viernes, 12 de septiembre de 2014

194. Cuando Tobi encontró a Sumire

- ¿Has hablado con Akane? - fue la pregunta con la que prácticamente Sumire atacó a Shikamaru en cuanto ella, Ryuko y Jisei se encontraron en él y Chouji.
- Buenos días a ti también, Sumire - contestó con paciencia Shikamaru.
- Es verdad, ay, siempre lo olvido ¿Has dormido bien? No, no has dormido bien, tienes ojeras, te están empezando a salir ojeras de mapache ¿Es porque no está Akane?
- Sumire - intervino Jisei - Relájate un poco que estás muy alterada.
- Es que he tomado café, en casa no había cacao y he tomado café y el café me pone muy nerviosa.
- ¿Y por qué tomas café si sabes que te pone nerviosa?- se interesó Chouji.
- Porque no había cacao, por favor Chouji, estate atento a lo que cuento.
- Estás loca - repuso Jisei - Pero esto ya te ha pasado más veces, no es la primera vez que tenemos esta conversación.
- Claro, es por el café, ya os lo he dicho. Bueno ¿Has hablado con Akane, Shika?
- Sí, he hablado con ella.
- ¿Y no te ha dicho nada?
- ¿Qué tenía que decirme?
- Pues si no lo sabe es que no le ha dicho nada - murmuró a Jisei y Ryuko.
- No habrán tenido tiempo - alegó Ryuko - Es que tú eres muy prisosa, Sumire.
- ¿Qué tenía que decirme? - insistió Shikamaru.
- No, nada, cosas nuestras ¿Y cómo está la gordita?
- Sumire parece una ardilla nerviosa - comentó de repente Shino.
Todos se sorprendieron al ver allí a Shino, con su gesto habitual.
- ¿Cua-cuando has llegado? - preguntó alterada Sumire - ¿Vosotros le habéis visto llegar? Yo no lo he visto llegar. En serio ¿Te teletransportas o qué?
- Shino es de lo más sinuoso - rio Chouji.
- ¿Has hablado con Akane? - preguntó Shino a Shikamaru.
- Mendokusei... que pesados estais con que si he hablado con Akane o no.
Shino miró interrogativo a sus compañeras.
- Parece que aún no sabe nada - murmuró Sumire.
Shikamaru suspiró, muy disimulados no eran pero ¿que se traían ahora entre manos? Seguramente estaban planeando ir a ver a Akane en las vacaciones o algo así, bueno, mientras no la alterasen demasiado a él le daba igual.
- ¿Al final fuisteis ayer a ver a Kurenai-sensei? - cambió de tema Shino.
- Si - contestó Chouji - Fuimos Shikamaru, Ryuko y yo.
- ¿Y qué tal estaba?
- Bien, estaba muy bien, las dos estaban bien.
- ¿No estaba muy cansada?
- Bueno, un poco de sueño si tenía - aclaró Ryuko - Pero es que la niña se despierta cada tres horas a comer y como le está dando el pecho pues no le queda más remedio que levantarse ella.
- Es que quería llevar a Hinata esta tarde - explicó Shino - Le dije a Hinata que iríamos pero no quiero molestar.
- ¿Y cómo es que no va Hinata con Gaara? - curioseó Sumire.
- Porque creo que Gaara tiene que ir a hacerse unas pruebas de algo, no lo sé bien.
- ¿Y Neji? Es raro que Neji no vaya con ella.
- ¡Sumire! - la regañó Jisei.
- Ay, es cierto, Neji suele ir con ella.
- Bueno pues esta vez no podrá, déjalo ya.
- ¿Y cómo es la niña? - preguntó ahora casi con estrellas en los ojos Sumire - ¿Se parece a Kurenai o a Asuma?
- No sé, yo no le veo parecido con nadie, es que es muy chiquitita - respondió Ryuko - Es muy bonita y Shikamaru se emocionó cuando la cogió en brazos.
- ¿Te emocionaste? - preguntó casi con burla Jisei - Apuesto a que casi lloras.
- Mendokusei...
- Es que es tan pequeña - habló Chouji - Seguro que Shikamaru se emocionó al pensar que pronto tendrá a sus niños en brazos y que van a ser así de chiquititos y tan... vulnerables.
- Mas chiquititos aún - intervino Jisei - Los de Shikamaru serán aún más pequeños.
- A mí lo que me inquieta es ese punto de la cabeza - dijo Sumire - No entiendo por qué tienen que tener un botón de reseteo ahí. ya podía la naturaleza haberlo escondido un poco.
- Se refiere a la fontanela - explicó Ryuko.
- ¡Shikamaru! ¡Shino!
La voz de Kiba llegaba unos metros por detrás de ellos, todos se giraron y vieron a su compañero ir corriendo hacia ellos.
- Vamos cachorro loco, que llegas tarde - comentó Shino.
- ¡Hola! ¿Qué tal estais, chicas? ¿Qué pasa Chouji? Oye Shikamaru, tengo que hablar contigo.
Shikamaru le miró arqueando las cejas.
- Uy - rio Sumire - Secretitos, secretitos. Espero que no sea nada malo de mi amiga Ten-Ten porque entonces me veré obligada a arrancarte las piernas y golpearte con ellas - quiso decir en un tono amenazante sin conseguirlo por la risa que se le escapaba.
- ¿Eh? - pareció gruñir Kiba - Yo solo quiero pedirle un consejo.
- Ah bueno, si son cosas de chicos os dejamos solos. Ryuko, ven, sigue contándonos cosas de la niña de Kurenai - se agarró al brazo de Ryuko y la obligó a avanzar unos pasos, Jisei miró curiosa a Kiba y luego las siguió.
- ¿Yo molesto? - preguntó Chouji.
- No, no, que va, si tú también me vienes bien. Las que no me vienen bien son las chicas - habló en voz baja - No quiero que luego se lo larguen todo a Ten-Ten.
- ¿Algún problema con Ten-Ten? - curioseó Chouji.
- No, todo bien, todo bien. La cosa es que ya sabéis que el otro día se me declaró.
- Que mala suerte tienes, macho, una chica guapa se te declara - rio Chouji.
- Lo que pasa es que...
- Que tu orgullo de macho alfa ha sido pisoteado - concluyó Shikamaru.
- No... si... no, no es eso, lo que pasa es que... a mí me gustaría hacer algo para ella, demostrarle lo que me importa, porque me da la impresión de que... no se... no se ¡Shino ayúdame!
- ¿Yo? Sal tu solo de este berenjenal.
- Shikamaru, necesito que me aconsejes.
- Mendokusei... ¿Qué puedo aconsejarte yo?
- Tío, tu eres un crack, conseguiste salir con Akane en el Tanabata y eso que ella se declaró enemiga del amor y luego te la llevaste de acampada y mira como volvió ¿Cómo lo consigues?
- ¿Quieres que Shikamaru te explique cómo embarazar a una chica? - volvió a reír Chouji.
- Estás quedando muy mal, cachorro - añadió Shino.
- No, no me lieis, lo que quiero es que me diga que puedo hacer para impresionar a Ten-Ten, quiero hacer algo que le demuestre que voy en serio, que haga que ella confíe en mí, quiero demostrarle que ella es importante para mí.
- ¿Ella es importante para ti?- interrogó Shikamaru.
- Mucho.
- Pues entonces solo déjate llevar por tu instinto.
- Eso no vale, yo... yo no sé qué hacer, nunca... por favor Shikamaru, tu eres listo y sabes hacer estrategias, ayúdame, vamos Ten-Ten también es tu amiga y...
- ¡Shikamaru!
Esta vez era la voz de Naruto la que interrumpió la conversación y llamó la atención de todos. Naruto prácticamente se tiraba del auto de su padre sí que este terminase de aparcar.
- ¿Cómo es que viene al instituto? - se cuestionó Chouji.
- Bah, Shika, dime que me vas a ayudar - dijo Kiba antes de que Naruto llegase hasta ellos.
- ¿Pero qué quieres que haga por ti?
- Por favor, seguro que se te ocurre algo, algo romántico para sorprenderla el día de Nochebuena.
- Mendokusei...
- Cuento contigo.
Shikamaru iba a contestar pero la llegada de Naruto hizo que aquella conversación quedase sin terminar.
- ¿Qué haces tú por aquí, Naruto? - se interesó Kiba.
- ¿No estabas sancionado? - interrogó Shino.
- ¿Te han levantado el castigo? - añadió Chouji.
- Que va. Vengo a hacer los exámenes de matemáticas y física.
- Pero hoy no tenemos exámenes - alegó Chouji - ¿O si tenemos exámenes y yo lo he olvidado?
- No, los tengo yo, dattebayo. Mi padre consiguió que me examinen porque si no me ponían un suspenso, no sé si aprobaré pero por lo menos lo intentaré.
- Ah, menudo susto me había llevado, ya estaba a punto de darme un ataque de ansiedad, uff.
Después de unas cuantas bromas entre ellos, Naruto cogió a Shikamaru del brazo, deteniendo su caminar.
- Vosotros seguir - dijo al resto de sus amigos - Que yo tengo que decirle una cosa a Shika, ttebayo.
De nuevo Shikamaru volvió a mirar arqueando las cejas.
- ¿Pero que os para hoy conmigo?
- Shika, necesito que me ayudes, ttebayo.
- Mendokuseeeeeei ¿Qué pasa? ¿Que no sabes cómo hacerle saber a Ino que te gusta?
- ¿Qué? No, no es eso.
- Pues menos mal. A ver ¿Qué te sucede?
- Dos cosas. La primera es que estoy muy preocupado por Sakura.
- Lógico, es tu amiga.
- Y no sé qué hacer para animarla. Mi madre va a llevar a Ino esta tarde para que la vea.
- Esa es una buena idea, ellas son muy amigas y creo que a Sakura le vendrá bien hablar con una amiga y a Ino también.
- Me siento muy inútil sin poder hacer nada por ellas, sobre todo por Sakura, está muy desanimada, no quiere salir, no quiere ver a nadie...
- Supongo que después de lo que le pasó necesita tiempo para asimilarlo y darse cuenta de muchas cosas.
- ¿Qué cosas?
- Pues no sé, Naruto, cosas de su vida. Piensa que la drogaron y la manipularon y debe ser horrible no tener control de tus actos.
- Pero yo quiero ayudarla, no soporto saber que está tan mal y luego está Sasuke, que también me preocupa porque le están dando un tratamiento para la vista.
- Pero eso es una buena noticia ¿no?
- Si pero... ah, no me entiendes.
- Es difícil entenderte si no te explicas.
- Bueno, que no tengo mucho tiempo, que hay otra cosa que quería comentarte - Naruto clavó sus azules ojos en los de Shikamaru.
- Dime.
- Ah... esto... mira que hables con mi hermana.
- ¿Con tu hermana?
- Si, con Minako, ttebayo, que tiene algo que decirte.
- ¿Algo de Sasuke?
- No, de Sasuke no... tú habla con ella. Y me voy que no quiero que digan que me entretengo. Recuerda - dijo ya marchándose - Habla con Minako.
...
Aún no se podía entrar a las aulas, era temprano y aunque habían abierto las puertas del instituto y también las del edificio principal por si los alumnos querían esperar dentro en lugar de al aire libre, no podían aún entrar a las aulas, por lo tanto decenas de alumnos estaban en el hall, agrupados según sus amistades y más juntos de lo que algunos deseaban.
Konan entró y echó un vistazo a su alrededor. No sabía dónde ponerse, quizás en un lugar algo alejado, no tenía ganas de hablar con nadie, pero entonces no vería cuando llegase Jisei y con Jisei si quería hablar.
Miró su reloj, el reloj de Pain, simplemente el hecho de mirarlo siempre le hacía sentirse mejor. No le gustaba ir al instituto, le traía demasiados recuerdos, empezaba a plantearse la idea de Jisei, la de cambiar de instituto, incluso de regresar a Ame, claro que eso supondría alejarse de Deidara y Sasori, quizás lo que debería hacer era pedir el traslado al instituto donde iba a ir Jisei, no era el tipo de instituto que le gustaba pero se trataba solo de un año, eso quizás podría soportarlo mejor que todos los días ver tantos lugares llenos de recuerdos.
Seguía buscando donde ponerse cuando una mano en el hombro hizo que se sobresaltase y girase a la vez.
- Konan - le habló Tsunade con una sonrisa - Ven con nosotros.
Habían entrado Jiraiya y Tsunade y Konan les siguió sorteando a los alumnos hasta el despacho de la directora.
- Entra - le dijo Tsunade mientras se quitaba el abrigo - ¿Cómo está Deidara?
- Bien, está muy bien, la verdad.
Konan no había tenido más remedio que contar a la directora lo que le sucedía a Deidara, aquello no iba a solucionarse con solo una semana, Deidara necesitaba más tiempo y dedicación, además, con lo que había sucedido con Sakura con más motivo tenía que contárselo.
- ¿Y tú como estás? - se interesó Jiraiya.
- Bien... bien.
- ¿Estás segura? Lo que estás haciendo requiere una voluntad muy fuerte.
Konan quería decirles que tenía que hacerlo, por Deidara, porque era su amigo, por ella misma, porque se sentía útil y por Pain, porque eso era lo que él quería; sabía que allá donde estuviera Pain se sentiría muy orgulloso de ella por ayudar a su amigo a salir de aquello.
- Ya ayudé a Sasori - fue lo que dijo.
- Si, pero no estabas sola y tuviste más tiempo - rectificó la afirmación Tsunade - Por cierto ¿Cómo se encuentra Sasori?
- Está triste, decaído...
- Creo que lo mejor será que vuelva al instituto - declaró Tsunade -Le hemos dado unos días de "vacaciones" porque parecía lo más apropiado, entre otras cosas para que no se encontrara con Kabuto que, aunque no tengamos pruebas parece que todo le acusa a él del incidente sufrido por Sakura.
- Es que Sasori no tuvo nada que ver, ni indirecta, ni directamente - habló nerviosa Konan.
- Ya, ya lo sabemos - terció Jiraiya - Y te creemos, por eso precisamente hemos pensado que lo más conveniente es que Sasori regrese al instituto; su ausencia es como si reconociese que es culpa suya.
- ¿Lo entiendes, verdad? - añadió Tsunade.
- No estoy muy segura.
- El que no venga es como si reconociese que ha hecho algo malo, como si se avergonzase o tuviese algo que ocultar - explicó Jiraiya.
- Por eso pensamos que lo mejor es que vuelva. Él no tiene nada de ocultar, tú lo has dicho, el que debería estar incómodo es Kabuto, no él.
- Y quizás con su presencia Kabuto se delate. Ahora está muy seguro de sí mismo, muy convencido de que todo lo ha salido bien y como comprenderás no podemos dejar que se quede sin castigo.
- Lo que ha hecho es algo muy grave y no puede quedan inmune.
- Como no tenemos pruebas contra él ya que Sakura no tiene muy claros sus recuerdos y además no quiere hablar pues solo podemos esperar a que haga algo que le delate.
- Con todos mis respetos, senseis, pero eso es algo infantil, Kabuto es muy inteligente.
- Puede que sea muy inteligente pero no lo sabe todo en esta vida - sonrió Tsunade. - Tienes que decirle a Sasori que debe regresar al instituto, no puede faltar tanto sin justificación.
- Pero...
- Las cosas en el consejo están difíciles - declaró Jiraiya - Se ha armado mucho revuelo con el asunto de la chica que desapareció unas horas y estaba drogada en uno de los pabellones. Lo sentimos Konan pero Sasori tiene que volver, ya bastante nos la estamos jugando con la ausencia de Deidara.
- ¿Y no puede ser después de las vacaciones de invierno? Total si queda semana y media para que empiecen.
- No puede ser - se reafirmó Tsunade.
- Pero Deidara...
- De eso queríamos hablarte. Hemos estado valorando todas las opciones, creemos que la voluntad de Deidara de dejar las drogas es algo admirable y que tenemos que apoyarle pero también creemos que es mucha responsabilidad para ti.
- Es mi amigo, no le voy a abandonar.
- No te pedimos que le abandones. Lo que queremos es que Deidara ingrese en algún centro de desintoxicación.
- ¿Un centro?
- Tu misma eres voluntaria en uno de ellos - la miró fijamente Jiraiya - El centro al que avisaron donde estaba Sakura... ¿Fuiste tú?
- ¡No! ¡Yo no fui! Yo...
- Tranquilízate, sabemos que fue un chico.
- ¡Tampoco fue Sasori! ¡Ni Deidara!
- Vamos a dejar ese tema. Da igual quien llamara - comentó Tsunade - Lo que te queremos decir es que en un centro seguramente podrán ayudar mejor a Deidara.
- Pero ir a un centro supondría que sus padres se enterasen.
- Son sus padres, tienen derecho a saber lo que le pasa a su hijo.
- Pero él no quiere... se avergüenza.
- Es que es para avergonzarse - comentó Jiraiya.
- Además en un centro se sentiría... prisionero.
- ¿No es acaso prisionero de las drogas? Mira Konan - suspiró Tsunade - Creo que estamos siendo muy cooperativos, respetamos a Deidara y su decisión de no decírselo a sus padres porque tiene 18 años y creemos que la presión que pudiera causarle que sus padres lo supieran quizás fuese contraproducente pero es que también estamos preocupados por ti. Sabemos que ayudaste a Sasori pero contabas con la ayuda de Pein y de su abuela, ahora, estás más sola.
Konan lo sabía, entendía la posición en la que se encontraban los profesores y sabía que iba a pasar, por esa razón no quería contárselo a nadie pero el incidente de Sakura había sacado demasiadas cosas a la luz.
- Deidara de veras que está intentando superar su adicción y no es nada fácil.
- Lo sabemos, Konan, lo sabemos.
- Por favor, las vacaciones de invierno están aquí mismo y le llevaré a casa de la abuela de Sasori, ya he hablado con ella, solo necesitamos estos días y yo puedo cuidarle.
Al hablar de la abuela Chiyo a Konan se le iluminó el cerebro. Tenía una idea, podía pedirle a la abuela Chiyo que viniese a pasar lo que quedaba de curso hasta las vacaciones en Konoha, para ayudar a Sasori.
- Creo que se quién me puede ayudar con Deidara.
...
Era extraño que Hinata fuese sola al instituto. Era algo muy extraño. Normalmente siempre iba con Neji o en uno de los coches de la familia Hyuuga, conducido por uno de los guardaespaldas.
A Hanabi todo eso de los guardaespaldas le fastidiaba bastante pero Hinata solía ignorarlo completamente. Ya se había acostumbrado a que la acompañasen, era la paranoia de su padre y sabía que no podía evitarlo, solo esperaba que pronto se diera cuenta de que no necesitaba tanta protección.
Últimamente ya le permitía ir sola al instituto. Bueno, sola, sola no iba, iba acompañada de Gaara. Con eso de que tenía novio el patriarca Hyuuga parecía haberle dado más libertad, o era eso o confiaba en Gaara como protector.
Pero hoy Hinata iba sola al instituto, sin Neji, sin guardaespaldas y sin Gaara.
Había engañado a su padre y tenía que reconocer que le había gustado esa sensación de libertad. No es que le gustase engañar a su padre pero cuando le preguntó si Gaara iba a ir a buscarla para ir al instituto, Hinata, inconscientemente dijo que sí.
Quizás fue el miedo a que su padre descubriese que Gaara podía ser esquizofrénico y que se opusiera a que salieran juntos... si, sería eso... fuese por lo que fuese Hinata mintió a su padre y no se arrepentía de haberlo hecho.
Gaara no iría a buscarla, hoy no. Gaara tenía cita en un hospital psiquiátrico donde le iban a realizar más pruebas para intentar determinar si en el futuro iba a ser esquizofrénico como su padre ¿Cómo serían esas pruebas? ¿En qué consistirían? Hinata ni siquiera sabía que existía tal cosa pero esperaba que sirvieran para quitar toda esa ansiedad y preocupación que tenía Gaara.
Como Neji no le dijo nada, ni mencionó el acompañarlos, Hinata supuso que no querría ir con ella. De un tiempo a esta parte Neji no hacía más que evitarla y ella empezaba a sufrir bastante con esa situación, cada vez era más incómoda y ahora Hinata también le evitaba a él y lo hacía porque se sentía culpable, le daba la sensación de que había hecho o dicho algo que ofendió a Neji de alguna forma. Estar al lado de Neji, a solas, comenzaba a ser algo que no le apetecía y menos aún caminar hasta el instituto.
Ahora tenía una sensación ambigua dentro de ella. Caminaba disfrutando de su pequeño momento de independencia, ni deprisa, ni despacio, respirando profundamente el aire frio que no le disgustaba, al contario, le hacía sentirse viva, quizás porque se sentía libre pero por otro lado estaba preocupada por Gaara, querría haber ido con él ¿Estaría nervioso? No, seguro que no pero ¿Estaría preocupado? Hinata sabía que todo ese tema causaba mucha ansiedad en Gaara y en parte era porque no quería preocuparla a ella... aquello era como un maldito círculo vicioso.
- Vaya, vaya, mira quien aparece por aquí, la princesa Hyuuga en persona.
Hinata se quedó parada frente a quien había dicho estas palabras y que con su gran cuerpo ahora me impedía el paso.
- Buenos días, Jirobo.
No lo dijo ni con miedo, ni titubeando, aunque Jirobo era evidentemente más grande y corpulento que ella no le impresionaba, lo único que pensó en ese momento fue que ya tenía mala suerte, todos los días que iba con Neji o Gaara no veían a ninguno de esos tipos y hoy, precisamente hoy que iba sola, tenía que encontrarse con uno.
- ¿Dónde vas, princesa? - dijo con media sonrisa Jirobo.
Hinata le miró directamente a los ojos, no iba a amedrentarse, eso era lo que Jirobo seguramente pretendía, intimidarla, que se mostrara nerviosa y asustada para poder burlarse de ella pero no lo iba a hacer, ella no era la muñequita débil que todos pensaban, sabía defenderse, era fuerte y era una Hyuuga.
- Déjame pasar.
- ¿Y si no quiero? ¿Qué vas a hacer?
- Si ella no hace nada yo te patearé el culo, gordo de mierda.
No sabía por dónde había venido pero de repente Tayuya estaba entre Jirobo y Hinata, dando la espalda a Hinata y mirando desafiante a Jirobo con un bate de beisbol en las manos.
- Hombre Tayuya ¿De dónde sales tú?
- De detrás de tu asqueroso culo ¡Vamos muévete!
- Mírala con su palito de madera ¿Todavía crees que te van a dejar jugar al beisbol?
Por toda respuesta y antes de que Hinata se percatase como había pasado, Tayuya había golpeado y tirado al suelo a Jirobo.
- ¿Quieres que te patee el culo, verdad gordo apestoso?
- No te metas Tayuya, no me va a importar que seas una chica.
- A mí tampoco me va a importar que lo seas tú - rio descaradamente la chica.
- ¡Jirobo! - se oyó la voz de Sakon - No se te ocurra empezar una pelea.
- ¿Por qué no? - se quejó Ukon - Puede ser muy divertido.
- No podemos pelear, ahora no, vamos Jirobo, otro día zanjarás el asunto que tengas pendiente con Tayuya.
Jirobo sonrió macabramente a Hinata y se dio media vuelta.
- Y tú no te metas en más líos, no siempre voy a estar aquí para ayudarte - añadió Sakon.
- ¡Como si te necesitase! - protestó Tayuya - Vaya mierda de tíos ¿Pero que se han creído? No sé cómo me he contenido y no le he metido a ese gordo el bate por el culo - pareció darse cuenta de pronto de la presencia de Hinata - ¿Estás bien?
- Sí, estoy bien. Esto... gracias por la ayuda.
- No tiene importancia ¿Pero qué haces tú por aquí y sola?
Hinata miró a su alrededor, ahora que se fijaba ese no parecía el camino habitual que seguía para ir al instituto ¿En qué momento se había desviado? Seguramente estaba demasiado concentrada en sus pensamientos y no se dio cuenta.
- ¡Hinata!
Neji llegó casi corriendo hasta donde estaban las chicas.
- ¿Que estás haciendo aquí Hinata? - pregunto de forma seria y preocupada.
- Yo voy al instituto ¿Y tú?
- ¡Buscándote! ¡Estaba buscándote! De pronto has desaparecido y...
- ¿Es que me estabas siguiendo? ¿Mi padre te ha dicho que me siguieras?
- No, no es eso es que sabía que Gaara no estaba y... ¿Pero por qué has venido por aquí? ¿No sabes que esta zona es frecuentada por delincuentes?
- Llegas tarde héroe - le interrumpió Tayuya - Tu princesa ya ha sido salvada de los malvados delincuentes.
- Perdona Tayuya, no quería ofenderte es solo que...
- Ah, no me ofendes, pero tiene razón aquí tu primo, Hinata, no deberías venir sola por esta zona, no porque seas tú, es en general.
- Me has preocupado mucho, Hinata - habló Neji en tono preocupado.
Hinata no sabía si le enternecía la preocupación de Neji o la enfurecía.
- Pues no tenías que haberte preocupado tanto - contestó algo molesta.
- ¿Te enfadas conmigo?
- N-no... yo... es que... es que no quiero depender siempre de todo el mundo, todos pensáis que no sirvo para nada y...
Hinata empezó a andar nerviosa y agitada y Neji se quedó mirándola confuso.
- Tiene carácter la princesita ¿eh? - comentó sarcástica Tayuya.
- Tú no te metas en esto.
- Vaya mal genio que tenemos por las mañanas ¿no? Vale, vale, si a mí me dan igual vuestros rollos pero quizás ella tenga razón y la agobias un poco.
- ¡Tú que sabrás!
- Nada, si no yo sé nada, no te jode, no sé ni para que me esfuerzo en ser amable.
Tayuya también comenzó a andar.
- Espera Hinata - le dijo - ¿No te molesta que vayamos juntas, verdad?
- N-no, claro.
Neji no sabía qué hacer. Aquella situación cada vez era más angustiosa ¿Cómo detenía lo que sentía cada vez que estaba cerca de Hinata? La única solución que veía era marcharse, alejarse, por esa razón estaba deseando que llegasen las vacaciones de invierno e irse a conocer a su familia materna en China, al menos así estaría lejos y quizás podría pensar con lógica.
...
Al regresar después de hablar con Tsunade y Jiraiya, Konan vio que Jisei y sus amigos ya habían llegado y hacia donde estaban se dirigió. Jisei la vio casi de inmediato y levantó el brazo haciendo gestos para llamar su atención.
- Hola Jisei - dijo al llegar - Hola a todos.
- ¡Hola! - contestó alegre Sumire.
Parecía que Sumire era la única que se había dado cuenta de su llegada. Ryuko y Chouji hablaban entre ellos con caras embobadas, Shikamaru había sacado su móvil y parecía estar enviando algún mensaje y Kiba saludaba a Ten-Ten y Temario que también acababan de llegar.
- ¿Has pensado en eso? - preguntó Jisei a Konan.
- Si, bueno... he hablado con Tsunade... - habló un tanto cohibida Konan.
- Perdona un momento Sumire, ahora vengo - dijo Jisei apartándose unos pasos de allí con Konan.
- Uh que misterioso - comentó Sumire mirándolas - Secretitos, secretitos, hmm... interesante.
- A lo mejor Konan quiere invocar al fantasma de Pain para hablar con él - habló a su lado con voz de ingenuo Tobi.
- ¡Ala! ¡Piensas lo mismo que yo! - contestó sin extrañarse Sumire - ¿Verdad que Jisei tiene pinta de hacer espiritismo y esas cosas?
- Ya te digo.
- Pues espero que no lo hagan, a mí no me gustan los espíritus. No es que no me gusten de no gustarme es que me dan miedo, no es que crea en ellos pero hay cosas que es mejor no tocar.
- Siiiii, hay que dejar a los fantasmas tranquilos y no molestarles, nunca sabes cómo pueden reaccionar.
- Dios mío - comentó en tono aburrido Shikamaru - Sumire acaba de encontrar a su alma gemela, esto no es un buen presagio.
- ¿Tú crees el extraterrestres, Tobi?
- Pues claro, lo que pasa es que les da miedo acercarse a la Tierra porque los terrestres somos muy agresivos - contestó mirando con recelo a su alrededor - Pero yo creo que hay infiltrados entre nosotros.
- ¿Verdad que si? Yo estoy convencida de que Gai-sensei es un extraterrestre. Toda esa energía no es humana.
- Vosotros también sois un caso bien raro - añadió Shikamaru mientras escribía un mensaje en su móvil.
- Podías apuntarte a nuestro club de fenómenos paranormales - a Tobi se le veía feliz de decir aquello.
- ¿Hay un club de fenómenos paranormales?
- No, pero podíamos hacerlo, siempre he deseado hacer uno y seguro que la señorita Jisei se apuntaba también.
- Madre mía - se volvió a quejar Shikamaru - Alguien debería pararlos.
- Hoy estás un poquito gruñón, Shika - pareció regañarle Sumire - ¿Es porque no ves a Akane hace unos días?
- Seguro que es eso - confirmó Tobi - Seguro que ver a su naranjita le da energías - Shikamaru miró a Tobi con cara de no creerse lo que había oído - Las naranjas tienen mucha vitamina C y dan energía.
- Oh si, si, Akane da muy energía pero ella es más como una mandarina - Shikamaru miró ahora a Sumire con la misma cara de escepticismo - Son más dulces, creo yo... y se pelan mejor.
- ¿Akane es fácil de pelar, Shika-kun? - el tono de Tobi sonó de lo más malicioso mientras Chouji rompía a reír.
- Estais hoy muy tontos ¿no?
- ¿Qué haces? - se interesó Chouji - ¿Enviar mensajes dulces a Akane?
- Ahhhh, mendokusei.
- ¿Y tú que haces aquí, Tobi? - cuestionó Ryuko.
- ¿Molesto? Creía que no molestaba, si molesta Tobi se va.
- No, no molestas, ay Ryu que cosas dices - alegó Sumire.
- No, si lo que pasa es que me extrañaba y...
- Ya, Tobi no tiene muy buena fama - pareció lamentarse Tobi - Tobi lo entiende pero Tobi solo quería preguntar por Sakura.
- ¿Por qué? - preguntó frunciendo el ceño Shikamaru.
- Conozco a Sakura desde hace años y quiero saber cómo se encuentra. Entiendo que no os fieis de mi pero solo quería preguntar por ella.
- Pues no sabemos mucho de ella - respondió Sumire - Solo que está deprimida.
- La depresión es algo horrible - comentó Tobi.
- Shikamaru - habló Jisei que se había vuelto a acercar al grupo - Konan y yo querríamos hablar contigo.
- Bueno, habla.
- Contigo y con Shino, es algo... complicado. Nos gustaría que nos ayudaseis en un problema que tenemos.
- Si no te importa - habló ahora Konan - ¿Podemos comer hoy con vosotros y os lo contamos? Es que es un poco largo.
- Ah... pues, por mi si y en cuanto a Shino, mejor preguntárselo a él, está aquí mismo.
Shikamaru señaló detrás de él, allí estaba Shino.
- ¡Shino! ¡Que no te había visto! - replicó Jisei.
- Ya, ya me he dado cuenta.
- Lo siento - se excusó Konan.
- No te preocupes, si ya está acostumbrado a estas cosas ¿Qué dices? ¿Comes con nosotras?
- Shino es como un fantasma - susurró Sumire a Tobi - Aparece de repente, yo creo que tiene poderes especiales.
- Tobi piensa lo mismo - susurró también el chico.