. Yo quiero mucho a Neji, es uno de mis mejores amigos, le quiero de verdad.
- Y él te quiere a ti ¿Cual es el problema?
Temari suspiró. Estaba a punto de decirle que se metiera en sus asuntos pero vio aquella mirada preocupada y le dio pena... sobretodo le dio pena por Neji ¿Que estaba haciendo? ¿Huyendo de los problemas? Eso no era típico de ella.
- Vamos a sentarnos a ese banco y te lo explico.
- Puedo entender que no estés enamorada de Neji - decía Ten-Ten mientras andaban - Solo que no me lo esperaba.
- Neji es estupendo. Yo ya le dije que no era buena para él, que le había utilizado y... no quiero hacerle daño, de veras que no.
- ¿Por qué ibas a hacerle daño?
- Le utilicé, lo reconozco, le utilicé para huir de mi misma, de lo que me agobiaba, de esos recuerdos que tenía olvidados... No quiero hacerle más daño, no quiero utilizarle más. El estuvo a mi lado cuando le necesité y yo me engañe a mi misma, me dije que le quería y le quiero pero... lo único que he hecho ha sido huir de mis problemas y eso no está bien.
- Neji no se merece que le utilices - dijo Ten-Ten en voz baja,
- Claro que no. Es una persona maravillosa por eso huyo de él, para no utilizarle más, para aclarar mis ideas.
- ¿Que es lo que pasa, Temari?
- Pasa que toda mi vida he estado huyendo. Huyendo de unos recuerdos que no me gustaban, buscando... no se lo que buscaba pero utilicé a... otra persona para evadirme y cuando comencé a crear vínculos con esa persona me dio miedo, me sentí agobiada y utilicé a Neji para huir de esa presión que sentía... Pero se acabó, no quiero hacer daño a Neji.
- Temari, si no quieres a Neji tienes razón, aléjate de él pero antes tienes que hablar. No puedes alejarte así, sin mas, él se merece una explicación ¿no crees?
- Tú le quieres mucho ¿verdad?
- Es mi amigo. Somos amigos desde hace mucho y ha tenido sus momentos malos, no es un santo, acuérdate lo violento que era con Hinata.
- Pero aprendió de sus errores y recapacitó.
- No se merece que le abandones así, sin una explicación.
- Lo se. Realmente no es que quiera abandonarlo solo es que no quiero apoyarme en él, necesito caminar por mi misma.
- Sabes que le tienes atado a ti. Deberías cortar ese lazo. Si de verdad le consideras una buena persona y tu amigo...
- Ya lo se, tienes toda la razón.
- No quiero te acerques a él.
- ¿Cómo?
- Que si no le vas a dar lo que él espera que le des es mejor que se lo digas claramente y te alejes. No se merece estar esperando una respuesta que no vas a darle.
- No quiero hacerle daño.
- ¿Estás segura de que no le quieres?
- Si le quiero, le quiero mucho.
- ¿Entonces? Mira Temari, siempre te he tomado por una mujer fuerte, no de las que juegan con los hombres.
- No juego con él. No juego con nadie. Es porque no quiero jugar con él por lo que me aparto.
- ¿Sabes lo que te digo? Que si quieres apartarte de él lo hagas, pero que lo hagas de verdad, apártate del todo, no mantengas esa unión entre vosotros, me recuerdas a una niña que no quiere un juguete pero que no lo separa mucho de ella por si acaso lo va a perder.
Temari se sintió mal. Ten-Ten tenía razón, costaba romper el hilo que la unía a Itachi y Neji. A ambos los había utilizado de alguna forma, sin darse cuenta. Respiró hondo recordando lo bien que se sintió olvidándose de las presiones, siendo ella misma, sin recurrir a Itachi o Neji, sin esconderse como un perrillo entre sus piernas, afrontando de cara su pasado, reconociendo que lo había pasado mal pero que como su nombre indica, ya había pasado. Recordó que iba a ir a la fiesta de Ino con Shikato y que si ella tenia derecho a pasarlo bien pues Neji también.
- Está bien, hablaré con él. Volveré a decirle lo que ya le tengo dicho. Es gracioso... me dijo que esperaría mi decisión... pero lo justo es que mientras tenga una vida.
- Ya sabía yo que tu eras de las que entran en razón - sonrió Ten-Ten.
...
Al terminar la jornada escolar Temari habló con Neji. Se acercó a él y le dijo que tenían que hacerlo. Ella no era cobarde y estaba harta de esconderse. Las cosas eran como eran y si ella necesitaba espacio para pensar y no sentirse agobiada lo justo era que él también tuviese su espacio y que no se limitase a esperarla. El camino que ahora recorrían se había dividido temporalmente y él no debía caminar mirándola a ella.
Si en el futuro sus caminos estaban destinados a unirse de nuevo así sería pero mientras él merecía disfrutar del viaje.
Neji no dijo nada, no se quejó de nada. Lo comprendía todo, no hacía falta que explicase nada más. En el fondo comprendía su decisión y le parecía muy correcta, era lógica, pragmática y la más sensata aunque eso no significaba que él abandonase, si la última palabra no estaba dicha él seguiría sin rendirse.
Pero tenía razón Temari, un poco de distanciamiento les venía bien, así ninguno de los dos se sentiría mal, ella no se sentiría agobiada y él no pensaría que la estaba presionando.
Neji se acercó donde estaban sus amigos esperándole, de nuevo Kiba, Lee, Shiho y Ayame y vio a Ten-Ten mirándole ansiosa como si quisiese decirle algo, algo que se supone que tenía que entender. Luego vio como miraba de reojo a Ayame y de nuevo a él.
- Mañana es el cumpleaños de Ino - dijo por fin Ten-Ten alegremente - ¿Te gustaría venir con nosotros, Ayame?
- ¡Si! - intervino Lee - ¡Será estupendo! ¡Ven con nosotros!
- Pero a mi no me han invitado.
- Pero a nosotros si - añadió Ten-Ten - Podemos llevar acompañantes ¿Por qué no vas de acompañante de Neji?
- Pero... - comenzó a decir Ayame.
- Solo es una excusa tonta - habló Lee - Decimos que eres su acompañante aunque no sea cierto.
- ¿Tu no tienes acompañante? - preguntó Kiba.
- No. En realidad no pensaba ir pero si Ayame quiere ir yo... estaré encantado de acompañarte.
- ¿De veras no pasa nada si voy? Es que en realidad estaba deseando ir, nunca he ido a una fiesta de esas.
- Pues entonces ya está. Iremos los seis juntos ¿Os parece bien? - propuso Lee.
...
Naruto se acercaba corriendo a Shikamaru mientras salía con los demás del instituto. Le agarró del brazo y tiró de él.
- ¿Se puede saber que te pasa? - se quejó Shikamaru.
- ¡Tienes que ayudarme!
- Ahhhhh, que pesado que eres - volvió a quejarse - ¿Qué te pasa?
- Es que tu eres muy listo y además su amigo.
- Vale... ¿De qué hablamos?
- De Ino.
- Mendokusei ¿Qué te pasa ahora?
- Es que mañana es su cumpleaños.
- Vaya, no me había enterado.
- ¿No? ¡Pues si no se habla de otra cosa, dattebayo!
- Pero que rollo... era un sarcasmo Naruto, un sarcasmo.
- ¡Ah ya!... Ya lo sabía, ttebayó
- ¿Y que te pasa? - preguntó en todo aburrido.
- Que no se que regalarle y como es tu amigo pues pensé que tu sabrías lo que le gusta.
Shikamaru le miró durante unos segundos con su habitual cara de aburrimiento, luego bostezó.
- Regálale flores.
- ¿Flores? - gritó Naruto.
- Mendokusei, no grites ¿por qué gritas tanto siempre?
- ¿Cómo le voy a regalar flores? ¿Estas tonto, dattebayo?
- Pues comprando un ramo, también puedes cogerlas tu si te apetece pero tal y como es Ino es mejor que las compres.
- ¡Pero ella vive en una floristería!
- ¿Y?
- ¿Cómo le voy a regalar flores?
- A las chicas les gustan esos detalles, dejando a parte sus circunstancias personales les gustan las flores.
- ¿Pero flores?
- A ver Naruto, mira que eres aburrido... no puedes regalarle bombones, no le gustarán, recuerda que está en guerra contra el azúcar, tampoco tienes dinero para comprarle un anillo o una pulsera de las que le gustan a ella.
- ¿Y tu que sabes?
- Yo la conozco. A Ino, como a cualquier chica, se la conquista más por los detalles. Tampoco le gustan los peluches o los muñequitos graciosos, ni los perfumes, dice que son algo personal y lo considera de mal gusto o algo así pero si le gustan las flores.
- ¿Pero flores?
- Precisamente porque sus padres tienen una floristería nunca nadie le ha regalado flores.
Shikamaru le guiñó un ojo y se marchó con su habitual desgana. Naruto se quedó pensando unos segundos y luego abrió mucho los ojos.
- ¡Pero que listo es este Shikamaru, dattebayo!
...
BONUS ESPECIAL
Habían pasado una tarde de lo más divertida. Ten-Ten, Jisei, Sumire, Ryuko, Ayesa, que por supuesto se apuntó al evento, e incluso Temari, fueron a comprar aquel "regalo especial" para Akane y después quedaron con ella en su casa para dárselo mientras Kankuro, Chouji y Shikato "secuestraron" a Shikamaru. Aunque al final terminaron todos brindando por "los novios" y jugando con la wii en casa de los padres de Shikamaru.
Cuando se marcharon todos, incluido Shikato que se empeñó en acompañar a Temari, Akane empujó hacia una de las paredes a Shikamaru acercándose a él mientras le miraba de forma muy, muy lujuriosa.
- Akane, no... no me mires así que sabes que no puede ser.
Sin dejarle contestar, Akane le cogió de la mano y tiró de él mientras le llevaba hacia la puerta de la habitación que usaban para estudiar, allí habían trasladado el escritorio de Shikamaru y poco más. Eso si, le dejó allí, le dijo que esperara y se metió dentro cerrando la puerta. Shikamaru se quedó pensando que estaría tramando, conociéndola, valorando que se había encerrado y las risitas tontas que se traían las chicas, seguramente iba a ponerse el camisón que Ino le había regalado, bien, en ese caso lo mejor era que se tranquilizase, no iba a pasar nada, no podía pasar nada, así que se concienciaría con que solo la iba a ver con él puesto, nada más.
- Así que tranquilízate - dijo en voz baja mirándose la entrepierna.
Akane abrió la puerta.
- Ya puedes pasar.
Shikamaru dio un par de pasos al frente y se quedó franqueando la entrada.
- ¿Qué te parece?
Efectivamente Akane llevaba el camisón azul y había que reconocer que le quedaba muy bien. Otra cosa no tendría Ino pero ojo para saber lo que quedaba bien a una persona o no, si. Además observó que llevaba unas medias blancas sujetas por un liguero... claro, por eso se reían tanto las chicas. Shikamaru se había quedado mirando el camisón, bueno, concretamente lo que se veía al finalizar este ¿Es que no llevaba ropa interior?
"Mierda Shikamaru - se dijo - No mires ¿Que haces mirando?"
- ¿Me queda bien o no? - insistió poniendo una mano en su cintura, fue entonces cuando Shikamaru vio que en su muñeca llevaba una especie de pulseras como de peluche, muy abultadas.
- No, si bien te queda pero ¿Así vas a dormir?
- Anda pasa, soso - le cogió de la mano y le metió dentro del cuarto.
- Espera Akane...
- Siéntate ahí y se buenecito - le empujó hacia la silla del escritorio - ¿Estás listo? ´
- Akane mira yo creo que...
- Chhist, a callar - ordenó, llegando hasta él y sentándose a horcajadas encima.
El calor invadió a Shikamaru mientras ella ronroneaba suavemente y exploraba su cuerpo por debajo de la ropa con unas manos sorprendentemente expertas. Akane se apoderó de sus labios de forma posesiva, le agarró fuertemente las muñecas y se las pasó por detrás del respaldo de la silla, casi le hacía daño porque se las retorcía, iba a decirle que se tranquilizara cuando en un fugaz momento, se encontró sin saber como con las manos aprisionadas por... ¿unas esposas? ¿esas pulseras eran unas esposas? ¿y como...?
No podía pensar en nada, todo iba muy rápido, se encontraba debajo de ella, que manipulaba con agresividad el cinturón de su pantalón.
- Akane... no... - intentó zafarse olvidando que tenía las manos apresadas. Akane le presionaba con su peso sentándose sobre él - Ten cuidado... con cuidado... ¡ah!...
Akane no lo escuchaba. Parecía poseída por una especie de fuego con el que devoraba a Shikamaru y él lo estaba pasando bastante mal. A la vergüenza que le daba la situación había que sumarle algo que le estaba haciendo perder el dominio de si mismo, además el cuerpo de Akane, revolviéndose sobre su pelvis, no lo estaba ayudando demasiado.
Akane no se detenía. Entre la confusión y la excitación nerviosa de la que era presa, Shikamaru empezaba a sentir que se le nublaba la vista y la mente.
Las manos de Akane, entonces, se introdujeron dentro del pantalón y pasó de forma lenta los dedos índices por la ingle del chico haciendo que se esforzase en ahogar un gemido que pasó a ser de pánico al comprobar como tiraba del pantalón y el boxer a la vez ¿Pero dónde estaba el pudor de hacía unas horas de esa chica? A ver si Jisei le había dado alguno de sus potingues porque vamos, eso no era nada normal.
- Akane... por favor...
Volvió a ahogar un gemido cuando Akane se sentó de nuevo sobre él mientras iba lamiendo su cuello al ritmo que sus piernas, increíblemente suaves, aprisionaban la carne descubierta entre ellas. El vello del chico se puso de punta. Ahora sí que estaba indefenso, con aquella lengua que lo recorría, aquellos dientes que lo mordisqueaban, y aquellas gloriosas y duras piernas manipulándolo con firmeza. No pudo evitar gemir de placer cuando sintió a Akane frotarse contra él... Efectivamente no llevaba nada debajo del camisoncito.
Entonces el hambre por besar esa piel ardiente lo dominó. Las manos de ella le deshicieron la coleta y revoloteaban en su cabello Y él cedió al deseo y se inclinó hacia delante todo lo que pudo, para besar el cuello de Akane con deleite, y sintiendo cómo la piel de la chica se le ponía de gallina y su respiración se aceleraba.
Shikamaru dio un respingo. Aquella maldita cabezota se movía de forma demasiado sensual, como siguiese así lo mismo pasaba algo malo. Akane se rió. ¿Es que se había vuelto loca o que? Gruñó al notar que inconscientemente había comenzado a moverse con dificultad siguiendo sus movimientos, por suerte de momento no había más que ese condenado roce y deseó de verdad que solo se quedase en eso.
Se sentía avasallado por esa sensualidad arrebatadora, cerró los ojos, respirando profundamente, y buscando el autocontrol cuando Akane, con los dedos entre su pelo tiró para obligarle a mirarla, vio como se acercaba hasta él, como si fuera a besarlo, pero no lo hizo, fue derecha al lóbulo de su oreja y sintió como le mordisqueaba y jugaba con la lengua con su pendiente.
- Shikamaru...
El susurro dulce y un gemido de Akane lo condujeron violentamente hasta explotar. Cerró de nuevo los ojos y perdió la noción del tiempo, del espacio y de la realidad: sólo existía la piel ardiente de Akane, frotándose contra su cuerpo.
Cuando consiguió acompasar su respiración y abrió los ojos se sintió terriblemente avergonzado ¿Se suponía que debía haberse aguantado? ¿Esperaba Akane otra cosa? Vio a Akane con los ojos cerrados también, arqueando con violencia la espalda, mordiéndose el labio inferior, dejando caer la cabeza y morderle el hombro, sintió su respiración agitada, como se tensaba y apretaba sus dedos con violencia para al instante soltarle.
Su frío control de siempre se le había ido al carajo, no sabía si por la violencia de las caricias de Akane o por la situación en sí. Pensó en decir algo, pero no se le ocurría nada. Antes de que pudiese hacer o decir cualquier cosa Akane volvió a besarle esta vez dulcemente.
- Feliz cumpleaños, bambi, espero haberte sorprendido.
- ¿Este es mi regalo de cumpleaños?
- ¿Has visto como podemos hacer muchas cosas, so soso? Y aún hay más - se levantó no sin antes soltarle las esposas - Voy a darme una ducha.
Shikamaru se quedó allí sentado, solo y derrotado aún sin comprender bien lo que había pasado, con las esposas en las manos y una excitante sensación de haber sido utilizado... si que le había sorprendido, si.