lunes, 8 de septiembre de 2014

173. Sai y su gran duda existencial

Shikamaru dio un paso para volver a la cabaña cuando el móvil volvió a sonar. El nombre del remitente le resultó algo extraño ¿para qué le llamaría?
- ¿Sakura?
- Hola Shikamaru, perdona que te moleste - oyó la voz de su compañera saliendo del teléfono - ¿Estás comiendo?
- Ni siquiera he empezado.
- ¿No? ¿Aún no?
- Nos hemos entretenido haciendo un muñeco de nieve, pero bueno, dime ¿Sucede algo?
- Si, sí que sucede. He estado llamando a Naruto pero estaba comunicando y la verdad Shikamaru, no quería molestarte a ti pero es que tengo que hablar con alguien y no se con quién y tampoco quiero comprometer a Chouji.
- ¿Por qué? ¿Qué es lo que pasa?
- Es que creo que Ino se ha metido en un lio muy gordo.
Shikamaru se rascó la cabeza mientras miraba al cielo con resignación.
- Mendokusei... ¿Qué le ha pasado ahora?
- Es en serio Shikamaru, te lo estoy diciendo en serio, no se trata de una paranoia mía, ni de un capricho suyo.
- Está bien, cuéntamelo a ver.
- ¿Recuerdas las pastillas que Akane y tú le ayudasteis a conseguir?
- ¿Te refieres a la píldora del día después que era para ti?
- Ah... si... bueno yo es que le comenté a Ino que había tenido un problema y...
- No te apures, si es por equivocaciones yo me llevé el premio gordo, ya lo sabes.
- Ya pero yo... es que Ino... ella no tenía mala intención, solo quería ayudarme y...
- Deja que lo averigüe - resopló Shikamaru - Ino se lo comentó a Stella y Stella le pidió la condenada pastilla a Tobi y ahora Ino tiene problemas.
- ¿Lo sabías? - se sorprendió Sakura.
- No, pero es fácil darse cuenta. Ya le dijimos a Ino que no debía implicar a Tobi en todo ese tema, que... todo esto es muy problemática.
- Pero ella no lo hizo porque vosotros conseguisteis las pastillas pero resulta que Stella ya se las había pedido a Tobi.
- ¿Y eso no sería problema de Stella? Ino le dijo que no lo hiciera, porque lo hizo ¿verdad?
- Pero se lo dijo tarde y ahora Tobi... le pide a Stella que se las pague.
- Pues yo dinero no tengo para prestar.
- No es eso. Yo estaba sospechando algo y quedé con Kikyo para preguntarla.
Shikamaru escuchó todo lo que Sakura deseaba contarle de lo que había averiguado por boca de Kikyo, se notaba que Sakura estaba deseosa de hablar con alguien y también muy preocupada por lo que pudiera hacer Ino, a fin de cuentas seguro que Ino se sentía culpable de meter en problemas a Stella y querría solucionarlo.
- A ver Sakura - dijo cuándo esta terminó de hablar - Tú crees que Ino se va a meter en un lio ¿verdad?
- Seguro, seguro, es que me apuesto el cuello, ya sabes como es.
- Si, ya se cómo es y me temo que tienes razón - comentó resignado - ¿Y no sabes qué tipo de droga es la que quiere probar Orochimaru o quien sea?
- No lo sé. Kikyo no me ha dicho nada.
- Está bien Sakura, vamos a tranquilizarnos. Lo primero es conseguir que alguien hable con Ino y la convenza de que no tome nada de nada.
- ¿Se lo digo directamente?
- A ti no te va a hacer caso.
- Es lo que suponía. He intentado hablar con Naruto, creo que a Naruto le escucharía pero está comunicando.
- No, mejor no hables con Naruto, no está el horno para bollos ahora.
- ¿A qué te refieres?
- Que me parece que no necesita más jaleos en su cabeza y tampoco hables con Sasuke.
- No pensaba hacerlo, sé que tiene bastantes cosas en las que pensar.
- No lo sabes tú bien - comentó en voz baja.
- ¿Qué decías?
- Nada, solo que ni Naruto, ni Sasuke van a poder ayudarte. Seguramente Naruto se pondría nervioso y lo mismo gritaba a Ino, no por reprocharle nada si no porque es así el muchacho y Sasuke... Tampoco te recomiendo que le digas nada a Chouji, es muy dramático y se va a preocupar demasiado.
- No, ni se me ocurre pensar en Chouji, no quiero causarle más problemas con Ryuko.
Shikamaru levantó la vista al cielo pero cerró los ojos mientras que llevaba el pulgar y el índice de la mano que tenía libre al puente de su nariz y presionaba.
- ¿Shikamaru? - escuchó a Sakura.
- Sí, estoy aquí... Tienes que hablar con Shino.
- ¿Con… Shino?
- Creo que es el más apropiado. Ino no va a escuchar a cualquiera pero por alguna razón Shino consigue intimidarla, no quiero decir que le de miedo... además Shino es un tío inteligente y razonable y siempre se preocupa mucho por sus amigos.
- Pero Shino...
- Shino será capaz de verlo todo desde un punto de vista objetivo, cosa que no hará Naruto o Lee, ni Kiba, ellos son demasiado impulsivos., además, aparte de hablar con ella seguro que piensa una solución. Claro que también puedes recurrir a Neji.
- ¿Neji?
- Neji está medio saliendo con Stella ¿no? Pues él puede enterarse bien que es lo que pasa.
- No te ofendas Shika pero no veo a Neji haciendo de espía y tampoco puedo decírselo a Sasori, no me lo propongas, tengo mis motivos.
- Pues con Sai no cuentes, también tiene bastante con sus jaleos de identidad y Gaara tampoco, Kankuro quizás sí, claro y luego están las chicas, Ten-Ten es una gran amiga que no dudará en ayudar a Ino a pesar de lo que pasó entre ellas, Temari también es una estratega nata y Hinata tiene más carácter del que parece... puedes acudir a cualquiera menos a Ryuko, que mejor que no, Akane que ya te digo yo que no, que está muy loca y es capaz de tomarse ella esas pastillas porque sí, porque todo lo tiene que hacer ella y Sumire, no porque Sumire no vaya a no hacer nada si no porque Ino no la va a tomar en serio.
Sakura ya no escuchaba a Shikamaru porque había algo en todo eso que había dicho su compañero que parecía una tontería, una idea absurda, mala, horrible... sin embargo ahí había aparecido y sin que ella lo supiera empezaba a echar raíces.
...
Iruka cerraba el grifo del agua y se secaba las manos con un trapo de cocina antes de air a abrir la puerta de su apartamento.
- Ya voy, ya voy - dijo al oír de nuevo el timbre.
Abrió la puerta y allí estaba Kakashi.
- Buenas tardes Iruka.
- Buenas tardes Kakashi ¿Que te trae por aquí?
- ¿Puedo pasar?
- Sí, claro, perdona... pasa, pasa.
- ¿No estarás con alguien?
- No, no estoy con alguien.
- Menos mal.
- Estaba terminando de fregar los platos, pasa, siéntate.
- Tu siempre tan amo de tu casa.
- Que remedio, no tengo quien me lo haga ¿Quieres un café?
- Pues mira sí, no me vendría mal.
- Pues siéntate a la mesa ¿Y qué te trae por aquí? - preguntó mientras iba a la cocina a coger la cafetera.
- Es que quiero pedirte un favor.
- Claro, dime.
- ¿Podrías alojar unos días a una persona en tu casa?
- ¿Aquí? ¿Algún pariente tuyo?
- No exactamente. Se trata de la madre de Hanakiri.
- ¿Qué? - preguntó incrédulo Iruka - ¿La madre de quién?
- Ya sabes, la madre de Misaki Hanakiri.
- ¿La madre de un alumno? ¿Qué es lo que pasa, Kakashi?
- Necesita un sitio donde pasar unos días.
- A ver - dijo apagando el fuego - Explícame eso con tranquilidad ¿Esa mujer no está casada con Orochimaru?
- No, no están casados.
- Pero tengo entendido que viven con él.
- Si, eso sí.
- ¿Y qué es lo que pasa?
- Necesita un sitio donde pasar unos días, es todo.
- Ya, claro y yo soy tonto y no me doy cuenta de nada. Kakashi que nos conocemos, explícame lo que pasa.
Iruka le sirvió el café a Kakashi y también uno para él, luego procedió a sentarse sin dejar de mirar a su compañero y amigo.
- Mira Iruka yo es que no quiero meterme en problemas.
- Desde el momento en el que me dices que acoja a una mujer en casa creo que ya me estás implicando en lo que sea.
- Lo que pasa es que voy a llevarla a una casa de acogida en el pueblo de mis padres.
- ¿En el pueblo de tus padres?
- Si, pero no puedo hacerlo hasta dentro de unos días.
- ¿Por qué la vas a llevar a una casa de acogida?
- Es el único sitio que se me ocurre donde pueda estar a salvo.
- ¿A salvo de qué? ¿De Orochimaru?
Kakashi asintió con la cabeza.
- ¿Quieres decir que la maltrata? ¿Qué es peligroso para ella?
- Digamos que no la trata bien del todo y tampoco la deja marcharse.
- ¿Y quieres que yo la meta en mi casa? ¿A la novia de Orochimaru?
- No creo que vaya a imaginarse que está aquí.
- Pero Kakashi ¿Es que te has vuelto loco? ¿No sabes cómo es Orochimaru?
- Si, lo sé pero ella está atrapada... Iruka, no sabes en que circunstancias viven ella y su hijo.
- ¿Te has enamorado de ella?
- Tengo que alejarla de él y ocultarla.
- Te has enamorado de ella - afirmó ahora.
- Solo serán unos días.
- ¡Te has enamorado de ella! - exclamó - ¡Kakashi te has enamorado de la madre de un alumno! ¿Y tú eras el que me echaba a mí las broncas?
- Ya lo sé, ya lo sé pero no se me ocurre que hacer.
- Quizás llevarla a denunciar a Orochimaru.
- No puede. Orochimaru tiene "amigos" en todas partes.
- ¿Pero tú sabes en el lio en el que te vas a meter? ¿Qué hay de tus charlas sobre las responsabilidades y hacer locuras?
- Por favor Iruka, por favor... hazlo por Misaki... hazlo por mí.
Kakashi miró a los ojos a Iruka y este no pudo por menos que claudicar, nunca había visto a Kakashi con esa mirada de cachorro desvalido.
- Está bien. Pero solo unos días.
- Si, no te preocupes. La traeré mañana. Muchas gracias Iruka y no te preocupes, lo tengo todo planeado, yo se lo que hago.
- ¿Qué sabes lo que haces? ¡Tú que vas a saber! Ya verás cómo se va a poner Tsunade cuando se entere de que has secuestrado a la madre de un alumno.
- En el fondo eres un buen tipo, Iruka, no lo puedes evitar.
- Un imbécil es lo que soy. No tengo yo bastante con mis problemas que ahora me vienes tú con esto... me debes una Kakashi, me debes una.
...
Sasori, Konan y Deidara recogían los restos de una pizza que habían pedido para comer. Estaban en la nueva residencia de Konan, un pequeño apartamento en una casa de apartamentos de alquiler. Era una casa con bastantes años, desde luego no se podía decir que tuviera los más modernas instalaciones, no había ascensor, aunque tampoco era imprescindible porque solo tenía dos plantas, en total 7 apartamentos incluyendo el del administrador y el de Konan era el número 5. En realidad casi ni podía llamársele apartamento, más bien era una habitación grande con otras dos más pequeñas, en una estaba el lavabo y el wáter, los baños eran comunitarios y estaban en la planta baja y era necesario pedir "cita" si no se quería compartir con otros inquilinos y en la otra cocina, fregadero, lavadora y nevera pero para Konan ya estaba bien así, no necesitaba nada más, pero al terminar de comer la pizza sentados en cojines alrededor de la pequeña mesa plegable miró a su alrededor y todo le pareció inmenso, de pronto e incomprensiblemente aquel sitio le pareció muy grande. A lo mejor era porque no estaba amueblado, todo lo tenía en cajas, quizás cuando Sasori y Deidara la ayudaran a montar el escritorio que había comprado, el armario y las estanterías, quizás no le pareciese tan grande.
- Voy a ir a buscar a Sakura - comentó Sasori mirando su reloj.
- ¿Le has dicho que va a pasar la tarde aburriéndose aquí? - sonrió Konan.
- Por supuesto ¿Y dónde va a pasar mejor la tarde?
- Se me ocurren varios sitos. De verdad Sasori, no hace falta que vengáis, entre Deidara y yo nos apañamos ¿Verdad, Deidara?
- ¿Eh? Claro, por supuesto, hm.
Konan se quedó mirando a Deidara, recordando que antes de comer él le había propuesto, de una forma inusualmente tímida, mudarse a vivir con ella para compartir gastos y no sentirse tan sola. De haber sido otro chico quizás Konan podría haber pensado cualquier cosa pero no de Deidara; ella sabía lo que Deidara apreciaba y respetaba a Pain y también lo que Pain confiaba en Deidara. Era cierto que en el último año Deidara había caído lo más bajo posible, haberse metido en temas de drogas era para Konan lo peor de lo peor, no lo podía comprender, no le entraba en la cabeza porqué de pronto le había dado por meterse esa mierda, sería por su manía de querer probarlo todo... lo que fuera, también había caído en esa misma basura Sasori pero por suerte Sasori razonó y pudo salir de eso pero Deidara... lo suyo cada vez iba a más y Konan reconocía que empezaba a cogerle manía e incluso asco y si por ella hubiera sido se hubiese alejado de él pero Pain insistía en que había que ayudarle...
No recordaba cómo había comenzado toda esa locura pero sí que recordaba que el incidente de Hinata en el picnic marcó el punto de no retorno. Aquello era una locura, Pain se enfadó muchísimo, estaba indignado pensando que Orochimaru había sido capaz de manipular a Sasori y a Deidara y todo por culpa de "eso". Convencer a Sasori de que estaba siendo manipulado y tenía que dejar de tomar drogas no fue demasiado difícil, no fue muy irracional, a pesar de que las drogas nublan la conciencia de las personas Sasori supo darse cuenta del daño que le estaban haciendo pero Deidara... Deidara era demasiado soberbio como para reconocer que no tenía razón, él tenía que demostrar que la tenía, hablaba de cosas extrañas sobre el arte y la vida, sobre lo efímero de la belleza y la juventud... realmente se le había ido la situación de su control.
Konan estuvo muy molesta con Deidara, no le gustaba su actitud pero Pain siempre decía que a los amigos no hay que darles la espalda, que precisamente cuando peor están las cosas es cuando más hay que estar a su lado, para que vean quienes son sus amigos de verdad. Ahora miraba a Deidara que, en silencio, había comenzado a sacar tablas y piezas del escritorio que había que montar y miraba detenidamente las instrucciones y de repente se vio de nuevo sumergida en sus recuerdos sobre Pain... le echaba tanto de menos...
Era horroroso vivir sin él, no, mejor era decir que era horroroso sobrevivir sin él. La vida ahora era un camino largo y penoso, un camino hacia el día en que su vida acabase y su alma volase buscando la de Pain, porque estaba segura de que en otra vida ellos iban a volver a encontrarse, tenían que encontrarse, el destino se lo debía, no era justo que hubiesen tenido tan poca felicidad, no era justo que les separasen tan bruscamente, no, seguro que en otra vida estaban destinados a encontrarse de nuevo.
"Cuando quieres a una persona y ésta ya no está, sueles intentar hacer realidad sus sueños porque es una manera de sentir que continúa vivo, como si vivieses su vida" era lo que Jisei había dicho y quizás tenía razón y debía hacer lo que Pain esperaba de ella.
¿Qué haría Pain de seguir vivo? Pues seguramente seguir intentando ayudar a Deidara, él no se habría rendido. Konan pensaba de nuevo en la propuesta de Deidara ¿Qué le diría Pain que contestase? Pues Pain le diría que le contestase que sí, que se mudase con ella, se lo imaginaba con esa sonrisa suya tan encantadora y ese brillo de ojos que tenía cuando se le ocurría una idea... seguro que Pain pensaba que era una buena idea... no, Pain no iba a cerrarle la puerta a Deidara, ni a alejarle de él, nunca haría algo así.
- Deidara - habló en voz baja.
- ¿Hm? - Deidara levantó la vista de las instrucciones y la miró interrogativo.
- Tú... tú apreciabas mucho a Pain ¿verdad?
- No, yo no le apreciaba, yo le quería, hm, para mí era como un hermano mayor. Sé que no me porté bien con él y que no le escuché pero ya sabes como soy, tengo que hacer las cosas a mi modo y... Él era mi amigo, no le importaba mi manía de explotar cosas, ni que me hubiesen expulsado del instituto, no me veía como un vándalo.
- A pesar de haber provocado un incendio en el aula de ciencias de tu antiguo instituto y casi volar la residencia de estudiantes.
- Fueron fallos técnicos - gruñó molesto.
- A mí no me gustan las explosiones.
- Ya, ya lo sé.
- Por lo menos no en sitios cerrados.
- Que ya lo se te digo, hm.
- Y menos aún me gustan las drogas.
- También lo sé y estoy intentando dejarlo.
- ¿Lo estás intentando?
- Bueno, quiero intentarlo, pero no tengo a nadie que me ayude y ahora mismo me siento como si todo el mundo estuviese en mi contra y...
- Me tienes que prometer que no entrará ni un miligramo de droga aquí.
- ¿Entonces podré visitarte?
- Ni un miligramo, júramelo, ni tampoco que entrarás drogado.
- Pues sí que te pones dura, hm.
- Se lo difícil que es dejar las drogas, ya lo vi en Sasori y se los malos momentos que vas a pasar y no quiero que los pases solos. Si te quedas conmigo yo te ayudaré pero tienes que prometerme que de verdad vas a dejar las drogas.
- Te lo prometo - respondió ansioso - Dejaré las drogas, quiero dejarlas, tu... tu eres más importante para mí que esa mierda, te juro que las dejaré si tú me ayudas.
- Sabes que va a ser difícil.
- No me importa, no soy tan mala persona, sé que he hecho cosas feas pero recuperaré mi vida y... dame una oportunidad, por favor.
- Está bien, no te pongas blando, no te pega ¿Aceptarás las normas?
- Lo que sea.
- Iremos al centro de desintoxicación.
- Iremos.
- Iremos al médico cuando nos digan y al psicólogo.
- Iré, te lo juro y seguiré todas las normas.
- Y no podrás beber alcohol, ya lo sabes.
- No beberé ni una gota.
- Ni tendrás dinero a tu disposición.
- Todo te lo daré a ti.
- Y no podrás estar solo nunca y menos salir a la calle.
- Haré lo que sea, tu ponme a prueba, hm.
- No Deidara, no se trata de que te ponga a prueba, se trata de que tienes que lograrlo a la primera porque no voy a darte más oportunidades.
- Entiendo.
- Voy a estar pegada a tu culo todo el día y si no estoy yo, estará Sasori, ni ir al servicio vas a poder ir tu solo.
Deidara no sabía que contestar, lo que él deseaba era estar con Konan, cumplir la promesa que le hizo a Pain y cuidarla, no dejarla sola y en esos momentos haría lo que fuera por volver a tener su confianza y de paso que el fantasma de Pain dejase de perseguirle por no cumplir su promesa. Era solo una forma de hablar pero el cargo que sentía en su conciencia le hacía sentir como si Pain le persiguiese reprochándole su hipocresía.
- Deidara, mírame - parecía ordenar Konan - No estoy de broma.
- No bromeo, Konan, quiero estar contigo y cuidarte, se lo prometí a Pain y tengo que cumplirlo.
- Pero no quiero drogas - repitió.
- Te lo juro, nada de drogas, hm, aunque tenga que tener a Sasori pegado a mí todo el día.
- Y tampoco quiero que hables con Tobi.
- ¿Por qué?
- No me gusta Tobi, todos sabemos que es muy liante.
Konan dio un largo suspiro.
- Supongo que este apartamento es muy grande para una persona sola y yo no estoy acostumbrada a... estar sola.
- Yo te haré compañía, te ayudaré a limpiarlo, te juro que si tú me das una oportunidad no la desperdiciaré.
Konan miró a Deidara, le daba un poco de pena porque no estaba acostumbrada a verla con esa cara de suplicar. La muerte de Pain le había afectado mucho, no cabía duda, y ella no era capaz de darle la espalda.
- Pero es la única oportunidad que te doy - repitió- Luego puedes ir trayendo tus cosas. Iré a decirle al administrador que vamos a ser dos, no creo que haya problemas, esto está lleno de estudiantes universitarios que comparten apartamento, pero por si acaso diremos que somos primos y ni se te ocurra pensar que por vivir aquí va a pasar algo entre nosotros.
- Nunca lo pensaría... gracias Konan, no puedo asegurarte que lo lograré pero si te aseguro que lo intentaré y...
Konan se quedó esperando que continuara la frase.
- ¿Si? ¿Qué más? - preguntó al cabo de unos instantes de incómodo silencio.
- No... nada... que me esforzaré y Pain estaría orgulloso de mi, hm. Vamos a montar el escritorio.
Deidara hubiera dicho muchas más cosas pero sabía que no era el momento adecuado, ya tendría su oportunidad de hacerlo, ahora no, cuando estuviese recuperado... Bastante nervioso o más bien emocionado con la idea de poder quedarse con Konan cogió de nuevo las instrucciones y trató de ocultar lo bien que se sentía.
...
No es que a Sai le importase mucho ser homosexual o no, pero quería saber si lo era.
Era cierto, Sai no entendía que problema había en tener una u otra orientación sexual, pensaba que era bastante irrelevante pero era un dato que necesitaba saber para poder encajarse en la sociedad. Si era heterosexual tenía muy clara su posición, desde pequeño la había visto en sus padres, si era homosexual quizás la cosa iba a ser socialmente más complicada ya que, para empezar, no tendría hijos, no de la forma natural, claro, y eso en una sociedad tan familiar quizás fuese un inconveniente. Últimamente además había descubierto la posibilidad de que pudiese ser bisexual, esa era otra opción que a su vez tenía sus ventajas y sus inconvenientes, pero fuese lo que fuese él necesitaba saberlo. solo así conocería su rol en la sociedad y actuaría en consecuencia.
Sai no era un chico tan extraño como la mayoría de las personas pensaba, era un chico normal y corriente al que no se le daban demasiado bien las relaciones sociales, pero eso era culpa de la educación que había recibido y sus problemas familiares pero él estaba intentando cambiar y comprender a sus compañeros.
Sai tenía un hermano y podía decirse que también una vida normal y corriente hasta aquel día en el que sus padres le regalaron a Shin una motocicleta. Shin era un chico simpático y responsable y sus padres confiaban en él pero un domingo por la mañana, cuando Shin había salido para pasar el día con su novia, llamaron a la puerta y todo en la vida de Sai cambió completamente.
Sai nunca olvidaría el rostro de su madre cuando vio a los policías en la puerta de su casa, con aquel gesto tan grave, preguntando si era la madre de Shin. Nunca olvidará que no dijeron una palabra más, su madre se llevó las manos al pelo agarrándoselo con fuerza y comenzó a gritar aterrada.
Shin había muerto y nada, absolutamente nada volvió a ser como era.
Sai sufría demasiado. Veía el sufrimiento de sus padres y aún sufría más y decidió que los sentimientos son malos, que crear vínculos con las personas es malo porque luego te abandonan y sufres. Se cerró en sí mismo, se aisló del mundo, ya no quería tener amigos ni le interesaban las relaciones y sus padres, demasiado inmersos en su dolor no se dieron cuenta de lo que pasaba hasta que no fue demasiado tarde. Por esa razón Sai se volvió un chico tan raro y le costaba tanto comprender a sus compañeros.
Pero estaba intentando ser como los demás. Desde que conoció a Naruto y este prácticamente le obligó a relacionarse había mejorado bastante. Ahora tenía amigos y era capaz de comprender lo importante que era no romper los lazos que te unen a los demás.
Quizás si hubiese pasado una pubertad y una adolescencia normales, como un chico normal ahora no le pasarían estas cosas. Su problema era, básicamente, que no sabía cuál era su orientación sexual. En estos momentos dudaba de él mismo y empezaba a sospechar que la culpa de esa confusión era el nunca haberse planteado nada, por no haber tenido amigos con los que hablar, contarles sus dudas o escuchar las de ellos, seguro que así lo tendría más claro.
¿Que sentía por Misaki? Es que... es que él no sabía lo que era estar enamorado, no recordaba haber tenido ese sentimiento. Naruto siempre hablaba de que le gustaba Sakura, Sakura siempre hablaba de que estaba enamorada de Sasuke, a Hinata parecía gustarle Naruto, Lee también gritaba que su amor era Sakura, Chouji se ponía "como tonto" cuando estaba al lado de Ryuko, todo el mundo decía que Kiba y Ten-Ten eran pareja... ¿qué era estar enamorado? Todo era muy confuso porque Shikamaru y Akane se gritaban continuamente y Akane repetía una y otra vez lo que odiaba a Shikamaru pero sin embargo ahora estaban esperando un par de hijos y Sakura sale con Sasori, Hinata con Gaara y parece ser que a Naruto le interesa Ino... de veras que no comprendía nada de nada.
¿Qué era estar enamorado? ¿Cómo sabías que estabas enamorado? ¿Estaba él enamorado de Misaki? Desde luego que se preocupaba mucho por él y le gustaba verle feliz pero ¿Acaso no era eso también la amistad?
Y aunque sintiese cariño hacia Misaki ¿Eso era ser gay? Es que, que él supiese, no sentía ningún tipo de atracción por ningún otro chico ¿No se supone que a los gay deben atraerles otros chicos?
El problema no era ser homosexual o no, eso a Sai le daba igual, tampoco veía diferencia entre los homosexuales y heterosexuales, eran personas iguales, el problema era que quería saberlo, porque si era homosexual podría iniciar algún tipo de acercamiento hacia Misaki, salir con él como pareja o algo, así a lo mejor le quedaba claro si estaba enamorado pero si no lo era pues no podría hacer eso, si lo hiciera estaría dando esperanzas a Misaki y eso no estaba bien. La idea de salir con Misaki para averiguar si sentía algo más que amistad y aprecio hacia él no le parecía muy noble tampoco.
Estaba casi seguro de que no era homosexual, más que nada porque también era amigo de Naruto y no se sentía atraído por él, también le apreciaba, no se preocupaba tanto por Naruto como por Misaki pero eso sería porque Misaki vivía con un maltratador... seguro.
¿Y las chicas? ¿Le gustaba alguna chica? Pues ese era otro problema porque tampoco parecía que le atrajesen las chicas ¿No sería asexuado? ¿Eso era normal?
No le gustaba Sakura, no la consideraba atractiva, buena chica si, su amiga, simpática aunque a veces algo bruta y tampoco le gustaba Ino, ni Hinata, a pesar de que todo el mundo decía que era muy hermosa a él no le llamaba la atención, como tampoco se la llamaba Jisei... la única que parecía atraerle más era Sumire ¿Pero quería decir eso que estaba enamorado de Sumire? A su juicio no ¿Eso significaba que lo que le gustaban eran las chicas? Pues pensaba que sí, ya que la única persona que le atraía algo era una chica sería porque le gustaban las chicas.
Pero tenía que estar seguro y aclararse porque si no lo hacía quizás se pasaría toda su vida con esa maldita duda ¿Y si lo que pasaba era que le gustaban tanto chicos como chicas? ¿O que podía sentirse atraído por ambos? También era una respuesta... y también tenía que averiguarlo.
Algo le decía que no estaba bien que anduviese ahora detrás de Sumire, quizás la estuviese molestando o incomodándola y sobre todo estaba molestando y mucho a Kankuro del que no cabía duda de que le gustaba Sumire y mucho, pero es que no se le ocurría otra forma de descubrir su orientación sexual.
Recordaba que durante un corto periodo de tiempo estuvo saliendo con Ino y tenía que reconocer que fue muy agradable, Ino le hizo descubrir muchas cosas... estaba claro que le gustaban las chicas porque cuando Ino le besó, le gustó ¿Pero y si a pesar de todo estaba enamorado de Misaki?
Sai sentía que le iba a explotar la cabeza.
Miró su reloj. Sumire se retrasaba un poco ¿Se habría arrepentido de quedar con él?
Sumire no estaba muy lejos de allí, tirando de la mano de su hermana e intentando andar deprisa.
- Ay Sumire - se quejaba Ayumi - No tires tanto de mí.
- Es que llegamos tarde y no me gusta llegar tarde.
- Pues ya llegamos tarde ¿Qué más da unos minutos más?
- Jo, es que va a pensar que soy una impuntual.
- Tú no has sido puntual en tu vida.
- Jooooo, no digas eso y venga, date prisa.
- ¿Y de quien es la culpa de que lleguemos tarde?
- Tuya.
- Ah sí, claro, es culpa mía.
- Pues si me hubieses ayudado a elegir que ponerme no hubiese tardado tanto en decidirme.
- La verdad Sumi, no entiendo a qué tanto interés en cómo vestirte para un chico que dices que no te interesa.
- Pero es mi amigo y es importante porque si me arreglaba lo mismo pensaba que me había arreglado para él, pero si no me arreglaba podía pensar que soy una descuidada y que paso de todo.
- ¿Pues no era que querías que no te pidiese salir? No hay quien te entienda.
- Pero no quiero que piense que soy una dejada o que no me arreglo porque salgo con él y que para salir con otros si lo hago. Quiero dar una buena imagen de mí, pero no demasiada, bueno es que no quiero que piense que quiero estar guapa para él, no vaya a ser que se haga ilusiones y luego... pues eso.
- Pues así, normal, como tú eres, está muy bien.
- ¿Tú crees? Es que tampoco quiero que piense que no pongo interés en salir con él, porque es mi amigo, un gran amigo.
- Ay, Sumire, me vuelves loca ¿Pero quieres gustarle o no?
- No, pero no quiero que piense que le desprecio.
- De veras que quien te entienda que me lo explique.
- Chist, calla, que está allí.
- ¿Quién es?
- Ese chico de ahí, el moreno que parece que necesita que le dé el sol. Vamos.